"Tú y él volverán a vivir por mi mano. Pero enamorarte de nuevo, dependerá totalmente de ti ".
Vidas a través del tiempo y espacio donde Saoirse y Timothée se encuentran, una y otra, y otra vez.
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Después de las diversas reuniones, es de noche, y es entonces cuando Saoirse y Timothée van a la ciudad.
En sus primeras visitas, Saoirse había ido con uno de los guardias del palacio, ya que no quería pedirle a Timothée más de lo estrictamente necesario. Después de todo, son sólo dos personas en un matrimonio político. No se deben una relación personal.
Pero rápidamente se da cuenta de que ir con un guardia de palacio no le da lo que quiere. El guardia acaba siguiéndola mientras deambula sin rumbo fijo por las calles, atrayendo miradas y susurrando, pero sin saber a dónde ir, por dónde empezar a conocer gente. El único lugar al que realmente puede ir es al orfanato, y eso es solo porque Timothée la llevó allí en primer lugar. Ella se encuentra deseando explorar la ciudad con él cada vez más.
Entonces, justo cuando sale de sus habitaciones una noche, ella va a preguntar si puede acompañarlo. Está pasando una mano por sus rizos oscuros, luciendo casi juvenil con su sencilla túnica azul y pantalones de una manera que no lo hace con sus mejores galas.
"Princesa", la saluda con indiferencia, metiendo las manos en los bolsillos. Parece mucho más relajado ahora que los asuntos del día están terminados. Y se da cuenta de que es eso, no la ropa, lo que lo hace parecer más joven. "Entonces, ¿vas a dar un paseo por la ciudad?"
"Lo haré."
"Bueno, pídele a un guardia que te acompañe." Dice para después pasar junto a ella. Saoirse lo agarra del brazo antes de perder el valor.
"O a ti", contraataca. Hace una pausa y mira. Ella prosigue apresuradamente. "¿No es eso lo que dijiste? Tengo que ir con un guardia o contigo. Me gustaría ir contigo esta vez."
Parpadea. Puede imaginarse por qué. Esta sería la primera vez que hacen algo juntos que no es estrictamente comercial o tradicional, como compartir la cena.
"Parece que conoces la ciudad mejor que yo", continúa, sintiendo por alguna razón la necesidad de explicarse a sí misma, "y a la gente".
"Tal vez prefiera estar solo."
Tiene la sensación de que él se está haciendo el difícil a propósito, pero de todos modos juega su última carta. "Es mi cumpleaños", le dice, y observa cómo la sorpresa parpadea en su rostro. "Considéralo tu regalo para mí. No me interpondré en tu camino".
La mira en silencio por un momento. "Nunca me dijiste."
Saoirse se encoge de hombros. Los cumpleaños no son un gran acontecimiento de donde ella viene. Sus últimos quince antes de este han pasado con muy poca fanfarria.
Él camina hacia adelante. "Vamos, entonces."
Entonces ella va con él, y esta vez es mejor. Se mete en una armería, saluda a gritos al tendero y la presenta. Regresa al orfanato y Saoirse habla con Miu durante una buena media hora mientras les cuenta cuentos a los niños.
