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EL LIBRO.

EL LIBRO

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ROSIER

-Me presento preciosa, soy Rosier y tú eres mía.

El dramatismo siempre ha sido parte de mi, siento que aporta un poco de excentricidad a esta vida de mierda. He escuchado a personas mayores, e incluso jóvenes decir que estarían mejor si durmieran una noche y nunca volviesen a despertar, imagínate que hijoputa ha de estar no poder dormir, ni morir. Una pesadilla para algunos, una realidad para mí.

Volviendo al tema, mi atención regresa a la cara estupefacta de la pelinegra. Yo diría que es una mezcla de 'voy a vomitar, desmayarme o gritar', ojalá y no se le ocurra la última, atraería mucho la atención y es lo que menos necesito ahora.

Dicho y hecho, o bueno ¿pensado? Como sea, a la mundana esta se le ocurre echar un grito que resuena por toda la casa, y estoy casi seguro, todo el barrio. Con un simple chasquido hago que sus cuerdas vocales dejen de vibrar, instantáneamente ella se agarra la garganta en un esfuerzo de comprender qué estaba pasando. Genial, mi factor sorpresa se había arruinado.

Al notar que había sido obra mía, la pelinegra cambia su expresión a terror absoluta, lo disfruto por momentos hasta que ambos escuchamos.

-Hija ¿estás bien?- la voz de lo que asumo su madre resuena a través del pasillo y las escaleras,

Devuelvo mi mirada de la puerta hacia la que parece que se va a desmayar delante mío, muy cerca. Concentrate soldado. Me comunico telepáticamente con ella.

-Prometo soltarte y no hacerte daño si te controlas y le dices a tu madre que no pasa nada.

Busca mi mirada, como tratando de asegurarse que no haya un ápice de mentira o de engaño en ella, si supiera que el mismísimo Lucifer me enseñó a mentir.

-¿Venus? No tengo tiempo para esto, respóndeme por favor.

Asiente una vez lentamente y le descubro la boca con cuidado que no vuelva a repetir su grito de película de terror de los 80's.

-Sí estoy bien mamá, no te preocupes, solamente vi una araña- responde con nerviosismo y miedo en la voz- una muy fea e inoportuna.- responde un poco más confiada y calmada que anteriormente.

¿Me acaba de insultar? No, no lo creo. Aprecia su vida un poco más que eso.

-Regreso al trabajo hija, te deje algo de fruta y un sandwich, si quieres algo más prepárate. Nos vemos en la cena.- responde la señora que se hace llamar su madre, ni siquiera le importo si estaba bien. Pero bueno, cada quien.

Escuchamos la puerta principal cerrarse y la pelinegra regresa la vista hacia mí con el mismo nerviosismo que antes. Echo un paso hacia atrás y la rodeo sentándome en la cama.

-Comencemos de nuevo, me llamo Venus Tomasseu- que raro generalmente sus comentarios son más tajantes, más sarcásticos- ahora dime que mierda haces en mi casa y cuándo te vas a largar ricitos de oro- y volvemos.

Venus [en proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora