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Nuevamente sobre la manta rosada pastel se encontraba sentado aquel omega en la espera de su esposo alfa, a su lado su cachorrito de igual manera en el suelo jugando con sus crayolas dibujando el paisaje que sus ojos veían.
El viento soplaba cada tanto, cálido y cómodo. El mayor soltaba suspiros con la mirada perdida sobre el pequeño arbusto de rosas a unos metros.
Extrañaba tanto la presencia de su alfa. Por suerte, podía suplantar su aroma con aquella planta.
La primera vez que había olfateado el exquisito aroma fue cuando aquel niño con rostro serio lo defendió de unos niños que le golpeaban solo por no querer jugar con ellos.
<"Hey mocosos, dejen de molestar a los demás, sino, le diré a doña Oh que ya no les convide de sus pastelitos".
Y ante esas palabras duramente dichas, aquellos niños salieron corriendo por miedo a no recibir lo anteriormente dicho. El pequeño Jimin, a parte de soltar pequeñas lágrimas, se levantó y limpió sus ropas.
"Pss, niño~ toma".
Levantó la mirada y se encontró con el rostro más bonito que sus ojos nunca antes habían visto. Sintió timidez y tomo aquel dulce que el desconocido le tendía.
"Gra...cias". Murmuro apenado, regalandole una de sus más sinceras sonrisas. Ya había dejado de llorar.
"Debes aprender a defenderte, ¿quieres que te enseñe?">
—Papi... ¿cómo quedó?
La voz dulce de su pequeño lo revive a la realidad y ve el bello dibujo que le mostraba. Sabía que aquella habilidad la había sacado de su papá alfa y eso le gustaba.
—Se ve muy hermoso, cariño, me gusta mucho como usaste el rojo junto al naranja —habló con voz calmada y con una bella y simple sonrisa. Toma el papel y la admira más de cerca—. Sería lindo ponerlo en un cuadro, ¿qué dices?
Y por respuesta recibe una afirmación efusiva, sosteniendo enseguida el frágil y pequeño cuerpo del niño. Sus risas no son de esperar junto con el pequeño ataque de cosquillas que comienza a dejarle a su cachorro.
Pero media hora luego, entre sus piernas y apoyado sobre su vientre, sostiene el cuerpo dormido del pequeño Min. Acaricia sus cabellos dejando al descubierto su frente, sus ojos llenándose de lágrimas al ver el duro parecido entre él y su padre alfa.
—Te pareces demasiado a él... por favor Yoonie, vuelve.
Solloza con la voz rota, su lobo ya no hacía acto de presencia si no lo creía necesario; desde que su alfa partió, ya nada es igual en su vida.
La soledad, por momentos, lo llegaba a deprimirse por las noches o cuando se encontraba sin presencia de su pequeña luz. Sabe que ya es probable que no volverá, pero aún su esperanza no muere... como debe estarlo Min Yoongi.
Levanta la vista para no mojar con sus lágrimas el rostro de su pequeño, veía todo borroso el atardecer que a cada minuto que pasaba se volvía más oscuro. Ahogando las ganas de romperse en llanto, toma una respiración profunda al menos unas tres veces y con sumo cuidado, agarra sus pertenencias para marcharse a su hogar.
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Rosas.〔 yoonmin 〕
Historia CortaDonde Min Jimin todas las tardes suele ir al pequeño descampado a ver el atardecer esperando la llegada de su esposo. ♡por favor, lee con atención♡ ¡Si esta leyendo esta obra en cualquier plataforma que no sea wattpad, es probable que corra riesgo d...