Don't Leave Me (White Lips 2)

Epílogo

-cariño te vas a caer!- grite desesperada viendo como Ryu corría persiguiendo a Shiro por el jardín.

-si te sigues preocupando te saldrán arrugas- maldije en mi interior

-claro! Tu no eres el que esta curando sus heridas mientras llora, estas tan ocupado jugando tu maldito juego de zombies!- observe como reía y se acercaba a nuestro hijo para levantarlo en brazos y llevarlo hasta donde me encontraba.

-pídele perdón a tu mamí- le pidió

-lo siento mamí- observe sus ojos, uno de ellos era verde esmeralda mientras el otro era negro...si iris roja, aun a sabiendas de la poca posibilidad en que pasara, esta aumento siendo yo mitad ghoul, un hijo y una hija en camino. Lleve mis manos hacia mi ya notoria barriga y observe mi aniño brillando al sol

-esta bien Ryu, ve a comer-se revolvió en los brazos de su padre para que este lo bajara -tu también- le reprimí, se acercó a mi y me dio un corto beso en los labios y me sonrió.

Recordé ese momento, el momento que cambio mi vida para siempre, ese momento en donde acepte unir mi vida a la suya para toda la eternidad

*****
Flashback
Uta acariciaba mi piel por debajo de mi vestido. no llevábamos ni treinta minutos en esa cama y ya estábamos necesitados el uno del otro, sentía como sus manos viajaban por mi cintura mientras sus labios no dejaban los míos. Lo acompañe y lleve mis manos hacia el borde de se camisa y la desabotone lentamente.

-hazlo de una vez- separo su boca ligeramente de la mía -me estas matando- seguí su petición y me deshice más rápido de su camisa lanzándola hacia algún lugar de la habitación. Al darme cuenta ya no llevaba mas ropa puesta. No temi. Nos entregamos al amor que sentíamos, lentamente, suavemente (be-sa-me, ya pues) esta vez no hubo sentimiento de culpa ni preocupación por el mañana, ahora todo estaba bien y lo estaría.

-hay algo que quiero pedirte- uta se sentó en la cama sobre la cual descansábamos -no es la mejor situación o el mejor lugar pero- observe como se levantaba en busca de su camisa y corbata mientras se ponía la poca ropa que levantó rápidamente y buscaba algo en un cajón de la previamente acomodada habitación

-dime- me senté ansiosa observando su nervioso y extraño comportamiento.

-t/n, ha pasado mucho, pero mucho tiempo, hemos pasado por muchas situaciones de las más extrañas, pero! Aunque hables dormida, aunque me pegues cuando digo alguna estupidez te amo- no me lo creo- así que...- se arrodillo frente a mi en la cama- ¿quieres casarte conmigo?- *****

-t/n! Tienes una llamada- Uta me saco de mis bellos recuerdos mientras me levante y camine hacia dentro, mientras pasaba por el salón y veía las fotos de la boda de Ace y Karen, la de Touka con Kaneki y la de Suzuya con aquella extraña chica me puse a pensar lo mucho que cambio todo en estos cuatro años. Estaba feliz. Muy feliz.

-BOO!- pegue un grito ligero y un pequeño salto a causa del susto de que Uta me había dado!

-te matare- dije desafiándolo ganándome una mirada u una sonrisa coqueta de su parte

-ya lo hiciste esta mañana con tu sonrisa-

"Te acuerdas cuándo te dije que no deberías confiar en alguien como yo? Pues creo que lo he vuelto a hacer. Fallarte, me refiero. He vuelto a huir cuando he visto que todo se me quedaba grande. Te he abandonado por miedo a que me abandonaras tú. He decidido irme antes de que me echaras. He pensado que, mejor que me odies a que me quieras. El primer sentimiento estoy acostumbrada y el segundo me da tanto, tanto miedo...
No creas que ha sido todo una mentira. Qué va. Lo que ocurre es que cuando se es cobarde se tiende a abandonar todo por lo que un día luchaste sin que te importe las consecuencias. Y yo soy muy de impulsos. Bueno, deberías saberlo ya. Yo soy de esas que te pido que no la dejes nunca mientras planea el día de su huida. Egoísta lo llaman.
Que no es que no te haya querido. Es que te quise mal. Te quise a mi manera. Esa manera que corrompe y rompe todo lo que se toca. Esa manera de querer en la que de tanto miedo, acabas por odiar. No sé. Creo que te quise muy a mi forma. Muy yo. Y, ¿sabes que me desprecio, no? Pues, cuando una persona que se odia, quiere a otra, esta forma de querer es... diferente. Peculiar. Contradictoria. Es dañina para ambos. Porque no sabe querer. Cree que quiere pero en realidad perjudica. Y es por eso que decidí irme. No me odies. No supe estar a la altura. No supe amar cuando lo único que reside en mí es odio. No hay espacio aquí para sentimientos positivos. Ya ves. Y oye, tú siempre me has dicho que no te dijera que te echaba de menos, que mentía. Que no me creías. Pero, ¿sabes? Te he echado de menos. Y te echaré de menos siempre. Perdóname."