~Capítulo~18~

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El peliplateado daba vueltas, vueltas y más vueltas enfrente de la casa del Uchiha, bueno, de su tío. Su lado razonable le decía que era una tontería, que no valía la pena, estreses de la vida, pero su lado a salvajado le gritaba que le dijera todo lo que sentía, que lo besara y ya no quería pensar nada más. Una lucha interna que no se dio cuenta que la puerta enfrente de él se abrió abruptamente.

-¿Kakashi?-pregunto Obito

-¡Obito!-exclama riendo sarcásticamente-¿Qué tal?

-¿Bien?-responde extrañado-¿Qué te trae por aquí?-pregunta cerrando la puerta-¿Quieres acompañarme a comprar?

-Si-contesta, sin saber que decir, lo sigue, teniendo todavía presente la pelea de su mente

Obito lo miraba de reojo, le preocupaba, notaba que el más bajo estaba nervioso, pero al no tener una relación tan cercana tenía miedo de preguntar y salir herido por no querer contárselo. Pasaron toda la compra callados, de ida y casi de vuelta, solo porque Kakashi ya había decidido y había parado repentinamente en medio de la calle.

-Te dije que me gustabas-suspiro-Quiero tu respuesta, porque solo me hallas dado un beso después de mi confesión no arregla nada y más cuando nos estamos ignorando y si, nos, porque yo también lo hago ¡Y ya no quiero! -lo miro, a los ojos, quería contemplar la cara de lo que será, una cara de ¿Asco? ¿Decepción? ¿Tristeza?

Obito solo sonrió, agarro la mano del Hatake y lo llevo lejos, lejos de la civilización, en una entrada extraña pero bonita, lo que en una película seria "El lugar secreto del protagonista" y allí obligo a Kakashi a sentarse.

-Somos tan malos en el amor que no nos sabemos comunicar bien-ríe suave mientras agarra la cara pálida del contrario- Eres un hombre tan hermoso, tan maravilloso que haría lo que fuera para tener el mundo a tus pies, pero es tan cruel, que te doy mi mundo, lleno de felicidad, diversión y sobre todo libertad, porque tú, Hatake Kakashi, también me gustas, me encantas un montón.

Las lágrimas del peliplata empezaron a caer, pura felicidad expresan esas lágrimas, sonrió y empezó a reír suave mientras besaba al azabache, un beso que fue correspondido, el primer beso que iniciaba su relación, el primer beso de esta verdadera historia de amor. 

A lo lejos, una mujer de cabellos también albinos hablaba por teléfono ¿Con quien? eso no se sabe, pero lo que si tenía claro, era un plan, uno que arruinaría a AmBu y beneficiaria a Akatsuki.  Kaguya sonrió para si, con esta acción sentía que los pecados que cometió su estúpido hijo se iban pasando, poco a poco, pero iban disminuyendo. 

-¿Y esa sonrisa?-pregunta una castaña de mechas moradas asomndose por la oficina

-Rin-habla la mujer-¿Que tal estas? 

-Bien, pero te he preguntado yo primero

-Bueno... veras-suspira-He pensado en ayudar de alguna manera a Akatsuki, por el incidente y he llamado a uno de mis fieles seguidores a infiltrase en AmBu y sabotear todo, como mi hijo hizo.

-¡Que!-exclama asustando a la mas mayor-¡¿Por que?!

-¿Como que por que?

-¡Eso esta mal!-grita-Por muy resentida que estés, sigue estando mal, no puedes hacer eso

-Tu, solo calla y observa-habla Kaguya autoritaria-Si has venido a criticarme, puedes irte.

Rin sabiendo que no podría cambiarle de idea, decidió marcharse y que el tiempo discutiera su decisión. Cuando llege el momento, volvería a hablar. En todo este tiempo Akatsuki celebraba todo lo logrado, la detención de Zetsu, su gran apoyo de dos grandes famosos, Madara y Tobirama, éxito en LGC y sobre todo, eran mas famosos que nunca por las noticias. Aunque ahora mismo lo que se celebraba era la nueva pareja creada por el Uchiha y el Hatake, una Konan ilusionada no pudo quedarse callada al verlos agarrados de la mano, comiendo helado, felices como una pareja de tortolitos. 

A la fama //ObiKaka//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora