«El tipo de chica que quiero conocer»
Jesse
—Un placer conocerte —pronunció la pequeña castaña, mostrándose más pálida que unos segundos atrás, justo cuando él estrechó su mano con suya.
Jesse frunció el ceño, no solo porque algo en ella le resultaba muy familiar sino porque pensó que la había asustado de alguna manera. El semblante de Arizona cambió de manera tal que Jesse llegó a considerar que hasta tenía mal aliento y ella pudo haberlo olido a distancia.
El tema era que le resultaba demasiado familiar.
¿Acaso habría sido una compañera del instituto o de la universidad? No recordaba mucho a la gente de aquella época, excepto a sus amigos más cercanos. Durante su etapa universitaria se había acostado con una que otra chica que no recordaba —casi siempre era durante fiestas en la que todos estaban borrachos—. ¿Acaso Arizona había sido una de ellas?
—Jesse —pronunció Debbie—, casualmente Arizona trabaja en...
—Solíamos trabajar juntas en la boutique —completó ella.
Entornó los ojos y ladeó un poco la cabeza.
«Demasiado familiar» pensó una vez más.
Aunque ahora que mencionaba la boutique, recordó que Eric quería buscarle conversación a todas las amigas de Debbie que trabajaban allí. Debía ser por eso por lo que la encontró familiar; justo esa semana, él le había enseñado fotos del Instagram de Debbie donde aparecía con algunas de sus excompañeras de trabajo.
Quizás Arizona había palidecido porque Eric habría intentado conquistarla de forma fallida en alguna otra ocasión, y sabía que Jesse era su amigo.
—Iré a saludar al resto de los chicos —anunció—. Nos vemos luego.
Y como una bala recién disparada, se marchó dejando una exquisita estela de su perfume. Jesse miró a Debbie con confusión y esta suspiró, casi tan perdida como él.
—Dentro de unos minutos seguiremos con nuestra conversación, ¿sí? Ponte cómodo, estás en tu casa.
Ella también se alejó, dejándolo solo y sin una idea sobre lo que sucedía. Se quedó donde estaba y sacó su móvil. ¿Cuánto tiempo tenía que esperar para escribirle de nuevo a Jessica? Las palabras de Debbie habían calado en él y no quería quedar como una persona que, o la estaba usando, o la estaba poniendo en peligro. Eric tenía razón, ella lo tenía hechizado y no sabía cómo proceder. No quería continuar arruinando lo que tenían.
Exhaló con pesadez y guardó su móvil de nuevo, tenía que darle su espacio. Con Jessica tenía confianza y quería creer que cuando ella estuviera lista para hablar con él sobre lo sucedido, le escribiría. O, mejor aún, lo llamaría.
Caminó por la casa, se sirvió una cerveza y se sentó en el sofá con Eric, quien justo había terminado de hablar con una de las amigas de su hermana.
—Sabes que si intentas conquistar a varias se van a dar cuenta y quedarás mal con todas, ¿no?
Eric resopló.
—¿Qué te hace pensar que les estoy coqueteando? Soy mucho más discreto con mis métodos y me gustan más los juegos a largo plazo, pensé que me conocías mejor. Ya sabes cuál es mi filosofía: el que come callado, come dos veces.
Jesse negó con la cabeza, escondió media sonrisa y bebió otro sorbo. Le parecía increíble cómo, para adorar tanto a Debbie, era lo opuesto a ella en el aspecto relacional. Su hermana se había casado muy joven y finalmente logró tener su primer hijo; mientras que Eric no contemplaba ni siquiera tener una novia antes de los cuarenta y cinco.
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Al otro lado de la línea [EN PAPEL] [+18] ✓
RomanceElla es operadora de una línea erótica y él es su cliente más leal. ¿Pondrá en riesgo su trabajo por conocer al misterioso chico del que se está enamorando? * Arizona se ha quedado sin dinero para pagar su alquiler, no consigue trabajo, acaba de cum...