P̶A̶S̶I̶Ó̶N̶ P̶R̶O̶H̶I̶B̶I̶D̶A̶ 🚫K͎O͎O͎K͎M͎I͎N͎🚫

🚫 𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑑𝑜𝑠 🚫

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⚘Eʟ ᴅᴇsᴇᴏ ᴇs ᴍᴀ́s ɪɴᴛᴇɴsᴏ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʜᴜᴇʟᴇ ᴀ ᴘᴇʟɪɢʀᴏ⚘

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Estaba sentado en el sofá con mi guitarra en manos, tratando de buscar inspiración de alguna parte del cielo, solo que no se me ocurría nada, solo venían pequeñas partes al azar, pero nada que fuera bueno.

Hoy había amanecido de buen humor y cuando estaba así, me ponía a componer música, escribir poemas o dibujar. Hoy quise componer lo único era que me estaba quedando sin ideas.

Escuche el timbre sonar, estaba cerca así que abrí yo directamente. Al abrir no espere verlo allí, frente a mí.

Joder.

Estaba precioso, bueno, él es precioso.

Había amanecido de buen humor pero ahora estaba muchísimo mejor. Mi mirada recorrió su figura con detenimiento. Vestía de unos shorts negros rasgados dejando a la vista sus hermosas piernas, arriba llevaba una camiseta holgada del color de sus ojos, junto a unos converse; simple pero hermoso.

No fui consciente que aún lo miraba descaradamente, hasta que habló.

— ¿Me dejarás pasar o seguirás desnudándome con la mirada?

— ¿Por qué no con mis manos?— sonreí ladino y me miro mal.
— Solo era broma— me hice el inocente y lo dejé entrar. Su rico aroma pronto inundo mi espacio, enloqueciéndome.

— Aunque si no quieres, no es broma— dije a sus espaldas un poco más bajo pero creo que me escucho ya que escuché su risita.

Sabía que le gustaba esto, pero se hacía el enojado o el inocente.

Claro, "inocente"

— ¿Dónde está tu hermano?

Rodé los ojos ante su pregunta y me tiré en el sofá sin intención de responderle. Que sabía yo de ese, ni que fuera su guardaespaldas.

— Jeon...

— No sé, bonito, y tampoco me interesa ¿Entiendes?

— Ni se para que te pregunto— rodo los ojos y me encogí de hombros.

En serio que no le iba a decir nada porque quería que de alguna forma se olvida de mi hermano, pero me golpeé mentalmente, tampoco podía ser tan infantil.

— Solo sé que salió esta mañana, es lo único que te puedo decir.

Su rostro perdió aquella sonrisa tan bonita que lo caracterizaba y pronto se tornó triste, por la misma razón no quería decirle nada, no me gustaba ser el causante de su tristeza de alguna forma u otra.

— Oh.— se limitó a decir.

— Déjame adivinar ¿No te dijo nada?

Asintió.

Por personas como mi hermano es qué hay tantas personas que no creen en el amor.