Cuando usaba esa capa, sentía que era invisible.
Desde que estaba solo, su añoranza principal no cambiaba y su mente estaba concentrada en alcanzar un solo objetivo.
La vida se lo había arrebatado todo.
Esa noche, con los truenos arreciando en sus oídos, sus pasos devotos de vida conduciéndolo sin opción por el único sendero que podía recordar, sabía que se dirigía a su muerte.
Las puntas de sus botas levantaban un poco del agua que caía desde el cielo, ignorándolo, tratando de consolar a la tierra que la recibía, después de años de no verse.
Su mano derecha estaba apoyada sobre su estómago, sus piernas temblaban.
El viento frío de la desgracia lo acarició en la cara la tercera vez que se cayó.
Con las rodillas magulladas y la ropa hecha girones, más le preocupó el hecho de que lo habían detenido en su caminata que cualquier cosa que le pasara a su cuerpo.
Sabía que debía llegar.
Estaban por arrancarle lo último que le quedaba. Avanzando unos metros en cuclillas, poco a poco volvió a ponerse de pie. La oscuridad lo envolvía como un velo depresivo. Pronto se fundiría con ella por el resto de la eternidad y no había nada que se pudiera hacer al respecto.
Después de tantos años de lucha incesante contra el único enemigo que el gran Bio no era capaz de derrotar, un compañero de toda la vida sería el que lo acabaría.
'Maldito sea el día en el que fui concebido...
maldita la voluntad por la que fui engendrado...
maldita la fortuna que me puso en el mundo...
maldito el momento en el que vine al mundo...
malditos sean los astros bajo los que nací...'
Y así se le fueron los minutos desde que decidió colocarse esa capa negra sobre la ropa de dormir ensangrentada, durante los que se puso las únicas botas que no estaban rotas, hasta que llegó al hospital en el que pensaba que lo ejecutarían.
Todo su cuerpo dolía. Desde la cabeza y los ojos, la punta del más fino de sus cabellos, sus dedos enrojecidos con el frío, las rodillas maltratadas...
...el costado.
El costado por sobre todo, donde estaba seguro de que había un agujero.
Tragó saliva y en su lugar lo llenó el sabor de su sangre. El líquido pasó por su lengua y su garganta hasta su estómago y este hizo un ruido.
Cayó de rodillas.
Su vista se perdió unos segundos.
No había nada, nada frente a él.
Respiró hondo.
Entrecortadamente, el aire fue llegando a sus pulmones. Los ojos le ardieron y salieron un par de lágrimas que aclararon su vista.
Se abrazó con fuerza en la esperanza de que el dolor que lo aquejaba se desvaneciera en el más mínimo grado.
Una profunda tristeza lo invadió. Apoyó su frente en el piso y sus hombros comenzaron a brincar con sus sollozos.
El dije que colgaba de su cuello tocó el piso encharcado con un sonido agudo que se ahogó casi enseguida.
Lloró, por primera vez en años, a un par de calles de su último destino. Su corazón trató de sacar todo lo que tenía atorado en forma de palabras, pero no salieron mas que quejidos de entre sus labios.
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El amor del príncipe [Prideshipping]
Fanfic[Prideshipping: Yami Yugi/Atem x Seto] No, tranquilos, no es tán cliché como suena. Hay superpoderes y asesinatos y traición y demás cosas graciosas jajaj La sociedad está completamente fragmentada. Dependiendo del poder económico, de la influencia...