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—Es... mucho para asimilar. Tú eres un hombre lobo, hay un verdadero monstruo viviente viviendo en mi armario que puede que quiera verme muerta. Estoy siendo desalojada y mi mejor amiga está enojada conmigo. Ah, y mi jefe no me paga. Sí, más o menos describe mi vida en este momento. —Ella le dio una sonrisa triste—. Pero voy a sobrevivir porque te tengo a ti. 
—Seguro que lo haces. —Justin se rió entre dientes—. ¿Quieres ir arriba? —Le tendió la mano—. Te lo prometo, no más secretos. 
Le tomó la mano y se levantó, dejando que tirara de ella fuera de la silla. 
—Sí, ya me has contado que eres el lobo feroz. No estoy segura de que haya mucho más que puedas decirme que me sorprenda ahora. 
La atrajo hacia sí y la besó en la frente. Ella apoyó la cabeza sobre su pecho y estuvieron de pie un minuto, los sonidos de la casa rodeándolos. 
Ella dio un profundo suspiro, alejándose a mirarlo, todavía en el círculo de sus brazos. 
—Los sonidos de la cama son un buen lugar para estar. 
La condujo tranquilamente por las escaleras alfombradas y por el pasillo hacia su habitación, los sonidos de la casa desvaneciéndose mientras cerraba la puerta. ________ se sentó en su cama, quitándose los zapatos. 
—Así que, ¿cuántas personas en realidad viven aquí? 
Justin sacó la silla del escritorio, pateando las botas. 
—Por lo general entre diez y quince chicos y compañeras, más o menos. Con Bec... —Justin se pasó una mano por la cara—. Ha sido menos, desde que Bec se fue. Se llevó a algunos miembros con él, pero algunos han regresado. 
________ se acurrucó contra la cabecera y palmeó la cama junto a ella. 
—Ven y siéntate. 
Se levantó, subiendo en la cama, arregló las almohadas detrás de ellos y luego se sentó junto a ella, un brazo alrededor de sus hombros. 
—Esta cosa con Bec, es difícil para ti, ¿no? Lori era casi como una hermana para mí y cuando peleamos, las lágrimas salieron de dentro. Debe ser peor cuando es la familia. 
—Lo es. Él es... creo que está teniendo dificultades con que yo sea el macho alfa y él sigue siendo mi hermano pequeño. Quiere que yo sea ambas cosas, supongo. —Justin apoyó la cabeza contra la pared, frotando distraídamente el brazo de ________. 
—¿Quiere que lo trates de manera diferente? ¿Hacerle favores o cortarlo con poca holgura solo porque estas a cargo? 
Justin frunció el ceño al techo. 
—No lo creo. Simplemente no puedo actuar como lo hice antes, no seré amartillado. Con esta cosa de Arden, habríamos estado en esto juntos, hombro con hombro, haciendo lo que nuestro padre dijo pero no compitiendo para ver quién lo haría mejor, como un juego. Pero conmigo dando las órdenes... no es tan fácil para él aceptarlas, supongo. No puede hacerlo mejor que yo... porque no voy a jugar al juego nunca más. 
________ se quedó callada por un minuto. Tomó su mano, serpenteando sus dedos a través de él. 
—Justin, nunca me has dicho cómo murió tu padre. 
Justin respiró hondo. Todavía dolía pensar sobre ello y la sola idea de discutirlo hacía un nudo en su estomago. Pero allí estaba ________ y ella había compartido mucho de su vida con él. Se lo debía, intentarlo al menos. 
—Ellos fueron… mis padres fueron… asesinados por una manada rival. Fue hace mucho tiempo… sin embargo parece como si recién hubiese sucedido 
La manada, todos excepto Bec, parecían haberse adaptado. Pero para él fue más duro. 
—¿Cómo fue para ti? —Ella le apretó la mano y él frotó sus dedos a través de la parte posterior de su mano. 
