Katsumi adoraba a toda su familia por igual. Sus papis y sus tíos eran lo mejor que le había pasado en sus 10 años de vida; la consienten, procuran y lo más importante, la aman.
Por eso, no podía entender porque siempre que iba camino a casa, los cuchicheos de las señoras feas eran de la lastima que sentían hacia su persona.
¿Lastima? No entendía bien.
Si es por la vez que el tío Sanzu había ido a recogerla, no debían de temer. Podía dar miedo al principio pero era muy amable y jugaba con ella a todo lo que le pidiera.
Oh, seguro era por sus cicatrices. Mal allí. No debían juzgar a alguien por su apariencia.
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La hora de la cena era su favorita porque estaba rodeada de sus personas favoritas y había miles de conversaciones a su alrededor; pero más se divertía escuchando las mini peleas del tío Kei y el tío Tora por la atención del tío Fuyu.
Nada que ver con los golpes que en sus recuerdos más lejanos el señor malo le daba a su mami.
Al momento del postre, junto con su papá Manjiro esperaban con emoción las nuevas creaciones de su papi Michi y de su tía Emma.
El día de hoy fueron Mochis rellenos de helado.
—Cuéntanos de tu día, princesa.
Oh oh
—Bueno, no hubo nada interesante. Estuve leyendo en el descanso. Pero mientras venía las mamás de mis compañeros hablaban de mí-
Nuestra linda Katsumi era inocente de todo pecado. Simplemente era sincera, y se le había enseñado a tenerles la confianza de contar cualquier cosa.
Dichosa seas, pequeña. Eres ignorante a los seres sedientos de sangre que matarían por ti.
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Otro día, otra aventura.
Como siempre, salía junto con sus compañeros y en vez de unirse a la plática, simplemente escuchaba. Tampoco es que buscarán su opinión y como le enseñó su tío Taka-chan: "se amable y les dolerá".
Espera. ¿Cómo era?
Bueno, no importa.
—Oye, Sano. ¿Ese de cicatrices no es el que vino por ti la otra vez?
Asintió sin más. Levantó la mano con euforia para el de cabellos rosas quién dio una leve reverencia para la amada hija de su rey.
Pero antes de que pudiera despedirse de los demás niños, la bolita que se formó sin darse cuenta, aventó al más cercano a ella.
—Ah, pues... nos preguntamos, ¿no te da miedo tu... familia?
Que pregunta tan idiota fue esa.
Respirar, exhalar. Como lo práctico con Takeomi-san.
—No, ¿por qué lo tendría? Son lo mejor que me ha pasado —frunció el ceño, intentando sonar lo más tranquila posible—. Además, ellos me salvaron.
No quería recordar a ese monstruo que le quitó a su mami. No señor. Ahora eso estaba guardado bajo llave, y podía cuidar los recuerdos de la hermosa mujer en su corazón.
—Si me disculpan.
Se despidió sin más para así dirigirse hacía el chico que esperaba paciente por ella.
Ese día, Katsumi removió sin querer los corazones de sus compañeros quienes por fin comprendieron que lo que unía a su compañera con sus padres es más que algo consanguíneo pero que en ese momento no podrían explicar.
Sin embargo, la pequeña tenía su respuesta. Porque desde el primer momento supo que estaba predestinada a cruzar su camino con aquellos señores extraños que más pronto que tarde aprendió a amar con todo su corazón.
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Drawing our Moments (TakeMikey Week 2021)
Fiksi Penggemar"Tu perfume disipa mis pensamientos aún más y mis preocupaciones se desvanecen". Serie de OS basados en los temas de la TakeMikey week.