-Cap. III-

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—¿Notas algún aroma? —dijo Zusmann mirando intrigado a Derek que tenia sus ojos rojos y las garras expuestas. Este cerro los ojos nuevamente

—Parece el aroma de Stiles pero... —inspiro profundamente —no es igual, hay ciertos matices un tanto...

—¿Un tanto? —repitió Zusmann

—Diferente, muy diferente. Es extraño

—Ya pero eso da igual, lo importante es que es Stiles ¿no? —dijo mirando repetidas veces a Daniels y luego a Derek —¿no?

—S-si —contestó el moreno dudoso. Cerró los ojos otra vez y apretó los puños haciendo que sus palmas sangraran —Por aquí -dijo desviandose a la derecha, todos llegaron a un claro del bosque y algo llamó la atención del hombre lobo. El fuerte olor eran trozos, tiras de piel quemada manchada de sangre, algunas gotas estaban coagulandose mientras el resto estaba fresca.

Cogió el trozo entre sus dedos y lo elevo para que sus dos compañeros lo vieran

—¿Qué es?¿una muda de piel? —miro Daniels asqueado

—No, piel arrancada- dijo mirándolos con preocupación —esto no es bueno, nada bueno.

—S-se le esta arrancando la piel, ¿qué es, un proceso de transformación a hombre lobo? —Derek se giro lentamente hacia Zusmann con gesto exasperado

—Somos hombres lobo no aliens del área 51 —el chico levantó el dedo a punto de decir algo pero finalmente se trajo sus palabras y se mantuvo callado —Chris tenía razón, no es un lobo.

〖❃ - ❃ - ❃ - ❃〗

—¿Dónde está Lydia? —Prinston miró su reloj, el agua de la bañera ya se esta enfriando aunque el cada vez tenia más calor y le llegaba un extraño y asfixiante olor. Cuando inspiro profundamente algo áspero quemo sus vías respiratorias. No era oxigeno, era humo, un denso y negro humo que se estaba colando por debajo de la puerta y en ese momento el castaño entró en alerta, su formación militar se activo.

El primer paso era poner a cubierto a sus seres queridos lo cual le hizo ponerse más tenso, pero no le pareció haber escuchado la puerta abrirse por lo tanto se aferro a la idea de que Katherine, Lydia y Nala estaban a salvo.

El siguiente paso era ver por donde podía salir, su mejor opción era la puerta ya que estaba en la segunda planta de la alta casa y si saltaba podría romperse varios huesos e incluso peor. Cerro bien la ventana y abrió la puerta viendo el pasillo lleno de humo negro y las escaleras empezaban a arder. "Mierda Prinston vamos" se decía a si mismo intentando salir del shock, el hogar de su familia se estaba quemando y eso le partía en mil pedazos el alma.

Fue corriendo al baño, mojo su camiseta y se la puso tapando su nariz y boca decidido a bajar a la planta baja. Comenzó a bajar cuidadosamente por la parte de la escalera que aún no estaba quemada hasta que una llama se movió ferozmente haciendo contacto con el cuerpo de Prinston haciendole grito agonizante teniéndose que agarrar inevitablemente a la barra de madera .

Lydia miraba atónita como con un simple chasquido el que era su mejor amigo hacia incendiado su casa, no encontraba la lógica de nada de lo que acababa de pasar pero entonces sintió como su corazón se paraba, como si sus venas no transportasen más sangre.

—Prinston —en ese momento se acordó que el estaba ahí dentro, sentía como si su alma estuviera encerrada en esa casa con su marido. No iba a perderle, de ninguna manera alejo el carrito con su perro cuidando de la niña en un lugar apartado y seguro. Se apresuro a ir a la puerta de su casa, cogió el pomo que tuvo que soltar inmediatamente ya que abrasaba. Alargó la manga de su vestido y con ella consiguió abrir la puerta, la felicidad duro poco en cuanto el fuego de dentro crepito con más fuerza. En los ojos de la pelirroja se reflejaba a la perfección ese océano de llamas y la desesperación se apoderó de ella, llamo a su marido a gritos pero cada vez se la oía menos por el nudo que se la estaba formando en su garganta, cogio de todo su valor e inspiro lo máximo que pudo para después gritar en forma de banshee el nombre de su marido una última vez. Miro su reloj y habían pasado tres minutos, corrió hacia su bebe y mientras que la abrazaba volvió a marcar el 911

—Si, llamo desde la calle Norcorian número 33 de Beacon Hills, mi casa se esta incendiado y mi marido lleva unos cinco minutos y no se... si, claro —guardo el teléfono.

Nadie llegaba, ni la ambulancia, ni la policía, Prinston no salía pero después de siete minutos no podía evitar imaginarse a Prinston muerto, no sabia si eran sus poderes o el temor que la atormentaba. Un golpe la hizo alzar la mirada y ver a su marido apoyado en el marcó,dio apenas dos pasos para a continuación derrumbarse dejando caer lo que llevaba en las manos. La foto de Maria que siempre llevaba en la cartera, la primera foto que se hizo con Lydia y la foto de ellos con su hija en el hospital.
Sus manos estaban con grandes quemaduras, su rostro estaba sucio por el humo y sus brazos estaban agrietados con heridas abiertas llenas de sangre. Estaba tosiendo frenéticamente y sentía como su pulso se paraba poco a poco, cada vez que respiraba ardía. Lo último que quería hacer era ver a Lydia y a Katherine, sus preciosos cabellos rojizos, solo por eso alzo la vista notando como su piel le desgarraba y ahi las vio, con eso sintió que podía cerrar los ojos y descansar.

Lydia sintió que algo moría dentro de ella, dejo a la bebe y corrió arrodilla dos a su lado, le giro cuidadosamente y cogió su rostro entre sus manos, las lágrimas inundaban sus ojos

—No, no, no porfavor no, jodee yo no puedo quitarte el dolor como Derek, mis poderes no sirven para nada. No nos puedes dejar, sigue luchando porfavor, no nos dejes solas. Se que Maria te esta llamando desde el cielo pero dila que espere te lo suplico. No te vayas amor... te necesitamos

—Da-daniels y Zuss... cuidaran de-de vosotras, os cuidaran por mi... —dijo cerrando los ojos

—Me prometiste un para siempre, cumplelo... —dijo acariciando su mejilla y llorando aún más —cumplelo...

—Ru-rubi...

—No no y no, no empieces a no cumplir tus promesas ahora, quedate...

—Te prometi un para siempre...n-no quiero morir... no ahora... Salvame...

—Ya he llamado a emergencias varias veces, no se que hacer¿que hago?¿que necesitas para sentirte mejor?

—Besame —la chica se agacho y susurro un te quiero antes de juntar sus labios y dejar otra lagrima correr

—¡Lydia! —la chica se giro sumida en mar de lágrimas viendo que quien la había llamado era Derek acompañado de Zusmann y Daniels y lo único que pudo susurrar fue

—Ayudadlo —los chicos corrieron hacia Prinston sentándose a su lado y apoyando su cabeza en el regazo de Daniels

—Prins, eh, Prinston, estamos aqui— en cuanto fue a levantar la manga para ver el aspecto de su piel pero el hombre dio una sacudida ya que esta estaba pegada al brazo en carne viva

—¡Quietos!— dijo Derek que en menos de un segundo se encontraba arrodillado frente a Prinston —se que duele pero aguanta un poco más, voy a solucionarlo— dicho esto le agarro la mano, al instante en el que el dolor de Prinston empezó a recorrer sus venas tiñiendolas de un negro azabache, sus ojos cambiaron a el color rojo de los alfas y alzo la cabeza soltando un rugido. Todo su cuerpo se tensó, era demasiado dolor para absorberlo el solo, pero sabia que no podía dejarle asi y siguio hasta que empezó a costarle respirar y seguir consciente.

—Algo no va bien— dijo Daniels observando a su pareja— Prinston se esta muriendo de dolor y al absorverlo todo Derek puede matarle— en ese mismo momento le empujó lejos de el pero ya era demasiado tarde. Al empujarle, Derek quedó tirado en el suelo, sin fuerzas, casi sin respiración

—Ya esta — dijo con la poca energia que le quedaba

Wolf of War III: Se fue para volver más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora