Advertencias: Smut.
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Los cuerpos de ambos adolescentes estaban siendo iluminados por la luz de la luna en tanto sus labios se abrazaban en un baile lento y dulce. El de cabellos largos sostenía de la cintura al de ojos azules mientras este lo abrazaba por los hombros.
Poco a poco fueron caminando hacía atrás hasta llegar a la cama. Siendo el llamado héroe llorón tirado sin delicadeza alguna al colchón.
Esperaba esto desde hace tiempo. Sabía que se deseaban y el cúmulo de tensión se había roto esa noche luego de una intensa batalla contra otra pandilla; habían ganado como siempre, mas el ver a su novio tan imponente declarando la victoria de la ToMan se había sentido diferente.
Una sensación de ser dominado le había inundado y el cómo lo beso en frente de todos lo demostró. Sin despedirse de nadie, Mikey lo llevó hacía su amada motocicleta y con un gesto le indico a Draken que se encargará de todo.
Y allí estaban. Impasibles mirando sus ropas llenas de tierra y sangre seca caer. Anteriormente se habían visto como vinieron al mundo en los baños públicos, sin embargo, esta vez sería diferente y darían otro paso más en su relación.
—Manjirou...
Llamarlo por su nombre solo acrecentó su deseo. Se deshizo de la última prenda en su cuerpo antes de acostarse al lado de su Takemichi. Volvieron a unir sus labios al tiempo en que se deshacía de todo lo que le impidiera tocar su suave piel.
Poco a poco fue bajando la mano que estaba en la mejilla de rubio cenizo hasta llegar a su pecho acariciando con delicadeza sus músculos, se detuvo unos segundos para luego seguir hasta llegar a su parte baja. Tomó por la base el miembro del de ojos oscuros, con delicadeza lo empezó a masturbar.
—Oww, no te conocía así.
—Cállate.
Le sonrió con ternura como una indicación para que prosiguiera.
Soltaba leves jadeos por la fricción; frío con caliente, el líquido preseminal no tardó en salir, y eso solo mejoró el momento.
—Mitchy, si hubiera sabido antes que tus manos eran mágicas, entonces ya te hubiera hecho mío desde hace mucho.
—¡Mikey-kun!
Rio. Una risa real. Una que solo Takemichi tenía el privilegio de ver.
Se dejó hacer y quedó bajo su cuerpo. Su cuello fue atacado, Manjiro lo marcaba con una posesión que le encendía. Dejaba ver que era suyo y solo suyo. Con una de sus rodillas hizo espacio entre las piernas del menor, quien soltaba suaves gemidos en tanto se sostenía de uno de los fuertes brazos de su novio.
Era una escena tan irreal que ninguno de los dos creyó experimentar alguna vez. Sin embargo, estaba sucediendo, y de una forma maravillosa.
El roce de sus cuerpos ardía con cada minuto que pasaba. Ya no lo soportaba.
—Manjiro... hazme tuyo.
Se había tardado en decirlo.
Llevo tres dedos a los labios del Hanagaki dándole la indicación de que los chupara. Los lamió uno por uno, sin premura, como si estuviera saboreando una paleta. Sus ojos tan abrazadores hacían que el hormigueo dentro de su estómago volviera a aparecer.
Mierda.
Los saco y con brusquedad lo tomó de la cadera para llevar sus piernas alrededor de sí, de forma mucho más cerca, llevó sus dedos a la entrada de su amado. Inicio con dos de golpe, moviendo en forma de tijeras. Al insertar el tercero, supo que había llegado a ese punto cuando la dulce voz de Takemichi soltó un gemido ahogado.
—M- más.
Siguió tocando su punto maliciosamente, como si solo estuviera jugando.
—P- para, te quiero adentro... Quiero sentirte.
Pues si eso quería, se lo daría.
En un movimiento rápido los quitó y posicionó su longitud en la entrada. Restregándose un par de veces, escuchando sus suspiros frustrados.
Al instante siguiente fue adentrándose con suavidad en su interior, disfrutando el jadeo de asombro del rubio.
Tan cálido.
Empezó a moverse. Primero lento y cuando tuvo el consentimiento, lo tomó de sus caderas para así salir casi por completo y entrar con rapidez hasta el fondo, tocando ese punto que lo hacía gritar. El cuarto se llenó del húmedo sonido de embestidas y sollozos de placer; un placer arrollador y electrizante.
Era un tipo con suerte, demasiada. Porque era el único que podía ver esa imagen de Takemichi Hanagaki, sonrojado hasta la médula e implorando por todo de él.
Se detuvo, solo para cambiar. Lo levantó sosteniéndolo por sus muslos moviéndose paulatinamente y unieron sus labios como si hubieran pasado años sin verse, siendo envuelto alrededor de sus hombros por los delgados brazos de su amado.
Estaban tan cerca...
Una, dos, tres embestidas más y sus clímax salieron a la vez.
Aletargado, lo tendió en la cama, procurando hacerlo con un cuidado muy pocas veces visto en alguien como él, pero que si era Takemichi, haría todo por él. Se echó a su lado, aunque más despierto también cansado.
El ambiente era perfecto. Solo se escuchaban sus respiraciones y sus manos entrelazadas en la cama...
—Tu cara gimiendo me enciende. ¿Lo quieres volver a hacer?
El débil golpe que recibió en el pecho fue su única respuesta.
—Déjame dormir.
—Ya, ya. Era broma, bebé.
Pero él ya estaba casi en el quinto sueño. Una expresión enamorada surco en todo su rostro ante la adorable vista que su chico le daba. Lo hacía tan feliz.
El rubio llorón era su lugar seguro. Y si era su destino, entonces quisiera más noches como esta hasta la eternidad.
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Drawing our Moments (TakeMikey Week 2021)
Fanfiction"Tu perfume disipa mis pensamientos aún más y mis preocupaciones se desvanecen". Serie de OS basados en los temas de la TakeMikey week.