Ella es una muchacha tímida.
Él, un chico antisocial.
Hace años que se conocen y son mejores amigos.
Pero... ¿tal vez son más que amigos?
¿Qué puede surgir de años de quererse?
¿Qué puede pasar a los que se aman en silencio?
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-¿Te p...
Amigos siempre tuve Amigos siempre tendré Pero amigos como tu Nunca olvidaré
Era una mañana normal en Academia Beygoma.
O algo así.
Nunca hay días normales en Academia Beygoma.
–¡Lyyyyyyyyz!
¿Cuándo aprenderían que no le gustaba que la molestaran?
–¡Lyyyyyyyyz!
–¡¿QUÉ?! –Se exalto la chica –intento entrenar, por si no lo sabias.
Miro a ver quien era. Se encontró con Nika y se dio cuenta que había sido muy grosera.
–Perdóname.
–No es nada, ya se que no tengo que molestarte –dijo la niña –. Pero es que quería contarte que Shu salió en televisión.
–¿De verdad? –Pregunto la castaña.
Nika le dio su tableta. Entonces, Lyz miro la hora: era hora de volver a casa.
Antes de irse a Francia, sus padres le dieron ordenes estrictas para regresar a su casa. Guardo sus cosas y se puso la mochila.
–¿Qué pasa? –Pregunto la pelirrosa.
–Tengo que irme a casa, c'est urgent, ils me l'ont envoyé. Adieu –dijo la muchacha y salió corriendo. A veces, hablaba francés.
Lyz Sukaiburūkarā era una muchacha de pelo largo y castaño y ojos cafés. Usaba una camisa de color violeta claro con un moño violeta oscuro, una pollera del mismo color que el moño y unas botas negras.
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La chica comenzó a correr y correr. En el camino de la rivera, casi choca con Valt.
El peliazul corría apresuradamente. Liz lo siguió. El chico se puso a entrenar y ella no pudo evitar quedarse. Era como una especie de hermano pequeño para ella.
Se sorprendió mucho al escuchar a alguien hablar.
–¿Qué estas haciendo, Valt?
Miro: era Shu.
–¡Shu! ¡Quelle surprise! –Dijo y se le acerco.
–¡SHU! –Grito Valt y fue a su encuentro.
–Hola. Lyz –dijo Shu al darse cuenta de su presencia.
Comenzaron a caminar y hablar.
–Estoy bastante emocionada de mañana, es mi primer torneo –comento Lyz –, ¿y ustedes?
–¡Estoy muy emocionado! –Dijo Valt.
–Yo igual –dijo el albino.
–Wow, Shu, no se te nota –dijo la muchacha, riéndose levemente –. Suponía que tu irías, ganaste el anterior.
–Yo voy a ganar este –aseguro el peliazul.
–Sí, te creo –dijo Shu –, novato.
–¡Hey! Yo comencé primero –dijo Valt –, peleaba antes que tu y que Lyz.
–No se refiere a quien empezó primero –explico la chica –solo te faltan... algunas cosas claves.
–Como los fundamentos –completo el albino.
–¡De eso quería hablar! –Exclamo el peliazul –. ¿Me explicarían cuales son los fundamentos?
–Lo haría, pero tengo que irme –dijo Liz –. Encárgate, Shu. ¡Au revoir!
–¡Adiós!
La muchacha se fue corriendo.
Liz no podía pedir un mejor amigo que Shu.
Beso la fotografía que tenia de él en su habitación y le susurro:
–Gracias por ser mi amigo...
La sacó de su marco, la coloco debajo de su almohada y se fue a dormir.
