capítulo 7

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Se encontraban en la torre viendo la ciudad desde arriba. Habían hecho unas cuantas carreras y detenido algunos ladrones, estaban por irse a casa a descansar un poco ya que casi eran las tres de la madrugada.

-parece que tu cuerpo ya se encuentra mejor.

En el transcurso de las semanas la salud de adrien parecía haber mejorado significativamente. No sabía si era por que ya no salía de viaje tan seguido o por que se había estado encontrando con marinette una o dos veces a la semana. Siendo la segunda la razón por la que solían tener pequeñas discusiones y momentos incómodos.


El rubio asintió satisfecho de ver a su amigo tan complacido solo por que ya no tenía esos pequeños mareos . - mejor regresemos, ya se está haciendo tarde.

Ambos regresaron a la mansión donde como ya se le había hecho costumbre a ambos, se ducharnos y vistieron para irse a dormir, adrien con su bien planchada pijama y luka con una camiseta y sus calzoncillos. Se les había hecho tan natural tener la presencia del otro, que luka ya tenía su propio espacio en el guardarropa de adrien.

Se metieron a la cama con evidente cansancio, acurrucados uno contra el otro. No era necesario para ellos desearse buenas noches, con el simple toque de sus cuerpo les bastaba para ender que ahí estaban, ahí seguían el uno para el otro aunque ninguno parecía animarse a dar ese paso que podía cambiar por completo las cosas y que los revelaría de una vez por todas tal cual eran.

૮(˶▪︎-▪︎˶)ა

se que crees que es injusto que vaya a verlo y que actúe como su amiga incondicional y todo eso, pero... no puedo... simplemente decirle que soy lady bug.

Luka suspiró con sobreactuada desilusión. – sabes que no me parece nada justo, marinette. Adrien a sufrido mucho y creo que si no eres capaz de ser sincera con él, lo mejor es que te alejes antes de que le hagas más daño. – cuatro semanas. Exactamente cuatro semanas desde el día en que a la muy valiente marinette se le había ocurrido ir volando a tocar las puertas de la mansión Agreste para salvar a su eterno amor de adolescencia de las sombras de su oscuro pasado. Eso era lo que luka pensaba que pasaba por la mente de la cuica cuando llegaba a su casa luego de visitar durante solo unas pocas oras al rubio. Era verdad, y aunque había jurado nunca admitirlo en voz alta frente a nadie, marinette comenzaba a sacarlo de quicio, yendo a ver a adrien más de una vez a la semana, haciendo que los tontos reporteros pusieran sus asquerosos ojos sobre adrien y su privacidad nuevamente, publicando tonterías sobre "la misteriosa chica que frecuenta la mansión Agreste" "Probablemente su novia" "su gran amor secreto". Incluso adrien se la pasaba hablando de las cosas que ella le contaba sobre sus amigos, hasta le había contado de esos meses en los que había salido con lila. Era una tonta.

– es solo que quiero esperar un poco más, apenas hemos hablado un par de veces, es demasiado...

El ojiazul interrumpió tomándola del hombro y mostrando la expresión más seria que podía conseguir en ese momento. Si o si estaba decidido a lograr que su amiga desistieron de visitar al rubio, y aunque sabía que tal vez no lo hacía con mala intención y solo quería ayudar; adrien ya lo tenía a él y con eso debería ser suficiente – si no eres capaz de hablar con la verdad lo más pronto posible, te apegarás nuevamente a él, a lo que tienen y no vas a querer dejarlo.– eso aunque había sido para ahuyentarla, en el fondo ambos sentían que así pasaría. Después de todo cuando se trataba de adrien marinette era alguien completamente diferente.

Marinette solo atinaba a mirarlo fijo y a tartamudear. –  p-pero...

– sin peros heroína. – cambió su semblante a uno más amigable. – tengo que irme ya. Nos vemos luego

Mari recuperó también su actitud habitual aunque con un poco de dificultad. – s-si, yo igual. B-bueno hoy iba a ver a adrien pero como no está creo que mejor iré... iré a ver a alya.

En cuanto adrien se había sentido Mejor retomó sus viajes de negocios. A luka le alegraba que su rubio ya no tuviera el 
Rostro pálido y que no estuviera débil todo el tiempo, además por supuesto de que ya no vería a marinette en esa semana, también se sentía algo solo, tal vez demasiado acostumbrado a la presencia del rubio y a su compañía. Para quien supiera lo cercanos que eran ambos ahora le sería fácil notar lo mucho que extrañaba a adrien, aunque según el ojiverde era solo un viaje corto de dos días; y luka no quería imaginarse como serían sus días si algún día tenía que irse por un viaje largo.

Mientras esperaba, iba a aprovechar esos dos días para persuadir a marinette de alejarse. Obviamente procurando que ella no se diera cuenta, por que aunque era suerte que no la soportaba desde hace unos días eso no significaba que sería su enemigo jurado. Aún quería conservar su amistad, pero quería más que no se metiera de por medio.

El gato y La SerpienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora