P̶A̶S̶I̶Ó̶N̶ P̶R̶O̶H̶I̶B̶I̶D̶A̶ 🚫K͎O͎O͎K͎M͎I͎N͎🚫

🚫𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑣𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑠𝑒𝑖𝑠🚫

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☔︎︎ Esᴛᴏʏ ʙɪᴇɴ, sᴏʟᴏ ᴅᴜᴇʟᴇ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ʀᴇsᴘɪʀᴏ...☔︎︎
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Habían pasado cuatro días desde lo ocurrido en el trabajo, tres días que iba a casa de Taehyung y cuidaba de mi madre, cuatro malditos días sin hablar con Jungkook ni con mi mejor amigo. Estaba entrando en una clase de crisis.

Había conseguido el dinero para el celular pero tenía que comprar los medicamentos de mi madre por lo que no pude comprarlo. Ya sería después.

Estaba saliendo del trabajo más temprano para ir a buscar a mi mamá. Finalmente acepté la ayuda de Jin pero antes quería empezar a practicar y después entonces comenzar con aquel trabajo mientras me quedaba en el trabajo de Namjoon.

Esté seguía preocupado por mi, pero al parecer tomó cartas en el asunto, ya que no habían más comentarios despectivos hacía mi y tampoco había vuelto a ver aquel hombre y ni a los demás que solían acosarme. Ahora me sentía más tranquilo.

Respeto a mis náuseas y síntomas seguían igual y cada día iban en aumento. Pero no podía ser que estuviera...

No, no era eso, ¿o si?

Caminaba por la calle entre pensamientos y me detuve frente al parque central a pedir un taxi, pero de pronto sentí unas manos en mi cintura apresarme con fuerza y a sentir besos por todo mi rostro.

No tuve que pensar mucho, sabía perfectamente de quien se trataba. No podía creer que estuviera de regreso.

— ¡Hobi! — volteé a verlo y lo abracé con más fuerza.

— ¡Jiminie!— me levanto en el aire mientras ambos reíamos.

— Volviste...

— ¿Dónde has estado metido todos estos días, eh?— cuestiono más serio— he estado preocupado por ti.

— Lo siento.

— ¿Por qué no contestas mis llamadas?

— Es que ya no tengo mi celular...— conté.

— ¿Qué? ¿Y eso?

— Larga historia...

— Tengo tiempo para escucharte, vamos sentémonos aquí— dijo sentándose en uno de los bancos que estaban en el parque.

Le conté todo durante todo el rato que estuvimos juntos y sinceramente le tuve a pedir que se relajara porque estaba enojado y triste. Sus emociones podían más que él y más cuando se trataba de mi, igual sucedía conmigo no podía saber que estaba mal o yo también lo estaría.

— Oh Jiminie, tanto ha pasado desde que me fui, estuviste tan solo, lo siento...— me abrazo fuerte.— deseo matar a todos los que te hicieron daño.

— No es tu culpa, además no es tu deber siempre estar a mi lado, tu también tienes una vida, Hobi.

— Tú eres parte de mi vida, pequeño.

— Gracias, Hobi. Realmente te extrañe.

— Y yo a ti— apachurro mis mejillas— entonces ¿Tú madre ya está mejor?