🌂 CAPITULO 8 🌂

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Off dejo la casa de Gun y tomo un autobús hacia la suya. Realmente la platica había sido mejor de lo que pensaba. Aún no tenía muy bien entendido que debería hacer, pero se suponía que debía buscar un trabajo de medio tiempo los próximos días y sobre todo hablar con Earth.

Earth. De nuevo esa pesadez en su corazón se hizo. Miró la ventana y la lluvia empezó a caer, y aunque eso le recordaba a Gun y su bonito olor a tierra mojada, el hecho de pensar en su "novio" disipó todo pensamiento.

Cuando el autobus llegó a la parada próxima a su casa, bajo de este y tomó el paraguas que llevaba dentro de su mochila para así abrirlo y ponerlo sobre si. La lluvia era fuerte, días anteriores los medios habían dado las noticias de tormentas torrenciales que venían del norte del país. Algo así como un huracán.

Camino hasta llegar a su gran casa, la cual, por las luces prendidas, se dio cuenta que sus padres tal vez estarían esperándolo para regañarle. No tuvo más remedio que buscar sus llaves en su bolsillo y abrir la puerta para entrar, no sin antes limpiar sus zapatos en el tapete de afuera.

Todo dentro de su casa estaba prendido. Desde las luces hasta la pequeña lámpara que estaba dentro de la sala, la cual podía divisar un poco más lejos del pasillo que daba a ella.  Dejó el paraguas en un perchero en el lado izquierdo al igual que su abrigo y las llaves. Quito sus zapatos y se puso unas pantuflas bonitas de conejitos que estaban en una pequeña repisa en el lado derecho junto con más de estas pertenecientes a sus familiares.

El ambiente cálido del hogar le hizo sentir tranquilo, pero mientras subía el escalón para asi aproximarse a la sala, el aire se volvió denso y en sí noto no sólo el olor de sus padres, sino otros más que le pusieron en alerta.  "¿Visitas?"  Se aproximó lentamente hasta entrar a la sala y encontrarse con tres personas de espaldas en el sillón y sus padres frente a estos hablando de un tema que el no tenía conocimiento. Se adentro y las miradas de sus padres le siguieron.

—Señorito —su madre Alfa habló levantándose del sofá. —Ven aquí y saluda.

Off camino tembloroso hacia ellos. Cada vez que lo hacía más se podía dar cuenta de las personas que estaban ahí.

—Vinieron Earth y sus padres a platicar con nosotros ¿Por qué no tomas asiento? —habló la Alfa, para después, tomar asiento de nuevo. 

El Alfa miró la escena con temor. Todo aquello le daba pavor. Sus suegros, no lo veían de la manera amigable como antes, podría decirse, que Earth sólo mantenía su mirada baja sin decir nada. Estaba en serios problemas.

Se dirigió hacia una pieza del sofá que estaba cerca de sus padres. Se sentó ahí y acomodo su mochila en el suelo para ahora si, confrontarse a la platica, que no tenía conocimiento de que iba a tratar.

—Primeramente Off, sabemos de dónde llegaste —aquello hizo que el pelinegro brincara en su lugar y mirara a sus padres sorprendido.

—¿Ya hablaste con sus padres? —le preguntó su madre Omega sin perder su porte, el cual no era acusador. Simplemente quería respuestas.

La sala cayó en un silencio de penumbra. Off empezó a pasar saliva mientras movía sus pies, estaba seguro de que era producto del miedo y susto que le provocaba la situación.

—Creo que era hora. Mira, tienes diecinueve años Off, ya eres un adulto. Nunca te hemos negado nada, de hecho, te hemos dado todo lo que has pedido. Jamás te faltó algo ¿Hicimos mal en la educación que te damos? —Off negó rápidamente. —Bien, pero, ¿Por qué lo hiciste y por qué no nos dijiste? ¿Sabes el problema en el que nos metes? —preguntó la Alfa, la cual estaba hablando en un tono un tanto severo.

Off solamente asintió y con una de sus manos apretó su pantalón. Pero, esta vez no se haría para atrás. Siempre había recurrido a las lágrimas para desquitarse de sus problemas. Pero esa vez, en casa de Gun, se dio cuenta que si quería hacer las cosas bien, tenía que ser fuerte y afrontar cualquier problema. Levantó la cabeza y miró a todos. Esta vez, su vista se posó en Earth y sus miradas conectaron.

—Creo que no estaría bien pedir disculpas, por que ya lo hice —dijo sin más. —Está tarde, salí hacia la casa de Gun junto con sus padres para platicar sobre mi cachorro y...

—¿Tú cachorro? —preguntó la Alfa levantándose enojada. Los padres de Earth abrazaron a su hijo, mirando a Off como sí fuera lo peor del mundo. —¡Esa cosa no puede nacer! ¡Sabias que teníamos una alianza con los Namwirote! —grito desesperada la pelirroja.

El pelinegro solamente negó repetidas veces. Jamás había visto a su madre así, con tanta ira y desprecio hacia un ser humano.

—No —contestó firme. —Ese fue mi error... no puedo obligar a nadie a hacer lo que quiere con su cuerpo... Eso es...

—¡Pero todavía están a tiempo! ¡Puedes decirle! ¡Aparte eres joven! ¿Por qué no lo has hecho? ¿Qué es lo que harás?

—Porque... —quito su vista del Omega frente a él. Se agachó y tomó su mochila, agarro el cierre y la abrió para resbucar entre sus libros. Cuando obtuvo en sus manos la pequeña imagen que estaba buscando, la mostró hacia ellos. —Él o ella, es una parte mía. ¿Si entienden?

Aquella fotografía o ultrasonido, se la había entregado esa mañana en clases. Off se maravillo al ver a tan pequeño ser y solo pensar que aquello era su hijo, su cachorro, le puso feliz de una manera increíble.

—Tal vez no entenderán, se que soy muy joven, pero nunca es tarde para aprender, porque, algo entendí, y es que, de cada paso que da uno en la vida, sean errores o cosas positivas, se aprende. 

Fue en ese momento, cuando Earth se levantó y salió de ahí rápidamente ignorando a todos. Sus lágrimas empezaron a salir agresivamente. El Alfa dejó la fotografía en las manos de su madre Omega y salió de ahí corriendo entre las miradas sorprendidas de los padres de ambos. Del perchero tomó el paraguas y el abrigo, salió rápidamente tratando de encontrar señales del Omega. 

Camino dos o tres cuadras cuando ahí lo miró en una parada de autobuses, sentado debajo de la lluvia. Ya no lloraba, solamente miraba el suelo con tristeza. Earth sintió como la lluvia ya no pegaba sobre su cabello y como es que su cuerpo tomaba calor. Un abrigo fue puesto en su espalda y un paraguas le protegía. Sintió un peso sobre el lugar y se dio cuenta que era aquel Alfa del que alguna vez se había enamorado y aún seguía amandole como un loco.

—Earth...

—Off...

Y aunque el Omega quisiera desechar todo ese amor que sentía por el Alfa y seguir con su vida, no lo podía hacer, nunca lo entenderían. Tomó las mejillas de Off entre sus dos manos y se acercó lentamente juntando sus labios en un beso. Jamás entendería la gente, cuanto es que, Earth, amaba a Off.

—Quédate conmigo, por favor —susurro al oído del pelinegro y sus lágrimas salieron de nuevo. Su olor a chocolate caliente y el olor característico a pan del Alfa, se envolvieron en aquel momento.

Umbrella // OFFGUN💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora