♡Prólogo♡

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A veces me preguntaba por qué la vida tiene momentos felices y tristes. Siempre me decía que la felicidad es efímera, mientras que la tristeza parece eterna, acompañada siempre por el miedo. Pensaba que mi vida estaría llena de sufrimiento y soledad, pero todo eso cambió completamente. Finalmente entendí por qué existen la felicidad y la tristeza; ambas son cruciales en la vida y se convierten en recuerdos que se guardan en el corazón.

Diez años atrás

—¿Dónde estoy?

Sakura comenzó a observar detenidamente, pero lo único que veía era oscuridad. Antes de seguir analizando su entorno, un fuerte dolor recorrió todo su cuerpo.

—¿Por qué me duele tanto? —pensó. A lo lejos, divisó unas figuras que caminaban hacia una luz. A pesar del dolor, se puso de pie, pero el sufrimiento le impedía caminar o correr, así que optó por gritar—: ¡¡¡POR FAVOR, AYÚDENME!!!

Las siluetas se detuvieron al escuchar a Sakura. Con todas sus fuerzas y a pesar del dolor, se acercó a ellas y reconoció a esas personas.

—¿Mamá, papá, hermano? ¿Qué pasa? ¿Por qué me dejaron atrás? —Sakura no entendía por qué su familia no le respondía y veía en sus rostros una profunda tristeza.

Sakura sintió en ese instante los brazos de su madre rodeándola. Sintió la necesidad de llorar y las lágrimas comenzaron a brotar.

—Lo sentimos mucho, hija, por dejarte sola. Sé una buena niña y cuídate mucho. Nunca pierdas las esperanzas y sigue adelante —le dijo su madre. Luego la dejó de abrazar y continuó caminando junto a su padre y hermano, despidiéndose con una sonrisa.

—Mamá, ¿qué trataste de decirme? Por favor, esperen —Sakura quería alcanzarlos, pero el dolor era demasiado. Fue tanto que se desmayó. De un sobresalto, se despertó.

—¡Aa..aah!... Todo fue una pesadilla —Sakura trataba de calmar su corazón, que latía rápidamente, y comenzó a respirar hondo. Al sentirse mejor, miró a su alrededor y se dio cuenta de que no estaba en su habitación, sino en un hospital.

—¿Qué pasó? ¿Por qué no estoy en mi habitación? —Sakura no entendía por qué estaba allí, trataba de recordar, pero nada le venía a la mente.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta de la habitación se abrió y entraron un médico acompañado de una enfermera. Al verla despierta, el médico le preguntó cómo se sentía.

—Te has despertado. Dime, ¿cómo te sientes?

—¿¡Qué...!? —De pronto, unos recuerdos comenzaron a surgir en su mente y, con nerviosismo, preguntó al médico—: Por favor, dígame, ¿dónde está mi familia?

—Lamento mucho decirte esto, pero toda tu familia murió en el accidente —dijo el médico con voz grave.

El mundo de Sakura se desmoronó en ese instante. Sintió como si el suelo se abriera bajo sus pies, dejándola caer en un abismo sin fondo. Las lágrimas brotaron sin control, y su pecho se apretó con un dolor que nunca antes había experimentado.

—¡No! ¡No puede ser! —gritó, intentando levantarse de la cama, pero su cuerpo, aún adolorido, no se lo permitió.

La enfermera la sujetó con fuerza, aplicándole un calmante para evitar que se hiciera daño. Mientras el sedante comenzaba a hacer efecto, un último pensamiento cruzó su mente antes de perder el conocimiento.

—"Si tan solo no hubiéramos ido al parque por mi cumpleaños..." —y todo se volvió oscuro.

Antes del accidente

Sakura se despertó sintiendo una emoción que burbujeaba en su pecho. Hoy era su cumpleaños y el sol brillaba en un cielo despejado. Bajó corriendo las escaleras y casi pierde el equilibrio cuando unas manos grandes cubrieron sus ojos.

Mi encantador mayordomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora