2: Negación

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Perspectiva de Nahoya Kawata.

Siempre me he sentido muy cómodo al lado de Muto, supongo que por su gran contextura física y los bajos ánimos que tiene para hacer las cosas, con su cara de póker. No lo sé, a veces incluso me resulta chistosa si lo observo de más. Tengo ganas de picar una de sus mejillas y reírme por su reacción, pero me aterra un poco que pueda sacarme volando.

Simplemente es alguien que se ve tan genial que muchas veces mi hermano menor se siente mal por cómo lo observo, quizás temiendo que lo reemplace, pero mi idea nunca fue esa. Solo desearía poder tenerlo a mi lado tal como ese chico nuevo, Sanzu, quien no me da buena espina. Es demasiado frío con todos nosotros y, en cambio, con él es de una forma tan distinta que no parece el mismo. Libremente le puede hacer chistes y se mantiene cerca sin que se vea incómodo con su presencia. No sé cómo logra tanto en tan poco tiempo. Yo lo llevo conociendo hace más y aún así me quedo atrás, no soy lo suficientemente capaz de sacarle un tema de conversación sin terminar diciendo cualquier tontería.

Al principio suponía que solo era suerte de principiante y que Mikey le habría pedido que lo trate bien, pero ya habían pasado tres meses para cuando los veía junto. Sanzu actúa como su mano derecha y él nunca lo niega. Salen para cualquier sitio a golpear gente y, a pesar de que pasa tiempo conmigo, solo soy un niño tonto para él, alguien con quien no puede abrirse. Eso me hace sentir más encaprichado de lo que debería. Entiendo que su relación sea de empatía, quizás porque la han pasado bastante mal en su hogar, solo que había sentido que era especial. No me quejo de mi querido hermano, realmente lo aprecio, aunque no me vendría mal otro más, uno que pudiéramos integrar de la forma que solo nosotros sabemos… Eso sería hablar por mí mismo, porque no le cae bien Muto. Bueno, no es que no le caiga bien, pero dice con su aire todo serio “nunca lo terminé de conocer”. No entendería lo increíble que es, con sus golpes que son capaces de matar y su presencia magistral.

Aún recuerdo la primera vez que lo conocí. Han pasado dos años de ese suceso y yo había sido nuevo como capitán, creo que él también lo era. En cuanto lo vi, le estiré mi brazo porque no llegaba a su altura y me presenté. Hizo lo mismo y me dijo algo al respecto de si le tenía miedo. Le contesté simplemente “no” y al parecer eso lo hizo sentir más cómodo. No es alguien de quien asustarse, al menos de que esté enojado, pero eso no ocurre seguido. Recuerdo que ese día lo invité a comer, solo nosotros dos en un restaurante callejero que encontramos por ahí. Creo haberlo ayudado un poco como su guía con respecto a la ToMan, porque era su primer día y en mi caso era el cuarentavo, solo que con la sorpresa de tener un rango superior. Nunca voy a olvidar ese día, fue muy especial para mí.

Me viví preguntando si para él los momentos que pasaba conmigo lo hacían pensar bien de mí para poder considerarlo mi amigo, pero creo que anoche me dio una clara respuesta. Mi hermano siempre me dice que lo que me gano es por chismoso y Draken tira una frase extraña de “el que se mete donde no debe, se entera de lo que no quiere”. Para mí que él es un señor de 40 años reencarnado en un muchacho, porque no puede ser tan jodidamente sabio. Al final, no tuve que meterme.

Solo quería ver si los chicos ya estaban acostados, pero cuando salí de mi habitación los vi por la ventana corrediza hablando. Alguien la había dejado un poco abierta, lo suficiente para hacer audible el mensaje que Muto le estaba dando. Pudo haber sido una declaración amorosa y yo estaba interrumpiendo allí, pero algo me hizo creer que no era tan así, quizás porque es raro declararse en un hogar ajeno por muy bonito que sea el balcón. Igualmente, es peor de raro declararse un traidor en el hogar de aquellos a los que traicionas.

¡Traidor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora