My Special Alpha ❤️ KookTae

007

Son las doce con quince minutos y Taehyung ha logrado avanzar lo que se propuso del trabajo incluso aunque le haya dedicado una hora entera a su alfa con besos largos, revitalizantes y manoseos dulces que de vez en cuando se tornaban traviesos, pero que no llegaban a más porque Jungkook comprendió a la primera que Jimin le había dejado ir temprano, pero que Taehyung se sentía culpable de dejarle muchas cosas encima, así que, aunque Jimin le había dicho que no era necesario, así que iba a dedicarse por esa tarde a horas extras que no iban a ser pagadas más que con la certeza de que el trabajo no se acumularía de forma agigantada y estresante.

Jungkook le había preparado bocadillos que lo ayudaron a tener su estómago lleno y su mente trabajando al cien. De vez en cuando entraba para masajearle los hombros o los pies sin que Taehyung se lo pidiera, dándole otro beso para relajarlo luego de terminar el masaje y desaparecer de la oficina nuevamente.

Una vez pudo lograr su cometido, Taehyung se levantó de su silla, estirando la espalda y palpando su trasero que, aunque no era así, sentía que había quedado liso luego de tantas horas sentado. Apagó su laptop y luego la oficina, cerrándola por costumbre y dirigiéndose hacia a su habitación encontró a su alfa semi dormido desparramado en el nido que aún no habían deshecho.

Recordó que debía hablar con Jungkook acerca de agrandar su pequeña familia de dos, que era realmente lo que había planeado hacer luego del trabajo, no esperando que tuvieran un pequeño tropezón que había provocado una tristeza profunda en su alfa y que luego culminaría en él sacrificando sus horas libres por el bien de su negocio.

Suspiró pesadamente, prometiéndose que lo hablaría mañana en cuanto regresara del trabajo, luego de cena para que pudiesen charlar con calma. De cualquier forma, Taehyung aceptaría la decisión de Jungkook sea cual sea.

Sabía de antemano que, si Jungkook declinaba de tener un cachorro ese año o los próximos hasta que se sintiera realmente seguro, su lobo se sentiría un poco rechazado por su instinto de reproducción, pero no era algo que Taehyung no pudiese manejar, porque la parte racional sabía que tener un cachorro era un giro de 180 grados en la vida de ambos, no se trataba de cualquier cosa. No era como si le preguntase a Jungkook si quería comprar un mueble nuevo para la casa, no, se trataba de integrar una nueva vida que por un largo período sería totalmente dependiente a ti, que traería nuevos retos, aventuras y experiencias tanto terribles como maravillosas.

Hay que agregar, que, aunque Taehyung nunca hubiese estado embarazado, ese proceso podía ser bonito o tremendamente horrible, dependiendo de su cuerpo y que no era en poco tiempo; nueve meses no pasaban en un parpadeo, sobre todo para la persona embarazada. Lo limitaría en muchas cosas, aunque no lo deseara y no podría evitarlo, tanto por el bien propio como el del feto.

Así que sí, Taehyung sabía todo eso y que cuidaría de su lobo que no entendería razones y trataría de convencerlo de que quizá no era suficiente para alguien como Jungkook. Aunque sonara agotador, Taehyung había aprendido a tener una buena relación con su lobo y confiar mutuamente el uno en el otro, por ello, a pesar de que iba a ser agotador no sería imposible y se repondría en un par de semanas.

"¿Terminaste?"

Fue lo primero que Jungkook preguntó con los parpados medio cerrados cuando lo sintió entrar al nido junto a él, ofreciéndole su pecho para apoyar su cabeza. Taehyung besó sus labios antes de asentir y acostarse con él, sonriendo feliz cuando por fin pudo descansar luego de ese largo día.

Al día siguiente, Jungkook tuvo que despertarlo porque estaba tan cansado mentalmente que su mente se había negado ante la alarma. Escuchó la suave voz de Jungkook llamarlo, recordándole que debía trabajar.

Se levantó a regañadientes y solo porque su alfa había sujetado su rostro y le había dado otro beso largo y profundo. Luego se había levantado, preparado mientras que Jungkook le preparaba el desayuno. Una vez se acercó la cocina para tomar lo que su alfa le ofrecía lo encontró un poco nervioso.