8- Canta Ukelele

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"Ya volverá" le responden cada vez que pregunta por él a los mercaderes.
"Se ha ido con Auron y de allí no lo he vuelto a ver" le dicen algunos del pueblo. Si bien es cierto que el cuervo era de irse seguido con Auron pero este ha regresado hace unos días y estaba completamente solo.

Tortilla, una comida muy típica pero a la vez el nombre del lugar en donde se encuentra el muchacho llamado Fargan.
Un adulto joven, no le lograban adivinar la edad debido a su apariencia: 25, 27 o 30; pero la verdad es que tiene 36. Aspecto joven, barba bien cuidada de color castaño, una coleta lo caracterizaba por su pelo un poco largo, las gafas de sol color amarillo, una chamarra de cuero marrón con detalles de plumas en el cuello y en las mangas, playera color champagne y unos pantalones a cuadros. Un estilo bastante único a decir verdad.
Muy guapo a los ojos de todos, su carisma y simpatía hacía que resalte entre los habitantes.
Pocos lo conocían y ha sido una gran sorpresa, muchas caras nuevas que Fargan llevará guardadas en su corazón. Cada persona, cada habitante de los tres pueblos "un tesoro escondido" los llamaba él.

A pesar de su simpatía y amistad con todos, apreciaba mucho la soledad, hay días en los que se encierra en su torre a terminar su casa o a acomodar los cofres sin ánimos de ver a nadie. Tiene su lado sensible el cual no le gusta que otros vean, sabe tocar un pequeño ukelele que le regalaron de niño y ha sido su vía de escape ante las más grandes dificultades. Muchas veces lo pasaban a buscar para ir a realizar misiones pero él se negaba a la invitación en sus momentos de soledad.

En el pueblo es una eterna primavera, no hace mucho frío y demasiado calor; puede haber mal tiempo pero no se iba más allá de unas cuantas lluvias y tormentas. Un clima muy perfecto para realizar fiestas y encuentros. No solo el clima es uno de las cosas bellas que tiene, sino también las vistas: el océano que bordea la isla, un gran bosque. Un lugar idílico.

Cada uno de los habitantes al llegar escogieron una parte de la isla en la cuál hacer su casa. A Fargan le gusta el bosque y la playa así que escogió un lugar bastante apartado donde tiene como entrada la playa y en la parte de atrás un bonito bosque.
Todo encaminaba perfectamente, las personas se llevan bien, se crean amistades nuevas, nuevos romances, descubrimientos y otras cosas más.

Fue en una mañana de no importa qué día que Fargan se había levantado temprano para realizar sus misiones que le habían dejado en el centro del pueblo, muchos seguían durmiendo pero dio la casualidad de que se había encontrado con uno de los habitantes con el cual no había tratado mucho.

-Que tal? Buena mañana, no?- Saluda Fargan a su vecino que también se hallaba en el centro para hacer misiones.
-Eh, hola, yo soy Focus. No recuerdo haberte visto por aquí- contesta el muchacho un poco distraído.
-Si, sucede que no soy de levantarme a estas horas. ¿Vienes a por las misiones?-
-Si, no sé por cuál empezar-
-Si quieres, hacemos esta de pesca los dos juntos y así vamos más rápido, ¿Te parece?-
-Vale. Espera, cómo te llamas?-
-Fargan, pero puedes llamarme "el amor de tu vida"-

Una leve risa se escucha por parte del más alto al escuchar tal comentario y sacudiendo un poco la cabeza fueron los dos en camino a hacer las misiones.

Así pasaron días, su amistad comenzaba a crecer como un brote que acababa de germinar. Ambos son muy diferentes uno que seduce a todos y el otro que es seducido por todos, uno es detallista y al otro no le importa, uno es servicial y el otro se burla, uno que dice le piropos y el otro se ruboriza, uno es impulsivo y el otro que prefiere pensar antes de actuar, uno quiere hacer maldades y otro lo detiene. Muchos no entendían como ambos se podían llevar tan bien y es que de hecho es algo que hasta ellos no entendían.

Los últimos días ya esa bella amistad no se hace tan visible por la ciudad, Fargan ha estado más tiempo encerrado y Focus se iba a por misiones en solitario o con Auron. Algo muy extraño la verdad, desconocían la razón por la cuál casi no cruzaban palabras. De vez en cuando se cruzaban en el pueblo, el pelinegro saludaba y el castaño tan solo miraba el suelo y con un gesto con la mano lo saludaba.

Qué hubiese pasado? -Fargan x Focus|| FarcusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora