YoonGi abrió la puerta de su departamento, al entrar se quitó los zapatos, sus hombros estaban caídos debido al cansancio, con cierto fastidio se desató el nudo de su corbata, un pesado suspiro abandonó sus labios cuando abrió la puerta del pequeño armario para arrojar dentro su maletín.
Había sido otro día de mierda en la editorial, bueno siendo sincero últimamente todos sus días se sentía así, estaba cansado y aburrido de su trabajo. Dos de sus autores habían firmado para las secuelas de sus libros, ahora él debía presionarlos para ver los avances y mandarlos al departamento de edición.
-Yoon. -la suave voz llenó el departamento.
Cerró los ojos con fuerza y contó hasta veinte antes de retomar su paso hacía la estancia. Se dejó caer sobre el mullido sofá de color crema y miró directo a la barra que divida el espacio de la sala de la cocina.
Ahí estaba JiMin, su novio le sonrió con verdadera alegría y siguió moviendo el contenido de la olla que tenía sobre la hornilla.
-¿Cómo te fue?
Rodó los ojos ante la pregunta, JiMin siempre preguntaba lo mismo y él solía responder exactamente igual cada día, ¿por qué el menor seguía preguntando si ya debía saber que sus días eran una mierda?
-Tengo dos nuevos proyectos.
JiMin detuvo el movimiento de la cuchara en la olla y lo miró con emoción.
-Eso es increíble, felicidades cariño.
Apretó los labios para no decir nada, ¿qué había de genial en esa noticia? Nada. Lo único bueno es que tendrían más dinero por los próximos meses, pero igual no cambiaba en nada su situación. JiMin tenía un buen salario como instructor de baile en una pequeña academia, y aunque él odiaba su trabajo en la editorial, sabía que su pago era bueno, el trabajo generalmente se le daba fácil pero ahora le resultaba tedioso.
Cerró los ojos dispuesto a descansar un momento, debía tomar una ducha y después seguir revisando los manuscritos que habían llegado a su oficina esa mañana.
-... y me los encontré esta tarde, ellos me contaron que...
Podía escuchar la voz de JiMin como si fuera una música de fondo, aunque lo hubiera querido no estaba poniendo atención, no tenía sentido porque él no quería hablar, estaba cansado.
Quería a su novio, claro que lo quería, pero habían llegado a ese punto donde todo era tan tedioso y aburrido, no siempre coincidían para la cena, JiMin siempre llegaba a casa a las seis y preparaba la cena para ambos, pero él salía de la editorial a las siete y llegaba a las ocho, o a veces se quedaba hasta tarde terminado sus cosas. Así que los últimos meses no se habían visto mucho en casa.
JiMin siempre le dejaba la cena lista en el horno sólo para que llegará y la calentara, y YoonGi dejaba listo el desayuno para el menor cada mañana. Eran un buen equipo, repartían los gastos y las tareas, tenían sus acuerdos de convivencia.
Pero con el pasar del tiempo y la monotonía de las cosas, YoonGi se preguntaba si él y JiMin aún eran una verdadera pareja y no solo compañeros de casa que tenían sexo de vez en cuando, a veces se sentía de esa forma.
Las cosas entre ambos se habían estado apagando lentamente en los últimos dos años. Cuando habló con Namjoon sobre eso, su amigo le dijo que era de esperarse pues pronto cumplirían diez años de conocerse y nueve de ser pareja.
En teoría eso podría ser verdad, pero la cuestión era que YoonGi no sentía que fuera sólo eso, para él las cosas venían cambiando desde mucho antes. Tal vez desde hace cuatro años, cuando se graduó de la universidad y consiguió su trabajo aburrido en la editorial. El tenía un trabajo que no terminaba de gustarle y que le resultaba tedioso porque estudió una carrera que nunca terminó de convencerlo pero que decidió continuar ya que era la forma más segura de ayudar a su pequeño novio y así ambos saldrían adelante.
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Un deseo
أدب الهواة¿Qué es lo que más anhela tu corazón? YoonGi no siempre lo tuvo claro, en algún momento fue amor y felicidad. Solo que en un punto de su vida su amor pareció apagar su felicidad y entonces se volvió rencoroso. Los seres humanos son egoístas, a vec...