Capítulo 3: Soy yo la que lo merece

449 39 25
                                    

Lucy y Lincoln permanecieron mirando un rato el cielo nocturno hasta que ella bostezo.

Lincoln: Ya ha de ser muy tarde, será que mejor nos vayamos a dormir

Lucy: Suspiro, tienes razón... Pero prométeme que volveremos a hacer esto... [se apoya en él con los ojos cerrados y esbozando una leve sonrisa de paz]

Lincoln: ... Sí, te lo prometo Lucy [le mira con una sonrisa y ella al alzar la vista y notarlo revela un poco de su mirada dirigida hacía él cosa que sonrojó al albino]

Luego de aquel momento se dieron un último beso antes de que ella se levantará e intentará desatar a su hermano.

Lucy: Mmm... ¡Ñmm!... Suspiro, estás muy bien atado, Lana es más buena con los nudos de lo que pensé...

Lincoln: De hecho... Cuando intenté salir fueron dos máquinas que salieron de los costados de la puerta las que me ataron en segundos... Lana llegó después...

Lucy: Traeré un cuchillo...

Lincoln: N-no es necesario... Tranquila, no necesitas fuerza [le sonríe] sólo debes encontrar alguna de las puntas y con mucho cuidado y delicadeza intentar desenvolverme

Tras mirar con detenimiento logró encontrar las punta a un costado cerca de la cintura de su hermano y con sutiles, pero eficaces movimientos logró deshacer el nudo y las cuerdas rápidamente cayeron liberando al fin al albino que agradecía el finalmente poder moverse, pero algo llama inmediatamente la atención de su hermana.

Lincoln: ¡Aaah~! Finalmente... [intenta estirarse aunque debido al tiempo que estuvo así le costaba] ¡Auch! Creo que... Aún no puedo moverme bien jeje...

Lucy: Suspiro, lo importante es que estás bien y... [le toma de la mano llamando la atención del albino que al verle logra ver entre su cabello su hermosa mirada cristalina de ojos de diferente color] conmigo...

Lincoln: [sonriendo aprieta con fuerza su mano, pero cuidado de no lastimarla] hace mucho no veía tus ojos... [le toma también de la otra mano entrelazando con ambas sus dedos mirándole a los ojos ruborizando a su hermana] siguen siendo tan hermosos como aquella vez... [juntan sus frentes ambos sonrojados con una pequeña sonrisa] desde aquel momento... No, incluso puede que antes, lo supe... Supe que tú eras la chica de mí vida, de mí corazón...

Lucy: Yo desde pequeña lo supe, mientras reíamos, me buscabas, leíamos o comíamos juntos... Suspiro, no tienes idea de cuánto he soñado con esté momento... [le mira a los ojos preocupada] ¿Esto es un sueño? ¿Nuevamente me quedé dormida escribiéndote poemas?

Lincoln: Jeje... Sí fuese así [le suelta una mano para acariciar su mejilla] el que lo hace sería yo pues... Siempre no sería la primera vez que sueño con esté momento [ambos acercan lentamente sus rostros para culminar en un delicado beso con el cual sellaban su amor prohibido, así estuvieron nuevamente unos segundos hasta que al separarse Lucy deseando no parar, él la mira con una sonrisa] definitivamente no es un sueño

Lucy: ¿Porqué estás tan seguro?

Lincoln: Ni en mis mejores sueños tus labios son tan dulces, tan delicados, tan suaves.... [vuelven a besarse una vez más ahora dándose un abrazo para no soltar al otro]

Así con aquel último beso por parte de ambos decidieron marcharse a sus habitaciones dejando todo bien cerrado y antes de subir Lincoln sirvió un vaso de leche para cada uno el cual tomaron en medio de la oscuridad de la sala a lo que Lucy esbozó una sonrisa mientras sostenía el vaso ya por la mitad observándolo fijamente.

El camino que seguiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora