"entre poesía barata y versos tristes"

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"En el camino de la noche, nuestros cuerpos se unieron en una melodía embriagadora y triste, triste, porque no pude evitar llorar."

-Elizabeth.

Takemichi mordía sus labios una y otra vez, recordando con cierto pesar los mil y un consejos que sus amistades le habían dado acerca de no volver enviar fotos íntimas a otras personas, pero en este momento no cedía a su cordura y a su razón

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Takemichi mordía sus labios una y otra vez, recordando con cierto pesar los mil y un consejos que sus amistades le habían dado acerca de no volver enviar fotos íntimas a otras personas, pero en este momento no cedía a su cordura y a su razón. Jamás lo hubiese hecho si no confiara plenamente en su crush, en aquel joven de brazos fornidos que lo volvió loco. Más allá de su indiscutible belleza física; los poemas tristes de depresión o desamor que le permitía leer en las noches estrelladas eran pintadas de un arte escaso, un arte que él siempre anhelaba apreciar.

A pesar de que hace mucho tiempo, por sus malas experiencias en sus intentos de relaciones fallidas, se juró así mismo nunca volver a recurrir a enviar imágenes privadas o realizar el llamado "sexting"; pero había pasado casi un año y medio desde que a su ínfima vida le faltaba esa llama incesante de emoción, excitación y lujuria.

No buscaba parar ahora que había empezado, si bien se arrepentiría por la mañana... no sería en esa noche. Lograba percibir como la piel de sus etéreas mejillas aumentaban de temperatura, las mariposas le revoloteaban molestas en las entrañas por el evidente nerviosismo. Sus pezones rosados se encontraban erguidos debido a la excitación que pesaba inoportuna sobre sus hombros, unas ficticias manos lo hacían encorvar su espalda ante cada mensaje excitante que le enviaba su fiel amante, ante cada frase obscena que parecía salida de un poema profano.

Quería tocarse, tocarse como un loco, desenfrenado. Y quería que él lo tocara, que lo tocara como un demente, que quemase sus labios en su piel imprudente; En otras circunstancias se condenaría a sí mismo enfermo, en cambio ¡solo anhela, suda y gime! Por tener a Manjiro sobre él, moviéndose salvaje adentro, llenándolo completo de su semilla, necesitándolo, haciéndolo enloquecer, bebiendo su insaciable sed maníaca.

Recorría con ligera pena las demás fotos que se guardaban en el chat sobre su crush, una siendo más incandescente que la anterior. Dentro de si vibraba una sensibilidad que lo estremecía, electrificaba su espina dorsal, siendo cómplice de sus quejidos urgidos; exigiendo más intimidad, más contacto. Era consciente de la lujuria que emanaba entre cada párrafo que escribía como respuesta, sin embargo eso deseaba.

Una vehemencia fogaz recorría su miembro, desde el tronco hasta la gran cabeza de hongo que yacía en la punta, un ridículo palpitar se posicionaba en su agujero rosado, que le rogaba a gritos ser devastado por Manjiro, la incomodidad por la falta le rasguñaba como un lobo asustadizo dentro de su cuerpo. Aún no comprendía que los llevó hasta aquel momento, en un principio solo buscaba divertirse. Hanagaki Takemichi no se esperaba esto, juraba por Dios que no.

"Entre poesías tristes y caricias profanas"- Takemikey OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora