Venus [en proceso]

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ME PRESENTO SOY ROSIER Y TU ERES MÍA.

VENUS.

Alrededor de las 8:30 AM me encuentro en el bus de vuelta a casa. Me desperté a las 7 AM con mucha voluntad propia y ganas de morir, he ido a recoger mi maleta a casa de mi abuela y mis tíos me han ido a dejar a la terminal de autobuses que se encuentra a 30 min del pueblo donde viven. El camino de 5 horas es bastante largo y para las 2 horas y media ya no sentía ni el culo ni la espalda. Las 3 horas de sueño ya me están cobrando factura y trato de mantenerme despierta todo el trayecto, viajar en bus y en especial sola me da muchísimo miedo.

Llegando a la central de autobuses me encuentro sorpresivamente a ambos de mis padres esperando por mi en la entrada, no esperaba ver a ambos ya que mi padre siempre trabaja y mi madre igual, pero ella muestra un poco de interés en mi, pero solo cuando quiere que le caliente comida o le pase el control remoto.

No me quejo, siempre que pido algo ellos me lo proporcionan con mucho gusto y se que trabajan muy duro para comprarme todos los caprichos que a se me puedan venir a la mente, pero a veces me gustaría que en vez dinero regado al frente mio, tecnología de cientos de euros, ropa innecesaria, fuesen ellos preguntándome como estoy, pero no solo que pregunten por obligación, que realmente les interese. Y si tal vez es una ridiculez pero a veces me gustaría que la única atención que me dan no sea para darme una plática de 2 horas de como un 9.8 no es suficiente y que argumente las razones por las que no conseguí el 10 y terminar con un "echale ganas yo se que tu das para más". O a veces ya ni eso llegan a preguntar.

Wow tus pensamientos son muy diferentes a esa cara de santa que te cargas, una voz profunda muy diferente a la de mi conciencia resonó en mi cabeza.

¿Qué?

Ese no fui yo, Jesucristo redentor ya te has vuelto loca.

Lo que me faltaba, ser esquizofrénica.

-VENUS- la voz chillante y emocionada de mi madre me saca de mis pensamientos. Me toma y me da un abrazo tan fuerte que apenas puedo respirar.

-Mamá no puedo respirar- me suelto del abrazo y procedo a abrazar a mi padre.

-Te hemos extrañado niña- ay wey, eso no suena como mi padre -¿Cómo que has engordado un poco no?- y ahí está.

Calvo de mierda, ando rifando unos madrazos y tú tienes todos los boletos nada más te aviso.

A mi me parece que está preciosa no se que dice el señor.

La misma voz vuelve a sonar en mi cabeza.

¿Qué mierda?

Bueno tampoco tienes que mentir por convivir.

-Jaja no sé, ¿vamos a casa?- respondo con la sonrisa más veráz que mi cara pudo formar, intentando evitar el tema.