Taehyung estaba tomando en un bar, así de cliché como sonaba, quería ahogar las penas con alcohol, aunque como siempre y en cada caso, ellas sabían nadar.
Lo peor es que Taehyung no es de esos que toman cuando pasa algo, cuando no pasa nada, cuando están felices y cuando están tristes, pero cuando descubrió que Hoseok no lo quería, no supo que otra cosa hacer.
Como artista quizás era esperable que se pusiera a escribir cartas tristes o pintar cosas horribles y deprimentes pinturas, pero esto se sentía demasiado cruel para hacerlo arte. A Taehyung le gusta crear cosas bonitas de otras cosas bonitas que lo inspiraban.
Durante años Hoseok fue la cosa más bonita que lo inspiraba y por eso creaba cosas tan bonitas...pero esto es muy cruel.
Hoseok había sido demasiado cruel con él. Taehyung no cree que lo mereciera. Todo lo que hizo fue amarlo. ¿Eso es tan malo acaso? Quizás...amar demasiado no es bueno y esta es la paga que uno recibe.
Siempre supo que quien mas ama mas sufre, es como la ley de la vida.
Solo que aunque sabía que amaba más a Hoseok, creía que este lo amaba también de verdad a él, no de la misma manera, pero al menos, de alguna manera.
Ahora sabe que no. Hoseok nunca lo amó. Quien te ama no elige a nadie sobre ti. Quien te ama te hace siempre su mejor elección. Taehyung hubiera elegido a Hoseok sobre todas las cosas. Y duele que en caso contrario, nunca haya sido su primer opción.
Y lo peor es la mentira y el engaño.
Si Hoseok quería seguir siendo un niño rico y no juntarse más con él, probablemente hubiera sido menos doloroso que se lo hubiera dicho de frente y no hacer todo el show que hizo.
Fue con él junto a su familia, los conoció, los encantó, le hizo creer que todo estaba bien, le hizo creer que sentía lo mismo, se entregó a él, en cuerpo y alma...
Bueno, ahora sabe que no en alma, nunca le entregó su alma, ni su corazón.
Solo le dio su cuerpo. Y aunque Taehyung disfrutó de ese cuerpo, hubiera preferido ser el dueño de su corazón. O hubiera preferido no haber entregado nunca el suyo.
Pero la verdad es que Hoseok lo tuvo desde la primera vez que Taehyung puso sus ojos en él, desde la primera vez que lo conoció.
Hoseok fue su primer amor platónico y su primer amor real.
Y quizás esto no dolería tanto, si no fuera su primer corazón roto real también.
Nunca podrá conservar los buenos recuerdos de Hoseok, de cuando era feliz con solo mirarlo y admirarlo, aunque nunca había hablado con él, de cuando apenas lo conocía y su risa revoloteaba a las mariposas en su estómago, de cuando se hicieron amigos y Hoseok lo asombraba con toda su picardía y ternura, dos cosas que no son justas para una sola persona.
Taehyung cayó tan duro por él y prometió que lo detendría si él llegaba a caer también, debió hacerle prometer a Hoseok que si las cosas sucedían al revés, también debía detenerlo.
El caso es que Taehyung nunca hubiera tenido que detener a Hoseok, porque nunca lo hubiera dejado caer.
Sin embargo, Hoseok no puede detenerlo ahora, porque él mismo lo ha dejado caer.
El teléfono de Taehyung suena y suena sobre la mesa. No le importa. Sabe que es Hoseok. Y Hoseok no le importa. No le importa porque es la persona más importante para él y se ha dado cuenta que en su vida, nunca significó nada. Solo quiere olvidar.
Es cuando una chica se acerca a él. Una chica de piel dorada, pelo rojo fuego, pómulos altos, sonrisa con pequeños hoyuelos a cada esquina de sus delgados y rosados labios. Una chica que podría ser Hoseok si fuera un chico.
Esta chica le compra más bebidas, se acerca más a él, lo empieza a tocar y lo consuela cuando llora.
Esa chica lo deja llamarlo Hoseok, lo lleva hasta su casa y se acuesta a su lado.
Esa misma chica fue a la que Hoseok vio desnuda, en la cama, con su novio.
Esta chica fue la que le rompió el corazón.