Don't Leave Me (White Lips 2)

Capitulo 1

Capitulo 1:

Gire de nuevo en la cama tratando de enterrar mis pensamientos en lo mas profundo de mi mente, cerré los ojos e instintivamente la imagen de esa rubia me vino a la cabeza.

Las vacaciones en anteiku habían terminado, no lo podía creer, era bueno volver al trabajo, será una forma de mantener mi mente ocupada. De nuevo le gane al despertador, apenas sonó yo alargue el brazo para silenciar su molesta alarma, hice mi rutina diaria de ir a bañarme y lo demás, salí del departamento con mis pocas cosas, la semana pasada lleve todo de vuelta a mi cuarto en el edificio de a un lado de anteiku, pase a un lado de la calle de su local, sentí esa presión en mi pecho, ganas de llorar y correr hacia él, pero el ya no estaba ahí...al parecer se había ido con esa rubia para "convivir" con su prometida, Nishiki y Kaneki no me dejan sola, siempre me llevan a que me distraiga, cosa que les estoy profundamente agradecida, Touka y todos en general suelen estar conmigo todos los días, no me siento tan sola aunque es imposible no sentir ese vacío dentro de mi al pensar en él.

Camino por la calle y veo a una pareja con un niño pequeño de las manos el dolor en mi pecho vuelve a presentarse pensando en que Uta y ella podrían estar así.

-buenos días- suena la campana indicando que alguien a entrado.

-bienvenida t/n- Yomo estaba sentado supervisando a Kaneki y Nishiki, al parecer ahora ellos tomarían el turno de la mañana.

-t/n!!! ¿Cuanto tiempo?- Kaneki me abrazo eufóricamente.

-pero si nos vimos ayer- trate de recuperar un poco del aire que me era imposible tomar debido a la fuerte presión en mi pecho.

-suéltala ya Kaneki, ¿qué tal estás?- Nishiki me abrazo, Esto en realidad no me lo esperaba, correspondí su abrazo ganándome una mirada graciosa por parte de una cliente frecuente que solo venia a verlo a él.

-basta, todos hablan como si hubiera muerto alguien- sonreí amargamente al recordar lo que paso con Ayato

- nos preocupamos por ti, es normal que nos pongamos así de pesados- Nishiki regreso a su lugar en la cafetería

-nos vemos mas tarde- fui a mi habitación a poner todo lo que me faltaba por acomodar

-toc toc, ¿como estas?- Llego Touka acompañada de Hinami.

-muy bien- estaba segura de que algún día me creería el decir esto.

-t/n Touka y yo haremos una pijamada toda la semana, ¿participarías?- la voz de Hinami me provoco ganas de pronunciar un sonoro "awwwww" por supuesto no lo hice pero awwww

-claro! ¿Donde la harán?-

-en la habitación de Touka y mía, lleva tus cosas cuando gustes.- Hinami me sonrió awwww.

arregle mis cosas para dos días, la verdad esa habitación estaba dos pisos mas arriba que el mío y siendo honesta no me apetecía subir y bajar a cada rato, prepare todo y subí, toque la puerta u Touka me abrió.

-te quedas a tomar café, el turno de la tarde ahora nos corresponde a nosotras y Kaya...- el tiempo se había pasado tan rápido, no había notado que en dos horas era nuestro turno.

-claro- me senté a su lado y ella me sirvió café en una gran taza.

-maldita mujer!!! Y t/n...vayan a trabajar ahora!- Nishiki grito desde el otro lado de la puerta.

-cállate maldito! No somos tan irresponsables como tu!- en efecto, al Enterarme del compromiso de Uta nada había cambiado, solo para mi.

-pues dense prisa- bajamos a la cafetería y nos dividimos lo que haríamos, esta vez no me tocaría la barra...era un lastima, me gustaba estar sentada todo el día.

Sonó la campanilla indicándonos que alguien había entrado Touka y yo pusimos nuestra mejor sonrisa y le dimos la bienvenida.

No preste mucha atención hasta que note que se sentó en una mesa que me correspondía ocuparme a mi, al momento entraron otras personas, esas eran de Touka.

-Bienvenido a Anteiku- sus grisáceos ojos me miraron, ¿lo conozco de algún lado?

-quiero un café doble cargado- sonrío de lado y yo sentí mi corazón dar un vuelco.

Enseguida, lleve la orden a Kaya y al poco rato la entregue.

Me quede mirando las noticias "agentes del CCG se hacen cargo del temido ghoul Jason..."

-Ha! La ccg por supuesto- Touka susurra a mi lado con un toque sarcástico en su voz

-ya se va, veo unos grandes billetes de propina- Touka me dio un leve golpe con el codo señalando "discretamente" al chico de ojos grises.

Me acerqué a él para despedirlo.

-te dije que las niñas que lloran eran molestas, te ves mejor así- me dedico otra de sus sonrisas de lado y mi piel se erizo.

-vuelve pronto- le sonreí de la forma más honesta que pude.

Me acerqué a la mesa con la intención de tomar mi propina.

-al parecer gana muy bien- ¿que le pasa a Touka?

-son como quinientos...¿que es esto?- tome un papel de debajo de los billetes

-un numero- lo sostuve y Kaya se acercó a mi.

-su número de teléfono...- tomo el papel y lo examinó.

-con que Kai ¿eh? Suertuda- Kaya volvió a su puesto.

Guarde el papel en mi delantal y seguí con toda mi rutina de trabajo.

-pueden irse, gracias- Yomo cerro la puerta. Y las tres caminamos hacia el edificio

-¿ya has subido tus cosas?-

-si, pero me olvide de mis cobijas ¿crees que hagan falta?- pregunte cuando llegamos a mi piso.

-supongo que si, normalmente en la madrugada hace más frío del que crees ¿te espero aquí?-

-si, voy por ellas y aprovecharé para cambiarme- entre en mi cuarto y me cambie, tome mis cosas para dormir y salí de ahí...justo puse la mano en la perilla escuche como abrían la ventana.

-supuse que estarías aquí, no entendí la nota- entro como de costumbre por la ventana.

-Suzuya, ¿qué te trae por aquí?-

-me entere de la lagartona esa...- instintivamente me entraron ganas de golpear, o a el o a la rubia esa.

-ah, ¿qué debería hacer?- mi voz sonó mas depresiva de lo que imagine.

-que amargada, no se mucho de ella pero se que tiene algo que ver con unos ghouls...-

-¿ella lo es?- la pregunta salió sin pensarlo.

-si-

-t/n ¿estás ahí?-

-ya voy Touka...me quedare fuera una semana, puedes quedarte aquí, no hagas ruido- salí por la puerta...¿la lagartona era un ghoul? Ahora se me complicaban mas las cosas.

Llegamos a la habitación y ya estaba todo listo, comida (para mi) café, comida para ellas y muchas cosas comunes de cosas así.

Me senté en el suelo donde habían puesto una gran cobija y comenzamos a ver películas totalmente envueltas en cobijas, cada día que pasaba la herida del asunto de Uta se cerraba, pero esta me quemaba y no dejaba de doler, recordándome que era real todo lo que me pasaba.

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Gracias Jessica por la portada