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El bisturí quirúrgico está hecho de acero inoxidable, esterilizado y carbonizado. Es una gran mejora que el primer bisturí. Quera más o menos una simple hoja afilada.

La medicina se reinventa constantemente a sí misma. Significa que los cirujanos también tenemos que seguir reinventándonos.

Hay una presión constante para adaptarse a los cambios. Y puede ser doloroso. Pero sin él sólo caminarías en círculos.

Día 6, sábado

No soy un titular de cirugía renombrado, ni tampoco un miserable interno recién ingresado. Soy un residente. Algo así como el hermano de en medio, no tengo tanto mando para gobernar a los demás como el mayor, ni soy tan inexperto para que me excusen mis errores por ser el menor que apenas está aprendiendo.

Como dijo el Doctor Frankenstein, ya debo haber aprendido algo. Y eso creí, no por nada soy El Residente.

—Buenos días, Yuta—Taeil me saludó al entrar al ascensor vacío del estacionamiento subterráneo, sus ojos se entrecerraron como analizándome, sólo asentí en respuesta porque no es una actitud usual hacia mí. Siempre usó "Nakamoto" para referirse a mí en el hospital. Si no fuera por el mini romance apasionado que tuvo con mi hermana mayor hace 5 años, rara vez nos verían cruzando palabra, y no podía importarme menos ahora después de haber tenido que soportar sus gemidos cuando se quedaba a dormir en mi casa en aquellos entonces.

—Shh—Lo callé, desde que salí de casa había olvidado algo y por más que repasé mi rutina no logré recordar qué era, la cabeza estaba comenzando a dolerme. Sé que anoche me excedí un poco en la fiesta de Lucas para desquitar el estrés de haber sido removido y obligado a buscar nuevas especialidades por el ser humano a mi lado.

—Qué...

—¡Silencio!—Taeil cruzó los brazos ante mi falta de respeto, no se sintió insultado, más bien divertido. Una pequeña imagen invadió mi cerebro. Fiesta. Casa de Lucas. Alcohol. Música. Baile. Beso... ¡¿Beso?!

—Si sabes que yo soy el jefe de cirugía y tú... solo un residente...—Taeil me miró serio, cuidando su tono de voz y su rostro amable... ¿Qué significaba eso? Taeil no suele ser considerado conmigo desde... desde nunca. Sólo sonríe y disfruta de las lindas atenciones de Sungchan porque el pobre tipo está colado por él.

—Sobre anoche...—¿Anoche? Taeil se lamio los labios y me miró por el reflejo de la pared del ascensor. Cientos de imágenes se aclararon.

—No puede ser—Di un giro rápido que creí mi cabeza saldría de mi cuello y mis ojos saldrían de sus órbitas—Anoche en la fiesta de Lucas, tú...

Taeil no se sorprendió por mi falta de recuerdos.

—¿Acaso lo olvidaste? Tú me besaste.

—¡¿YO?!—Me sostuve de la manija metálica—Es imposible. No soy de los que besan a cualquier bastardo por unas cuantas copas de más.

—¿"Cualquier bastardo"?—Taeil parecía molesto—No parecía ser cualquiera cuando comenzaste a quitarte la ropa.

—¿Ropa? ¿Tuvimos sexo? ¡¿SEXO?!

—Demonios, Yuta, ¿qué es esto? ¿Acaso tienes amnesia por conveniencia?—Las puertas del ascensor se abrieron y Taeil salió con su cabello rojo resaltando a través del pasillo lleno de médicos y enfermeros.

—¿Conveniencia? ¡Tú te aprovechaste!—Alcancé a gritar y las personas me miraron como si fuera un demente.

—¿Qué fue eso?—Sungchan entró al ascensor. No puede ser.

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⏰ Última actualización: Sep 24, 2022 ⏰

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