Es hora de votar por el rey y la reina.
Vamos a votar por el rey y la reina.
Se convirtieron en el rey y la reina.
Tú y yo, vamos a ser el rey y la reina
En el palacio viven el rey y la reina.
Es solo apropiado para el rey y la reina ir juntos.
Solo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En una lujosa habitación de una gran mansión, se encuentra una mujer gritando de dolor y dando todo de sí para traer a su bebé al mundo.
—Vamos Ruby!~ tu puedes falta poco— la alentó la mujer castaña a su lado, quien portaba lágrimas en su ojos
—AAAH!!!/WAAA!!!—Seguido del grito de la mujer se escuchó el llanto de un bebé
—Felicidades, es una niña—Habló la partera mientras embolia a la recién nacida con cuidado para entregarla a su madre
—M-Mi...bebé—entendiendo sus brazos para recibirla—Tabita~... es una niña... tengo una niña—habló con alegría y cansancio, mirando a su mejor amiga la cual se encontraba en cinta
—Si!~ ahora tengo una hermosa ahijada—Lloro de felicidad la mujer que miraba con ternura a ambas
La felicidad era palpable en el aire, tanto en los sirvientes presentes como los médicos, pero esta felicidad no duró mucho, pues la recién madre había empezado a sangrar.
—Está teniendo un sobre parto!, rápido traer la medicina!!—Apuro la partera.
—Regina... su nombre es Regina—hablo mientras besaba a la bebe—Mami lo siente mucho, Mi amor... quiero que sepas que mami te ama... eres lo que más ama mamá en este mundo—le susurro débilmente esperando a perder fuerzas.
Cruzando miradas con la castaña, está rápidamente y con cuidado tomó a la recién nacida en sus brazos y agarró la mano de la pelirroja.
—¡Ruby! ¡No te duermas, vamos! Mantente despierta, por favor!— suplicaba con sollozos viendo como la medicina no hacía ningún efecto en la mujer.
—Tabita... por favor... a mi no me queda nadie... cuida de ella por favor~—Hablo con pesadez, cada vez más lento y débil
Estaba más que claro, ella moriría. En la habitación ya se escuchaban los sollozos.
—No! ¡No lo haré!, tú eres su madre ¡Vamos! Tu tienes que cuidar de ella!!—hablo en llantos la castaña—Tu cabezota! Tonta!! Tu debes cuidar de tu hija—
La pelirroja solo miró a la mujer castaña, aquella que era su mejor amiga, casi hermana. Esa que estuvo ahí en las buenas y en las malas... Sin duda su pequeña estaría en buenas manos, sabía que podía dejar a su bebé en manos de Tabita y Vicent.
Se lamentaba también el no poder despedirse de Vicent, pero se lamentaba más el hecho de no poder ver a su luz crecer, verla convertirse en una hermosa mujer y enamorarse... ya no podría hablar de chismes que su pequeña como había planeado... ya no podría estar ahí para consolarla cuando algún patán le rompa el corazón.
—Tabita... Por favor—Con súplica dejando su voz quebrarse por el llanto pidió—Por favor, por favor—sollozos con suplicó mientras apretaba su mano
La castaña se negaba y lloraba, hasta que escucho el llanto de la bebe en sus brazos, la cual había estado callada. Inspeccionó la apariencia de la recién nacida y podía ver que si no fuera por su cabello rubio y ojos rojos, sería una mini copia de su amiga.
