Capítulo 2: La derrota que da vida

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Lucy se apresuró a levantarse con una emoción y nerviosismo como jamás había sentido, estaba determinada a revelarle a su hermano mayor su más oscuro secreto, uno que pensó jamás llegaría a contarle, jamás llegaría a confesarle a él o a alguien más, ella iba dispuesta a decirle a su hermano mayor que estaba enamorada de él.

Rauda y veloz sin hacer ningún sólo sonido logró escabullirse hasta la perilla de su habitación, pero al momento de posicionar una mano en ella una pelota que pasó rápidamente por su lado la asustó lo suficiente para apartala de inmediato.

Lynn: ¿Dónde vas Lucy?

Lucy: Suspiro, no podía dormir así que quería ir por un vaso de agua

Lynn: Qué coincidencia, yo igual no puedo dormir, te acompañaré

Debido a la oscuridad de la habitación y su hermoso cabello negro azabache que le cubría sus ojos la deportista no pudo notarlo, pero ante esas palabras su hermana tuvo un tick nervioso en el ojo y apretó los puños con frustración.

Lucy: Suspiro, entonces vamos...

Trató de decir de la forma más fría e indiferente posible, pero aún así se podía sentir el odio en sus palabras.

Ambas chicas bajaron de la forma más incómoda posible observando en todo momento de reojo la habitación de su hermano y caminando lo más lentamente posible, pero cuando iban por la mitad de las escaleras se escuchó una voz sollozar, una voz que reconocían y esa era la de su hermano rápidamente fueron al comedor pensando que provenía de ahí, pero no; el sollozar del albino provenía de afuera de la casa, tras la puerta de entrada dejándolas confundidas y preocupadas por lo que rápidamente fueron a abrir la puerta pensando qué tal vez se había quedado afuera por alguna razón, tal vez escuchó a alguien, a algún animal, tal vez necesitaba respirar un poco afuera y se le cerró la puerta, pero también pensaban "tal vez intentó irse y no pudo". Al momento en que las dos estaban a punto de abrir la puerta escucharon una segunda voz, una de las gemelas estaba junto a él, pero luego escucharon una tercera y era la inconfundible voz de la científica de la familia por lo que en lugar de abrir se pusieron a escuchar.

Lisa: No puedo creer que no hayas valorado la posibilidad de que tomara acciones preventivas en caso no sólo de un intento de fuga de tú parte sino de otro intento de... [desviando la mirada era incapaz de decirlo] tú sabes...

Lana: ¡Sí! Por eso le dejé dicho a Charles y a brinquitos que me avisarán sí salías de tú habitación... No puedo creer que después de todo aún quieras dejarnos... [junta sus rodillas mientras hunde su cabeza en estás]

Lincoln: Lo lamento... ¿Ya pueden liberarme? [dice tratando de sacarse del capullo de cuerda en el que estaba envuelto]

Lisa: Me temo que por seguridad deberé negarme a tú petición

Lincoln: ¿Lana? [mirá a su hermana con algo de esperanza, pero al ver el estado en que se encontraba y el hecho de que ni siquiera volteó a verle o responderle se sintió fatal] Lana...

Lana: [mirando al frente con algunas lágrimas toma la fuerza suficiente para hablar] eres... Eres un idiota Lincoln... ¿De verdad amas a una de nosotras? No te creo... ¿Sabes qué creo? [comienza a sollozar y llorar con más fuerza mientras sus mascotas intentan consolarla inútilmente] creo que nos odias... Que no nos quieres...

Lincoln: ¿De qué hablas? [no pudo evitar sentirse algo molestó y ofendido pues todo esto lo hacía por ellas] ¡Claro que...

Lana: [volteando molesta haciendo que su hermano enmudeciera al ver su rostro mientras se paraba y le tomaba] ¡Sí lo hicieras no te irías! [le suelta haciéndolo caer pues no podía mover sus manos o piernas luego ella le mira fijamente de brazos cruzados] ¿Tanto nos odias cómo para dejarnos?

El camino que seguiréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora