EPÍLOGO

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ENEMIGO CERCANO

GIANNY  17

Candy caminó con una sonrisa en el rostro mientras su pequeño hijo corría divertido entre las hojas, de pronto subieron la colina y al fin pudieron encontrar lo que estaban buscando.

La rubia miro silenciosa la tumba mientras que el pequeño tomaba su mano y la observaba sin comprender nada.

---¿Quién es?.- Le preguntó al ver como ella fruncía el ceño de la nada.

---Alguien que conocí hace mucho.

---¿Cómo murió?.- De pronto su madre lo miró y acariciando su rostro pasó a despeinar su castaño cabello.

---Supongo que de tristeza y culpa.

---¿Se puede morir de eso?.- El niño miró la tumba y sintió algo extraño en su corazón.

---Si.

---¿Era tu amigo?.- Candy respiro hondo y se agacho para colocar el pequeño ramo sobre el suelo olvidado.

---No.

---¿Y por qué vienes a verlo entonces?.- Candy limpio el suelo y miro nuevamente el nombre grabado en la piedra.

---Porque a veces es bueno aprender a dejar la cosas atrás para seguir caminando.

---No entiendo.- Candy rio con los ojos húmedos y despeinando nuevamente el cabello de su hijo se puso de pie.

---Tampoco es necesario que lo hagas.

---Mami ya vamos.- Jaló su mano para iniciar la retirada.

---Dame un minuto...puedes ir bajando.- Haciendo un puchero el niño empezó a caminar.

---Hola Archi.- Dijo apenas la rubia.- Solo vine a decirte que...dejó las cosas atrás, perdono todo lo que paso e hiciste.- Sintió como el viento soplaba suavemente y se acomodó un mechón de cabello.- Desearía tanto que pudieras escuchar que ya no te guardo rencor y que el dolor que había dentro de mí ya se acabó.- Una lágrima se derramo por su mejilla.- Nunca entenderé que te llevo a hacer algo así, nunca comprenderé sobre ese amor enfermo que me tuviste pero no dejare que arruines mi vida una vez más.- Respiro hondo y soltó.- Te perdono, te perdono porque ya no deseo que formes parte de mi vida...te quedaras en el pasado y juro nunca más traerte a mi presente.

Se giró para iniciar su retirada y antes de empezar a caminar habló.

---Fue divertido escuchar que mentiste aun sabiendo que te quitarías la vida.- Miro de reojo la descuidada lápida.- Nunca fui tuya y nunca lo seré...adiós.

Y sintiendo como un peso liberaba su cuerpo bajo con una hermosa sonrisa donde se encontraba su pequeño.

---¿Ahora podemos ir donde papá?.- Dijo algo enfurruñado.- Tengo hambre.

---Claro.- Lo tomó de la mano y ambos empezaron su andar.- ¿Podrías no decirle a papá que vinimos aquí?.

---¿Por qué?

---Porque es un gruñón.

---Bien.- Dijo el pequeño niño.

----Será nuestro secreto.- Le guiño un ojo logrando que el niño saltara de la emoción.

---Tampoco le diré a Luck, mi hermano es bien chismoso, será nuestro secreto mami.

---Claro...ahora vamos pequeño saltamontes

Y ambos caminaron tomados de la mano y felices de las cosas que habían hecho durante el día, como de costumbre contarían todas sus proezas y las ocurrencias que ambos habían hecho en cada lugar que visitaron, claro, sin olvidar la promesa que habían quedado.

Al fin Candy Grandchester lograba ser feliz con la familia que tanto había deseado, las cosas no habían sido fáciles pero nunca perdió la esperanza que poder serlo...tenía un esposo que la amaba y dos hijos maravillosos que se preocupaban por ella...era feliz.

Sin mirar atrás se permitió mirar el mundo con una luz de esperanza, olvidar y andar paso a paso, permitirse ser feliz al lado de los que amaba.

EL FIN

GRACIAS

ENEMIGO CERCANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora