LA MANSIÓN

2

Si, si conseguimos convencerle, pero no fue la mejor idea ni de lejos. Esa mansión no era normal, como ya nos avisó el abuelo de Lucas, era una mansión encantada, sucia, enorme y espeluznante, más de lo que quería la verdad. En fin, no tuve más remedio que llenarme de valor y entrar. No podía retirarme en el último momento y menos después de convencer a Kevin. Gracias a Dios, mi preciosa novia, mi ángel divino, intervino en lo que abríamos esa gran puerta y nos contó una experiencia que tuvo su familia hace pocos años.
- Esperar un segundo, antes de entrar quería contaros una pequeña anécdota que tiene mi familia con esta mansión. Según como escuché, al pasar bastante cerca de aquí, miraron por la ventana y vieron una habitación llena de monedas de oro. Después de ese día no volvieron a hablar de ello y nunca supimos más de aquella habitación. Me gustaría deciros que es verdad, pero ni yo lo sé.  Lo que si sé es lo que podríamos hacer con ese dinero.
- ¿Si? ¿El que?- Dijo Miguel Ángel con la boca ensalivada.
- Yo creo que estaría bastante bien la idea de comprar una casa y vivir todos juntos. Se que quizás es algo demasiado precipitado pero como idea está bastante bien.
- Bueno, yo no lo veo mal - Dijo Lucas mientras todos asentiamos y Morci se desilusionaba.
Lucas era un chico que desgraciadamente no era muy afortunado en el tema económico. La idea de obtener todo ese oro le empezó a volver un poco más paranoico de lo que estaba y se obsesionó demasiado.
-Bueno, vamos a entrar de una vez, aver si realmente está todo ese oro o el terrible Kelpies- Dije con tono irónico.
En ese momento abrí la puerta y entramos de uno en uno, entre el primero, de seguido entró Morci, luego Lucas, Paola y como no, Kevin el último. No se lo eche en cara ya que yo también tenía miedo y él realmente no quería estar ahí.
Justo al dar dos pasos lejos de la entrada, se escucho un portazo que provocó una avalancha de polvo que nos cubrió de cabeza a pies.
- ¡JODER!, ¿Que ha sido eso? - Grito el pobre Morci con las arterias colapsadas.
- Se ha cerrado la puerta y no he sido yo, os lo aseguro, no fui yo y esto me da mucho miedo - Dijo Kevin temblando más que cualquier adolescente recogiendo las notas del instituto.
En ese momento supe que algo estaba pasando, pero me relaje y pensé que sería el viento o cualquier otra cosa sin sentido, debido a que estábamos en verano y no había ni la más mínima ráfaga de aire.
No tuvimos mejor idea que separarnos e ir cada uno por una habitación. La mansión era más grande por dentro que por fuera, tenía dos escaleras en cada lateral que te dirijia hacia la segunda planta, siguiendo recto sin subir por las escaleras, llegabas al comedor en el que había una mesa enorme de madera de roble y todo rodeado con librerías llenas de libros, el suelo estaba tapizado con una alfombra roja intensa y las paredes estaban llenas de humedad al igual que las escaleras y suelo. Por fuera estaba en un estado demencial pero me alegro saber que por dentro no lo estába tanto.
Después de algunos minutos y gruñidos del estómago de Morci, nos encontramos todos en el comedor de esa asquerosa mansión. Al llegar vi como estaban todos ahí, mirándome raro, no sabía si había hecho algo mal o que habían encontrado algo bastante inquietante. Después de un incómodo silencio escuché como Paola, mi novia, gritaba en el piso de arriba. En ese momento se me aceleró el corazón y empecé a sudar frío. Me gire hacia mi izquierda y la vi ahí. No podía creer que había escuchado pero tras tragar saliva volví a escuchar un grito. No sabía lo que estaba pasando ni con quien estaba en ese comedor. Salí corriendo para subir las escaleras y al llegar a la planta de arriba, la primera habitación del pasillo vi a mi novia y a Lucas besándose. Como no, entre en la habitación para separarlos pero más entrar se apagó todo y se cerró la puerta. Empecé a marearme como nunca lo había hecho. Sentía que no podía salir de ahí, que no podía hacer nada. Por suerte estaba Morci cerca de ahí y abrió la puerta de la habitación en la que estaba, le mire y con la mente en otro mundo le agradecí sacarme de ahí. Llame a todo el mundo y les expliqué lo que había pasado.
- ¡Chicos, tenemos que salir de aquí ya! No se como ni quién pero entre a una habitación para investigar y me encerraron, me mareé y quedé como insconciente, gracias a nuestro Morci pude salir pero ya sabemos que esto es algo paranormal de verdad. No podemos seguir por qué si seguimos no se qué podría pasar.
- Aver mi amor, se qué tienes miedo, todos lo tenemos , pero lo paranormal no existe. Si quieres salir de aquí salimos, no hay problema. - Dijo Paola dando a entender que me inventé lo que dije.
- No Paola, enserio, no me lo estoy inventando. Realmente pasa algo y yo lo viví, si no te lo crees podemos ir y lo compruebas tú misma.
- Venga vamos, pero ya verás como fue un simple mareo, no comiste nada, y no voy a decir por quien.- Dijo Paola mirando a Morci.
Fuimos todos hacia arriba y al llegar, la habitación estaba con las luces encendidas y estaba todo normal, como si no hubiera pasado nada, como si realmente me lo hubiera inventado.
- Ves como no hay nada, no se qué te habrá pasado cariño, pero aquí no hay nad...
- ¿¡PERO QUE!? ¿me estáis vacilando? ¿No estáis viendo toda la comida que hay en esa mesa? - Interrumpió Morci al llegar el último debido a que las escaleras eran algo largas para él.
Todos le miramos y nos quedamos anonadados al darnos cuenta de que no estaba bromeando.
Morci decidido, dio tres pasos bastante rápido hacia la puerta y Lucas y sus tremendos reflejos se interpusieron en su camino sabiendo que entrar ahí no era una buena idea.
Al interponerse le apartó pero tropezó con una tabla salida del suelo y callo dentro de la habitación.
Justo al entrar se apagó la luz, se cerró la puerta y de la nada desapareció. Si, desapareció, no había puerta, ni había habitación.
- ¿QUE? ¿QUE ACABA DE PASAR? ¿DONDE ESTA LUCAS Y LA MALDITA HABITACIÓN? - Dije gritando y desesperado por no saber que estaba pasando ni dónde podría estar mi mejor amigo.
Nadie supo responderme y para mi sorpresa hicieron como si nada.
Me estaba volviendo loco, no sabía si estaba pasando lo que estaba viendo o todo era una ilusión, después de varias lágrimas y quebraduras de cabeza, baje con todos al comedor y... Estaba ahí, Lucas estaba ahí y todos me estaban esperando. Lucas cómo no, se quejó de que llegaba más tarde que todos y por eso me di cuenta de que era él. No me lo pensé dos veces, le di la razón a Kevin y me fui lo más rápido posible de ahí... O eso creía