𝘊𝘈𝘗𝘐𝘛𝘜𝘓𝘖 𝘐

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Un gran palacio de extravagantes colores y forma les da la bienvenida, unas personas con brillante vestimentas y extraños picos con una banderita los dejan pasar, las decoraciones por dentro del palacio son hechas de jade, y muchos dibujos que la pequeña Michelle no sabe que significa, pero de algo está segura, aquí dejan que pinten en las paredes y no son regañados. Más personas con trajes de sirvientes domésticos saludan con educación, llegan a una gran puerta donde está un corazón con varias rosas incrustadas y dos armas a cada lado del corazón siendo unidad por las espinas de las rosas.

Los guardias identifican a Alessandro y abren las puertas, dejando a el campo de visión de la única menor en la sala a un señor de cabellos blancos y piel oscura, de unos ojos de un llamativo color celeste claro llegando a verse blancos, con ropas doradas y una bonita corona, en su rostro se puede apreciar una expresión pacífica y amable.

-Mi señor, he regresado de mi misión, vengo a dar un reporte de lo acontecido.-Se arrodilla poniendo una mano en su pecho y bajando un poco su cabeza mostrando los curiosos ojos avellana de la menor.

-Me alegra que hallas regresado con vida, hijo mío. Y veo que trajiste contigo a una niña.-El de cabellos blancos sonríe para la menor, está avergonzada se esconde como puede en Alessandro.

-Si mi señor, fue encontrada a el suroeste de mi localización, estaba siendo perseguida por un licántropo...con signos de maltrato infantil, cuando la encontré estaba inconsciente al despertar le hice unas cuantas preguntas-Suspira con agotamiento.-Fue vendida y comprada como esclava y mercancía de carreras de sobrevivencia ilegal, mi señor.-Dicta, bajando con cuidado a la menor.

-Por los dioses, que desafortunado destino te toco pequeña.-Se levanta de su trono y camina hacia la menor que se incoge de los nervios. El emperador se pone de cuclillas para quedar a la estatura de Michelle.-Pero fuiste encontrada por un buen hombre, que te acogerá como su hermana y te cuidara, nunca más pasarás por todo lo que viviste, puedes estar tranquila.-Acaricia los gracientos cabellos de la menor.

-Le agradezco mucho su bondad, prometo que no le hará falta nada.-Alessandro sonríe alegre, sabe que su emperador tiene cierta debilidad con los niños y aún más sabiendo su pequeño pasado antes de conocerlo.

-Se que lo harás, ahora prepara un baño, dale ropa, comida y llévala con Stella y Mike para que le curen esas horribles heridas.-Mira al de ojos ámbar, este asiente haciendo otra reverencia y toma la mano de la menor.

-G-Gracias por aceptarme...-Murmura con agradecimiento, su vocecita chillona alegra el corazón del emperador.

(...)

La gran tina humea, el aroma a limpio llega a las fosas nasales de la menor, Alessandro la dejo en el baño con la tina preparada. Nunca en su corta vida ha visto tantas cosas para el cuerpo y shampoo, frunce los labios cohibida.
El choque de nudillos contra la madera del baño la hace ver en dirección a la puerta.

-Hello, ¿Puedo pasar?- Se azoma una cabeza de cabellos naranjas oscuros.

Tímida, se cubre el cuerpecito maltratado.-S-Si...

La mujer de vestido blanco con un corset café entra con una sonrisa dulce, con ella trae una ropa y una toalla.

-Tranquila Michelle, soy amiga de Alessandro, me llamo Amanda.-Se presenta la mujer de bonita sonrisa. Con delicadeza se acerca para alzarla y meterla a la calidez del agua limpia, con una esponja enjabonada frota sus brazos, pasa al cuello tallando con la fuerza necesaria para no lastimar a la infante, de hay con otro trapo limpia su rostro y el resto del cuerpo. Un shampoo de rico aroma a chocolate es puesto en el ceboso cabello, dando un masaje al cuerpo cabelludo. Michelle por un instante cierra los ojos, disfrutando el masaje que le está haciendo Amanda.

♕︎sᴛʀᴀɴɢᴇʀ♕︎ (HaremxLectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora