Nuestro último suspiro, nuestro último encuentro, nuestro último momento. Era el último "nosotros" era el último "nuestro".
𝐴𝑘𝑖 𝐻𝑎𝑦𝑎𝑘𝑎𝑤𝑎 𝑋 𝑂𝑐 𝐹𝑒𝑚
•Fanfic de Chainsaw Man.
•Historia compl...
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༒ Un Día Común De Nosotros ༒
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POV: LEIKO
Mis pies me molestaban con estos zapatos puestos, mi cuerpo pesaba y a este punto el ajustado uniforme me molestaba. Ese traje y corbata negra que siempre decoraban mi figura los cuales me daban ese aspecto de formalidad, tan erróneo de mi forma de ser.
Aunque suene irónico lo que más odio de ser una cazadora de demonios, no es enfrentarme a mil demonio y ver personas morir, ya me acostumbre a esa sensación tan cercana a la muerte. Lo que más odio es el uniforme, nos obligan a vestirnos así, no es cómodo, nunca fui, ni seré de trajes formales, prefirió ocupar calzas deportivas que un pantalón de tela y ni hablar de los zapatos.
Mi trabajo no me termina de gustar, aunque no es el mejor trabajo, tampoco el peor. Ser una cazadora de demonios de seguridad pública me ha hecho conocer a grandiosas personas y también perderlas. Trabajar bajo el escuadron especial de Makima es duro, pero estoy acostumbrada y sobre todo a mi equipo.
A mis apenas 19 años, me considero una persona bastante normal, feliz dentro de lo posible. Tengo un techo donde dormir, con quien compartir, bueno el "techo" realmente es un departamento y uno muy bonito, ordenado, aunque eso no es gracias a mi.
Hoy había tenido una misión bastante larga, además, después de terminarla no pude retirarme al igual que mis compañeros, ya que tuve que ir a hacer un recado.
Iba subiendo las escaleras hacia mi departamento, subí el último escalón y sin darme cuenta solté un suspiro de cansancio. Ya en el cuarto piso camine por el pasillo hasta llegar a la puerta número 02, mi hogar, busque la llave en mis bolsillos y no la encontré.
—Me estas jodiendo— murmure y por alguna razón intenté abrir la cerradura de la puerta con la mano, obviamente no funciono, siempre dejábamos cerrando.
Volví a dirigir mi mirada a mis pantalones, no tuve tiempo para volver a revisar mis bolsillos, la puerta se abrió y lo dejo a él frente a mi. La persona más especial entre todas las que he conocido, estaba con su pelo suelto y su ropa holgada de casa.
