Piezas Rotas 1.2

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Un Mes.

Un mes donde Alice no supo mas de aquel extraño que conoció en plena noche. Un mes donde todo era incomodo en su universidad. Un mes donde las cosas en su casa no habían ido nada bien.

Alice- llamo su amiga y ella volteo a verla.

Ahora que estas libre, ya sabes...- hablo, dándole a entender lo de Jimin- ¿Podríamos ir por unos cafés? - pregunto mientras salían de la universidad.

Si- dijo Alice, sin más.

Conozco uno, es muy cerca de aquí, esta a dos cuadras- hablo emocionada su acompañante y ella asintió mientras la seguía.

...

Al llegar, Alice y Rose, fueron a sentarse en una de las mesas que daba a los ventanales. Ahí, se podía ver la calle y los carros pasar.

Hola, ¿puedo tomarle su pedido? – pregunto el joven y Alice alzo la vista de inmediato, al reconocer aquella voz.

Tu...- susurro ella y su amiga le quedo mirando con intriga.

El joven miro a Rose, ignorando lo que había dicho hace un momento Alice.

Eh... dos malteadas- dijo Rose con una sonrisa y el extraño de aquella noche, se fue sin más.

Alice quedo confundida y esperó a que volviese para poder hablarle, capaz no la recordaba, ya había pasado un mes.

Al recibir las malteadas, Alice resopló frustrada en su sitio, el había mandado a una señorita a atenderles.

¿Cómo se llama el joven que nos atendió hace un momento? - pregunto Rose y Alice la miro sorprendida, no pensó que su amiga se interesara en el.

Ah, el es Liam- sonrió la señorita y al dejar las bebidas, se despidió, para luego marcharse.

Así que Liam eh- hablo emocionada su amiga y Alice se encogió los hombros al no saber que responder.

Después de eso, Alice y Rose empezaron a conversar de algunas cosas de la universidad, mientras tanto, ella no podía evitar verlo de vez en cuando, cada vez que el pasaba por su lado.

...

Bueno... Gracias por todo- sonrió Alice afuera de la cafetería. Rose, su amiga, le había propuesto hacer cosas "Para sanar las heridas".

Su amiga se despidió y luego tomo un taxi para irse a su casa, Alice también estaba apunto de hacer lo mismo, pero algo la detuvo, mejor dicho, alguien...

Alice- hablo el, a sus espaldas.

Ella volteo con una sonrisa y como estaba nerviosa, solo pudo gesticular un Hola.

Lo siento, es que- empezó a decir  y se acerco a Alice a un espacio prudente- me avergüenzo cuando estoy con gente de más.

Entiendo- asintió y luego volvió a sonreír al recordar que sabia su nombre- Liam.

El maldijo bajito y luego miro a través de los ventanales de la cafetería, a la chica que hace un momento los había atendido.

Si, soy Liam, un gusto- sonrió en una línea recta y Alice rio al ver su incomodidad- ¿Quieres pasar a tomar un café conmigo? - pregunto y ella asintió levemente.

Sabia que no había de que preocuparse. Su madre estaba mañana, tarde y noche en el hospital, ahogando sus penas en trabajo, mientras que su padre, gozaba de la buena vida con su amante, con su otra familia.

Ya habían pasado dos años y aunque Alice trato de ser fuerte en el divorcio de sus padres, no pudo evitar tener días grises y en completa soledad, en aquella casa.

Y dime... ¿Desde cuando trabajas por aquí? - pregunto ella animadamente y el miro por el ventanal que daba a la calle mientras daba un sorbo a su café.

Hace un mes- contesto- Ahora que estoy solo, tendré que mantenerme e independizarme- suspiro y dirigió su vista hacia Alice.

Oh, entiendo- hablo ella y miro su café que tenia en manos.

¿Cómo lo vas superando? - pregunto él y Alice alzo la vista al ver su interés.

Ahí... e pasado por cosas peores- sonrió apenada y el comprendido con un asentir de cabeza.

¿Tu estudias? - pregunto y ella asintió.

Estoy en el ultimo ciclo de Periodismo- sonrió- ¿Y tú?

Estudiaba Arquitectura, pero lo deje, no podía solventarme- hablo decaído y volvió a dar otro sorbo a su café.

Bueno...- suspiro Alice- cuéntame cómo lo has estado manejando estos días, si se puede saber, claro- hablo bajito y con timidez.

Tengo mis días malos, pero también tengo días en los que veo al mundo como una forma de que la vida continua- agacho la cabeza y Alice no pudo evitar sentirse mal. Ella no había perdido a sus padres, sin embargo, de una u otra forma, así lo sentía.

Bueno, si te sirve de consuelo, en algún momento los volverás a ver, solo es cuestión de asimilarlo y tener esperanzas de que lo que dicen los viejitos, sea cierto- Alice sonrío levemente y el también hizo lo mismo.

Es cierto, solo es cuestión de tiempo...- suspiro y luego se quedaron mirándose en completo silencio.

Un silencio cómodo, un silencio que con solo con miradas se podía sentir lo que estaba pasando. 

MERSURI 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora