Wanda Stevens siempre fue una persona muy apegada a la monotonía mientras más alejada de lo sobrenatural mejor para ella.
Pero con la llegada de unos alienígenas que amenazan con destruir la tierra no puede evitar involucrarse, especialmente cuando...
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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎.𝟖
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𝐝𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐧𝐚𝐯𝐞
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Ambos habían sido trasladados hacia un desierto, por lo que ahora se encontraban uno enfrente mirándose a los ojos. Pero hubiera sido un poco más cómodo si se encontraran solos, por lo que el hecho de tener tanques y soldados apuntando al hombre, no ayudaba mucho.
─ Gracias─ rompió el silencio Clark. La bruja frunció el ceño sin saber por qué le agradecía─ Por creer en mí─ continuo Clark hizo sonreír a Wanda junto con un pequeño sonrojo.
─ Somos los mismo─ le respondió Wanda, sintiendo sus manos cosquillar. No sabía porque, pero sentía la necesidad de acariciar la mejilla de Clark─ Pero no hizo mucha diferencia al final.
─ La hizo para mí─ la voz gruesa de Clark resonó en los oídos de Wanda, que sin dejar de mirarlo extendió su mano.
Wanda lo primero que notó al sentir el tacto de Clark, era lo cálida que se encontraba, algo muy diferente a su mano que siempre se encontraba fría además de que se encontraba adornada con varios anillos. Ella podía sentir como su corazón latía con rapidez, no quería dejarlo ir, por lo que apretó la mano del hombre sin quitar de vista la unión.
