Y aquí estoy, apunto de hacer lo inimaginable, a punto de acabar con el sufrimiento, con el dolor, con las preocupaciones, con todo lo que me hace mal pero también para acabar con lo bueno, ¿De qué me serviría tener un poco de luz en la profunda oscuridad? Al final, siempre terminan saliendo los monstruos a atacar. Lo intenté muchas veces, he dado lo mejor de mí, pero al fin y al cabo terminaré haciendo algo irreversible que acabará con todo. Precisamente hoy, justo en estos momentos ya no creo poder más, voy a terminar con mi vida.
Ya puse a llenar la tina, siempre me consideré muy afortunado por tener una y nunca había pensado los tantos usos que tiene y lo tanto que ayudará hoy. La estoy llenando con agua caliente para mis últimos momentos, para sentir la calidez de la vida, para recordar esos días de sol con los amigos, para sentir por última vez esa rica sensación que es bañarse con agua caliente; pero también lo hago por muchas otras razones, como por ejemplo, que el agua caliente hace que la sangre fluya más rápido y así podrá acabarse antes este momento, otra razón es que disminuye el dolor, esto creo es lo que más me importa y por lo que decidí hacerlo así, entre menos sienta es mejor o eso es lo que pienso, aunque claro está que el dolor físico no se compara con nada al dolor emocional, este es peor ya que no hay una forma fácil de actuar con el y afecta en más aspectos de los que me gustaría.
Dudé mucho en cómo hacer esto porque hay muchas formas y todas me daban mucho miedo, ¿Cómo estoy seguro que acabará aquí? ¿Será fácil hacer esto? ¿A alguien le importará? ¿Y si no sale como quiero y termino sufriendo más de lo necesario? La verdad es que no puedo contestar estas preguntas, pero ya no me puedo echar para atrás.
He decidido irme por la forma más cliché y sencilla de alguna forma: cortase las venas. Antes de llegar aquí tuve que investigar el cómo y las mejores formas para hacerlo, no quería dejar nada de fuera y he planeado todo con cautela como la persona perfeccionista que soy. Lo único que se me olvidó fueron mis mascotas, creo que ellos saben lo que va a pasar porque los escucho afuera del baño rascando la puerta. Me despedí de ellos y espero que lo entiendan y no sufran por mí, no lo valgo.
Pero, ahora que lo pienso, ¿Cómo es que llegué aquí? ¿Quién soy yo y que estoy haciendo? Creo que pensar una última vez en qué me orilló a esto sería algo bueno. Pues vamos a ver mi historia.
Soy Alexander Cortes, estoy en mi último año de preparatoria y tuve que haber presentado para la universidad, pero no me sentía seguro sobre lo que quería y decidí no hacerlo, mi padre y mi hermano me apoyaron en eso, pero cuando se lo conté a mi madre solo me dijo que para qué desperdiciar un año de mi vida, la verdad es que por cosas como esas es que decidí vivir con mi papá y no con ella. Desde que entré a la preparatoria me propuse cambiar mis hábitos y empecé a socializar con toda la escuela sin dejar de lado mis estudios, me llevaba bien con los maestros y había veces en las que me decían que era su favorito (la verdad no creo serlo). Era parte de la sociedad escolar así que estaba al cargo de muchas cosas. Gracias a que siempre he tenido una facilidad para organizar mis tiempos, hice un horario para alcanzar a hacer todas mis actividades y que me sobrara tiempo para recreación y para descansar.