Don't Leave Me (White Lips 2)

Capitulo 11

Capitulo 11:

Desperté con un fuerte dolor en la cabeza, trate de llevar mis manos a esta pero estaba atada.

-¿pero que?- dije en un susurro

-al fin despiertas maldita- Samantha estaba parada con un vestido reojo corto en la esquina de la habitación

-¿ahora que quieres de mi?- pregunte evidentemente molesta

-primero, a mi me tratas con respeto, segundo, las preguntas las hago yo! Tercero, mas te vale que me contestes como yo quiero por las buenas o por las malas- se sirvió una copa de vino y puso una silla delante de la mía.

-Tsk- chasquee la lengua ganándome una bofetada por parte de la zorra.

-deja de hacer eso que me molesta, a ver...¿con que puedo empezar?- llevo sus dedos a su mentón simulando pensar -ya se!- gritó

-hazlo rápido, no tengo todo el día- Me taladro con los ojos

-¿irás a mi boda?- maldita, apenas empezando y yo ya me sentía mal.

-creí que no saldría de aquí con vida- la rete

-no te pases de lista conmigo- dijo en tono serio

-es fácil con alguien como tu- otra bofetada

-cállate, ¿dejaras ya a Uta?- preguntó

-yo lo deje hace mucho- un dolor en mi pecho me recordó mis sentimientos hacia él.

-menos mal...que lastima que a él no le haya gustado eso- cruzo sus piernas

-ahora! ¿Qué contactos tiene una inútil como tu en aogiri?- eso era evidente que le molesta

-ninguno- sonreí mientras cerraba los ojos

-mientes- derramo su vino encima mío

-¿tu que sabes?- abrí los ojos fulminándolo

-lo averiguare mas tarde...- me sonrió con malicia

-quita esa cara, te saldrán arrugas y el botox es caro- tomo mi cabello y lo jalo con fuerza

-escucha pequeña perra, no me faltes el respeto que si no fuera por mi compasión estarías muerta desde hace mucho- acerco si rostro al mío, sentí el olor a Alcohol en su aliento -ahora dime...¿donde están las ratas de Anteiku?-

-mátame, eso no te lo diré- hacia cosas que no le podía contar y después eso, se lo que trama y por nada del mundo se lo diría.

Esta vez fue su Kagune lo que me golpeo.

-estoy aquí- se escucho una voz femenina del otro lado de la puerta.

-maldicion, espero que no mueras de hambre, mas tarde vendré a sacarte la información- me inyecto una especie de líquido en el brazo y mis párpados se volvieron pesados

-esperare ansiosamente- respondí con cinismo

Me había quedado dormida por aquella inyección, justo acababa de despertar y se escuchaban ruidos extraños, como pasos, quizá la rubia perdió la llave.

-Idiota- dije en voz alta.

Los pasos se acercaron a la puerta

-¿hola?- dijo una voz que me resultaba vagamente familiar -¿alguien?- Si no estuviera tan drogada tal vez reconocería aquella voz.

-voy a entrar- escuche como la perilla giraba -es broma...t/n!!!!!!- sentí unos cálidos brazos rodearme -maldición, ¿que te hizo esa perra?-

-Karen- respondí débilmente.