—Duro. Muy duro. Yo era cercano a mi padre…y a mi madre. Todos sabían que sería el alfa algún día, pero sucedió muy rápido, tan abruptamente…tan brutalmente… Ninguno estaba preparado. 
— ¿Cuántas manadas rivales hay? —El choque en su voz era evidente—. Hasta ayer… ¿fue ayer? No tenía idea de que tu especie existiera y ahora hay manadas rivales. 
—No hay muchos, tal vez solo un puñado ahora…Habían más, pero a lo largo de los años hemos dejado de ser rivales y nos hemos unido…trabajando juntos. Esa era una de las cosas que mi padre realmente había comenzado, la cooperación entre rivales y menos peleas. No hay muchos de nosotros como solía haber y las peleas solo lo hicieron peor. 
—Entonces ¿Dónde están las otras manadas? 
—Esparcidas alrededor. Sobre todo aquí, en los suburbios…Lo que solía ser considerado como afuera de la ciudad. Hay unos cuantos en los centros de las ciudades, nuestros primos urbanos. Algunos más lejos en el campo. 
— ¿Y tú eres el alfa porque eres el mayor? 
Justin asintió. 
—Se transmite a través de la familia. Bec pudo desafiarme si quería. Pero realmente no quería y yo no… la manada tampoco quería. Ahora mismo eso solamente dividiría la manada. Bec la dejó, no hace mucho tiempo, con unos 
cuantos chicos para iniciar su propia manada. Pero muchos de ellos han regresado. Él obtuvo lo que quería, ser el macho alfa, pero aún no está preparado. Algún día tal vez lo esté, pero no ahora mismo. 
________ levantó la cabeza, mirando a Justin. Sus ojos eran suaves en la luz tenue. 
—Estás bajo mucho estrés aquí. ¿Por qué añadirme a la mezcla? ¿Por qué ahora? No puedo ser la cosa más fácil en el mundo para añadir a tu vida. 
Justin colocó sus dedos bajo su mejilla, levantando su rostro hacia él. 
—Tú eres la única cosa que me mantiene cuerdo en estos días, ________. Realmente. Sin ti aquí…No estaría seguro de ser capaz de sostenerlo todo junto. 
La besó suavemente y luego ella se acurrucó junto él, su cabeza en ese, ahora familiar, lugar en su hombro. Se sentía bien tenerla allí, su cuerpo caliente contra el suyo, todo lo demás olvidado por un momento, en la burbuja de felicidad que los rodeaba. 
—¿Por qué yo? ¿Y porque tan rápido sin tan siquiera conocerme del todo? ¿No eres un romántico en secreto, debajo de toda esa piel de lobo, creyendo en el amor a primera vista? ¿Lo eres? 
El pudo oír la sonrisa en su voz. 
—Confió en mi instinto. Si llamas a eso amor a primera vista, creo que es lo que era. Cuando te vi por primera vez en el club, fue como si algo me golpeara fuerte, sacando el aire dentro de mí. Ninguna otra mujer había hecho eso. 
—¿Ha habido otra mujer? —Ella le estaba tomando el pelo, a pesar de que la pregunta iba en serio. 
—Me has preguntado eso antes. Si unas cuantas a través de los años. Soy un hombre lobo no un ermitaño. Soy como cualquier otro chico, tú sabes. Me gustan las mujeres, estar con ellas. Pero nada era serio, al menos antes de que mi padre… antes de que me volviera el macho alfa. 
—¿Pero que es diferente ahora? —En cualquier otra mujer, necesitar estar tan segura, habría cruzado mas allá de la necesidad; pero conociendo de donde venia________, a él no le importaba. 
—El riesgo es un poco alto, creo. Un alfa necesita a un compañero, una hembra alfa. Así que he estado mirando a las mujeres de un modo diferente, un poco más a largo plazo, creo. 
________ se quedo inmóvil en sus brazos, una tensión poco sutil creciendo en su cuerpo. Casi podía leer su mente. Nunca había mencionado querer algo serio con ella. Contuvo el aliento, esperando. Tal vez había sido demasiado pronto, asustándola. Pero las palabras ya habían salido de su boca y no podía regresarlas. 
—Entonces, ¿estás diciendo que para ti yo soy a largo plazo? —Su voz era baja, sus palabras moderadas, como si estuviera probando cada una de ellas mientras las decía. 
—Durante el tiempo que tú quieras tenerme, ________. 
—Estas poniendo una gran cantidad de confianza en alguien que básicamente acabas de conocer ¿sabes? Podría estar contigo simplemente por tu dinero… 
Justin no tuvo más opción que reírse. 
—Puedes tenerlo todo, ________, si eso te hace feliz. Pero no tengo tanto. 
—Hablando en serio… Tú quieres ¿Pasar el resto de tu vida conmigo? —La incredulidad en su voz era palpable y su corazón se encogió. 
—Sí, lo haría. 
Pudo sentir su corazón latiendo contra él, mas rápido de lo que había sentido. Esperó, su propio corazón saltándose un latido, casi aguantando el aliento. Y aún así, no podía esperar más. 
—¿Lo harías, ________? ¿Pasarías el resto de tu vida conmigo? 
—¿Cómo tu pareja? —Su voz era apenas audible en la habitación 
—Si, como mi pareja —Justin cerró los ojos, tratando de mantener su respiración bajo control, de repente era superficial y rápida y se encontraba mareado. 
________ se movió en sus brazos y él abrió sus ojos, medio esperando que ella se deslizara fuera de la cama y fuera de la habitación. Ella se movió alrededor, hasta quedar arrodillada a su lado, al nivel de sus ojos. 
—Te ves como me siento. —Ella estaba sonriendo, lo cual era una buena señal. Y no estaba bajando fuera de la cama, todavía. 
—¿Cómo te sientes? —Su garganta estaba de repente seca y las palabras salieron sonando ásperas. 
—Un poco enferma del estómago, un poco mareada. —Su sonrisa creció—. Y realmente feliz. 
Él aclaró su garganta 
—¿La felicidad te hace sentir mareada? 
—Hiperventilar me marea y el hombre al que amo me acaba de preguntar si quiero ser su compañera, eso me hace hiperventilar. Así que si, felicidad es igual a estar mareada. 
—Entonces, ¿la respuesta es sí? 
—Sí, la respuesta es sí. 
Le sostuvo la mirada por un momento más y luego se inclinó hacia él, sus labios rozándose suavemente al principio y luego con una fuerza que lo sorprendió. 
Él se inclinó hacia adelante, sus manos moviéndose hasta sus hombros, guiándola hacia la cama. Se separó de su beso, mirándola. 
—Te amo, ________, siempre lo haré. 
Ella sostuvo su rostro entre sus manos, mirándolo a los ojos. 
—Y te amo, Justin, durante el tiempo que pueda, lo haré. Y seré tu compañera. 
Acababa de reclamar su boca de nuevo, su lengua deslizándose a lo largo de su labio inferior, cuando ella hizo un ruido de sorpresa y lo empujó lejos de ella. 
—¿Qué pasa? ¿Hay algo mal? 
Lo estaba mirando, una mirada con un poco de pánico en sus ojos. 
—Cuando dices compañera, ¿exactamente a que te refieres? ¿En qué forma? 
Justin se apoyó sobre su codo, su mano descansando sobre el estómago de ________. 
—Cualquiera…La que tú quieras. No te estoy pidiendo que seas como yo…ahora mismo. 
—¿Pero en algún momento querrás que lo sea? —Una arruga leve apareció entre sus ojos.
—Si tú quisieras. Me gustaría que lo hicieras, pero no puedo obligarte. 
—¿Pero tengo que ser como tú, una mujer alfa, cierto? 
Justin rodó sobre su espalda y colocó sus manos detrás de su cabeza. ________ se sentó, su mano se encontraba en su pecho, observando su rostro. 
—Sí, para liderar una manada, tienes que ser como yo, un hombre lobo. Y para tener niños que podrían ser como yo, sí, tendrías que ser un hombre lobo. 
—Oh. —La línea de su ceño se profundizó. 
—Pero no tienes que decidir nada ahora. No te voy a presionar para que cambies. En la manada tenemos miembros con compañeros humanos. Finn, por ejemplo. Angela no es un hombre lobo. Ella es humana, como tú. Ella acepta quien y que es Finn y no está lista para cambiar. Pienso que lo hará, cuando estén preparados para tener una familia. Pero ellos no están listos para eso todavía. 
—¿Y tú quieres hijos? ¿Cómo cachorros? ¿Cómo tu? 
La arruga había dejado la frente de ________, pero ella no estaba sonriendo. 
—Sí, quisiera. Me gustaría un hijo, alguien que se convirtiera en un macho alfa algún día. 
Justin se sentó, encontrando la mirada de ________, puso su mano en su mejilla. 
—Pero ahora mismo te quiero a ti. Quiero hacer el amor contigo y con suerte hacerte feliz. 
—Me haces feliz. Y muy, muy confundida. —Se rió acostada en la cama—. Hay mucho sobre que pensar, para decidir. 
Justin se inclinó y la besó suavemente. 
—No hay nada que decidir esta noche. El solo hecho de que estés aquí ahora mismo, es todo lo que quiero. 
Y Justin hizo lo mejor para hacer feliz a ________, tomándose su tiempo en todo lo que hacía, en cada caricia, en cada beso. Perdió la noción de tiempo, mientras la habitación se oscurecía mientras hacía el amor con ella. Ella finalmente gritó, retorciéndose debajo de él, su cuerpo tratando de encontrar su libertad, mientras que él tomaba la suya. 
Se quedó dormida, después de eso, acurrucada a su lado, su suave respiración calmando a Justin, arrullándolo hasta que él también cayó dormido en un sueño profundo. 
Un suave golpe despertó a Justin. Se deslizó fuera de la cama, tirando de sus pantalones vaqueros y caminó silenciosamente por el piso y abrió la puerta en silencio. Finn estaba en el recibidor, la preocupación creciendo en su rostro, la tensión en su cuerpo fornido. 
—Bec salió con un grupo de exploradores esta noche y alguien vino y le dijo que había encontrado la cosa. Quiere matarla. Creo que debías saberlo. 
—Gracias. Estaré abajo en un minuto. —Cerró la puerta silenciosamente. Cuando regresó, ________ estaba sentada en la cama en una piscina de luz amarilla, proveniente de la lámpara al lado de la cama. 
— ¿Algo sobre Bec? Escuché su nombre. 
—Sí. —Justin tiró una camiseta sobre su cabeza—. Encontró la cosa lobo y va a tratar de tomarla por sí mismo. Debo ir a buscarlo, cuidar su espalda, si va a seguir adelante con esto. 
Se sentó al borde de la cama, poniéndose sus botas. 
—¿Estarás bien aquí, verdad? Vuelve a dormirte. Regresaré antes de amanecer. Quédate. Por favor. 
________ asintió. 
—Estaré aquí cuando regreses. —Se inclinó hacia ella y la besó suavemente. Luego salió de la habitación. 
________ 
Apagó la luz de la mesita, escuchando sus pasos alejándose por el pasillo. Era muy tarde y la casa estaba silenciosa, pero había movimiento, como si la casa estuviera inquieta e incapaz de volver a dormir. 
La almohada junto a ella olía a Justin y la tomó, cambiándola por aquella en la que había estado durmiendo. Su rico aroma masculino estaba ahí e inhaló profundamente. ¿Cómo sería vivir aquí, siendo su compañera? 
¿Querría ser un hombre lobo, como Justin? Sabía cómo lucía para él, ¿pero cómo se sentiría ser realmente un lobo, perder el control de ti mismo una noche cada mes? ¿Dolería? O, ¿sería liberador de alguna manera? 
Lo amaba, lo sabía hasta en sus huesos, en su corazón. Al principio tuvo miedo, al oírle decir la palabra, pedirle que fuera suya. Él había estado casi tan asustado como ella. Su corazón se había acelerado, su respiración era tan rápida como la suya propia. Debe haber pensado que diría que no, o que saldría corriendo de su habitación. 
Pero eso era mucho menos que la conmoción de enterarse de que él era un hombre lobo en primer lugar. Eso había sido bastante abrumador. Tanto 
que solo lo había querido a él entonces, fuerte y rápido, un casi doloroso sexo duro para borrar sus pensamientos. 
Realmente no había quitado todo de sus pensamientos, solo la distrajo por un momento. Lo suficiente como para orientarse, y estar despejada. 
________ bostezó, tirando de las mantas por encima de sus hombros. Irónicamente, Justin era probablemente el más chico más normal que había conocido en mucho tiempo. Él la amaba y ella lo amaba. Y eso parecía una simple cosa, ahora que ella por fin estaba poniendo de su parte. Estar enamorada no parecía ser tan complicado, una vez que había llegado más allá de dejarlo entrar en su corazón. 
Justin 
Justin había regresado a la casa con Finn y los otros, justo antes del amanecer, dejando a Bec enojado con él por rastrearlo... controlándolo, habían sido las palabras exactas de Bec.
Había encontrado a su hermano en el viejo apartamento de ________, haciendo sigilosamente su camino hasta la escalera de incendios, a punto de trepar por la ventana rota. Había tratado de detener a Bec, pero luego él lo había seguido y los demás miembros de la manada, por lo que avanzaron con cautela el pequeño cuarto de baño, hacia el dormitorio. Pero el armario estaba vacío, la ropa todavía estaba esparcida por el piso donde Justin la había dejado. Nada más había sido perturbado y el olor se desvanecía, nada reciente. 
Finalmente, habían logrado ponerse de acuerdo después de un intercambio de palabras concisas, sin hacer alguna otra cosa esa noche. Y Bec, 
a regañadientes, accedió a reunirse en la casa más tarde para al menos hablar sobre algún tipo de estrategia, algún tipo de plan, para que pudieran trabajar juntos en lugar de estar persiguiendo la garganta del otro. 
________ seguía durmiendo cuando entró en su habitación. El sol comenzaba a salir en el cielo, convirtiendo el gris a un color rosa oscuro, la promesa de lluvia pesaba en el aire. Se había despojado de su ropa y trepado a su lado, acariciando su cuello. Ella había rodado inmediatamente a sus brazos, somnolienta y despertándose lentamente. 
Pero él la había besado suavemente, gentilmente, en un primer momento, su cuerpo sensual y débil debajo del suyo, los dos moviéndose a un ritmo que los llevó lentamente, cada movimiento y cada embestida intencionada era exquisitamente erótico. Justin perdió la noción del tiempo, de todo lo que le rodeaba, excepto del aumento de calor en su cuerpo y el calor que ________ emitía por él. 
Había llegado a parar debajo suyo, arqueándose en un éxtasis silencioso, su cuerpo se tensó y se estremeció por un prolongado momento antes de que sintiera una oleada de calor envolverlo y luego se le unió, sosteniéndose a sí mismo enterrado dentro de ella, ola tras ola de placer guiándolo a través mientras se venía. Finalmente exhaló contra ella, los últimos estremecimientos de su orgasmo se abrían camino a través de su cuerpo mientras la abrazaba con fuerza contra sí. 
Él rodó sobre su costado, dejando un ligero espacio entre ellos, con la mano apoyada ligeramente en la curva llena de su cadera. Su piel estaba cálida y suave bajo sus dedos y volvió a pensar en lo que sería como una loba, todas sus curvas transformadas en forma lupina, elegantes y potentes. 
Si ella decidía que eso era lo que quería hacer. Pero en este momento, esa no era una conversación que quería tener con ella. Era demasiado pronto, 
demasiado nuevo para ________. Solo quería estar aquí, saciado y relajado 
respirando el rico almizcle de hacer el amor y viendo a ________ irse a la deriva hacia el sueño. 
Se aseguró de no caer dormido otra vez y la despertó suavemente, con palabras gentiles y los más suave besos. Ella se duchó, se vistió y se fue, porque no quería una repetición de la mañana anterior. La besó, de pie en el porche delantero, sus labios demorándose en los de ella y entonces se había ido. Demasiado les había pasado en tan poco tiempo, y Justin todavía estaba asombrado por todo esto, y por ________. 
________ 
________ llegó temprano, atravesó la puerta de la tienda unos buenos quince minutos antes de lo que necesitaba estar allí. Ni una razón que le diera a Ryan la oportunidad de que le dijera algo hoy. Estaba sentada en la mesa, con el libro de citas abierto en el día actual, cuando él entró por la puerta de la parte posterior. 
—Hey, ________. Me alegro de verte aquí, a tiempo, arreglada y lista. Veo que estás tomando lo que te dije ayer en serio. Me gusta eso. —Se apoyó en la mesa y una oleada de mal olor picó en sus ojos. Él llevaba la misma ropa que había usado ayer y se preguntó si acababa de despertarse cuando la oyó entrar. 
Parpadeó, tratando duro de ahogar un jadeo y empezó a respirar por la boca. Levantó la vista y vio sus pupilas dilatadas, su comportamiento nervioso y supo que probablemente estaba drogado. No lo conocía lo suficiente para saber cómo actuaria y se tensó, esperando lo peor. 
—Sí, así que... ya sabes... quiero hablar acerca de tu trabajo aquí. —Ryan puso una silla plegable sobre la mesa, apoyando los codos en la parte superior, una línea de ceño fruncido apareció entre sus ojos. 
—Como he dicho, Ryan. Lo siento... 
—Sí, ya dijiste eso. —La interrumpió y ella se quedó completamente inmóvil, observándolo de cerca. 
—Entonces, como que te debo dinero. Sé que te dije que te pagaría al final de cada día, de esa manera estaremos al corriente. Pero, el negocio ha sido lento. Ya sabes cómo es. —Desplegó las manos, con las uñas mordidas y sucias, sobre la mesa. 
—Sí, lo entiendo. Me puedes deber hasta que... —________ se recostó en su silla, con los brazos cruzados sobre el pecho. Algo sobre Ryan cambió. De repente se veía como un tipo amable, con una sonrisa expandida en el rostro, e hizo que se le pusieran los pelos de punta. 
—Bueno, tengo una idea. Si quieres... —Ryan se puso de pie, moviéndose detrás de la mesa. Se sentó en el borde, tan cerca que ________ podía oler la ropa y el cabello sin lavar y. Se esforzó por reprimir una mueca, lográndolo parcialmente con éxito—. Podemos llevar a cabo un intercambio. —Extendió la mano, trazando los dedos a lo largo de su mejilla. 
—¿Un intercambio? ¿Cómo? No quiero un tatuaje. —Pero ella sabía lo que quería decir... lo que quería. Era tan claro por el bulto que se formó en el vértice de sus muslos cuando él pensó que no se notaría. Sacudió la cabeza. 
Ryan hizo un guiño, distorsionando su rostro por un segundo. 
—Intercambia lo que tienes por lo que te debo. Haznos un favor el uno al otro. 
Ryan se deslizó más cerca en la mesa, inmovilizándola en la esquina detrás de la mesa. 
—No debería ser un gran problema, para alguien como tú. —Su voz era baja y se imaginó que él pensaba que sonaba seductora. Pero los músculos de ________ se contrajeron y apretó la mandíbula con tanta fuerza que pensó que sus dientes se romperían. 
—¿Alguien como yo? ¿Qué demonios se supone que significa eso? 
Su risa envió una ola de indignación a través de ella, poniendo su piel de gallina. 
—Eres una stripper, ________. Una barata, por cierto. Todas ustedes se venden... todo el tiempo. Bailas para los hombres, por dinero. ¿A qué demonios crees que me refiero? 
—Creo que te equivocas, Ryan. No sé lo que Lori te dijo, o lo que crees que soy, pero no me vendo por dinero. Nunca lo he hecho. 
—¿Esperas que me lo crea? —Extendió la mano, agarrando su pecho. Ella dio una palmada a su mano y luego le dio una bofetada con fuerza en la cara. Él se estremeció, su cabeza se sacudió hacia un lado, pero su mano todavía estaba en su pecho, los dedos clavándose en su carne. 
—Tú, perra. —La agarró por los hombros, tirando de ella fuera de la silla—. No sabes en qué diablos te estás metiendo. 
La saliva se le escapó de la boca, su rostro contraído en una mueca de furia. ________ se retorció en sus manos, pero eran como el acero, estaban clavadas en sus hombros. 
—Estás jugando con fuego. Podría rasgarte miembro a miembro si yo quisiera, rasgar tu garganta. ¿Quieres ver? 
Él abrió la boca y ________ vio con horror, su corazón latiéndole en los oídos, mientras sus dientes se extendían hasta ser colmillos. Hubo un dolor repentino donde la sujetaba y ella miró hacia abajo a sus manos, y vio que sus uñas mordidas de repente se convirtieron en garras. El grito construyéndose en su garganta fue cortado cuando él la agarró por el cuello, inmovilizándola contra la pared, levantándola con facilidad hasta que sus pies ya no tocaron el suelo. 
—¿Sabes lo que soy, ________? —Su voz era un gruñido profundo, manchas de saliva salpicaban su mejilla—. ¿Sabes lo que puedo hacer contigo? 
Ella luchó débilmente contra su agarre. Entonces, de repente la soltó y ella cayó en la silla, respiraciones jadeantes salían de su garganta. Ryan se puso de pie frente a ella, bloqueando su salida. Pedazos dispersos de piel aparecieron en sus brazos y mientras observaba, poco a poco se retiraron. Arrastró los ojos hasta su rostro, esperando ver la cara de un lobo, pero se puso de pie con los ojos cerrados, la mandíbula apretada, respirando profundamente. 
Abrió los ojos, mirándola. 
—Casi me hiciste transformarme completamente, perra. Y ahora sabes demasiado, sabes lo que soy. 
Ella sacudió su cabeza. 
—No, quiero decir… no lo voy a contar. Lo que eres… no es algo que puedas controlar. Está bien… quiero decir… no lo voy a contar. —Las palabras se derramaron de ella y se escuchó hablar sin sentido, sabía que estaba divagando. Pero sea lo que él fuera, Ryan regresó a estar bajo control, más o menos. 
Y eso no tenía sentido. No era luna llena; ellos acababan de tener una y Justin había cambiado. Le había dicho que los hombres lobos estaban obligados por los ciclos de la luna ¿Entonces, qué demonios era Ryan si él podía cambiar… y luego detenerse y cambiar de vuelta? 
—No estás sorprendida por esto… tú sabes algo, ¿no es cierto? Lori ya te lo contó, ¿no? Perra. —Ryan golpeó la mesa con su mano—. Ella me lo prometió que, sin importar qué, no lo diría. Ni si quiera a ti. 
—Ella no me contó nada, lo juro. Mira, solo… vamos a considerar esto a mano. Me voy, no diré nada, y tú no me debes ningún dinero. ¿Trato?

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Claiming the alpha II JB&TU(Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora