CAPÍTULO V

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El reloj marcaba las 7 de la tarde, el teléfono comenzó a sonar, repetidas veces, a Tobio solo le estaba dando jaqueca, tantos papeles que no tenían fin, su esposa llamando sin descanso solo para preguntar ¿A qué hora llegaría?, ¿Se demoraría?, ¿Si se presentará?, Entre otras incógnitas, el solo quería una aspirina.

Tobio- Señorita Akira me podría traer una aspirina con un vaso de agua, por favor- presionando el botón del teléfono.

Akira- Si Sr. Kageyama.

A los pocos minutos se escucharon unos golpes en la puerta, Hinata fue a recibir lo pedido por Kageyama, y se lo entrego.

Hinata- No creo que sea bueno que consumas muchas de estas píldoras.
Kageyama - Lo se, pero con todos los pendientes la cabeza me está dando vueltas, y  está el echo de que tengo que ir a cenar con Yachi.
Hinata-  ¿No puedes solo faltar?, No tienes porque siempre hacerle caso a lo que diga.
Kageyama- Sabes que me gustaría, para pasar más tiempo contigo, pero no podemos levantar sospechas.

Hinata solo guardo silencio, claro que lo sabía, pero era doloroso ver a su pareja con otra persona.

Hinata- Que tengas suerte, mi turno termino me retiro, Sr. Kageyama. - dijo mientras hacía una pequeña reverencia y salía por puerta.
Kageyama- Hinata no te vayas así.- pero Shoyo, no lo escucho pues ya se estaba despidiendo de Akira.
Kageyama soltó un suspiro agotado, no aguantaría por mucho tiempo y lo sabía, tenía que terminar todo este show con Hitoka, pero todavía no encontraba la manera de mantener a salvó a Hinata de su madre.
Se apresuró a terminar todos los documentos para las próximas reuniones, al completar todo agarro todas sus cosas, reviso que no le faltará nada y cerró su oficina, algunos empleados todavía estaban, se despidió de ellos, bajo al estacionamiento y se dirijo a su casa.

-En otro lado-

Yachi estaba haciendo un hoyo de tanta vuelta que estaba dando en la sala, Tobio no le contestaba el teléfono, ninguna de sus 45 llamadas fue tomada en cuenta en todo este tiempo, su mente le decía que la volvería a dejar plantada.

Kiyoko- Señora Hitoka, tranquila el señor va a venir, no le pierda la fe. - dijo a modo de tranquilizarla, pero era en vano ella parecía no escuchar. Al ver que no era tomada en cuenta regreso a la cocina para hacerle un te para calmar los nervios.

Pasaron los minutos y nada, hasta que se escuchó unas llaves abriendo la puerta principal, Yachi se levantó rápido para ver quién era.

Yachi- Llegas una hora tarde Tobio, tienes alguna excusa creíble que decir- estaba cruzada de brazos con el teléfono es su mano derecho, esperando una explicación de la demora.
Kageyama- Eras demasiados documentos y no me di cuenta de la hora, perdón, pero vayamos a cenar, tengo habre- camino hacia uno de los sillones para dejar su abrigo y su maletín.

Yachi ya no quiso decir nada, se fueron al comedor, conversaron sobre cosas triviales en lo que se volvía a calentar la comida, no pasó nada relevante, terminaron de comer.

Kageyama- Me voy a bañar - aviso cerrando aquella puerta blanca.

Yachi pensaba que Tobio sentía amor por ella, pero desde que se casaron siempre tenía un pretexto para no tocarla, el día de su luna de miel, Tobio literalmente salió corriendo de la habitación dejándola con sola con aquella hermosa lencería que su madre había comprado para ella, ese día se había decidido a qué pasaría pues ya era su tercer aniversario, tenía un plan, algo bajo, pero en situaciones desesperadas medidas desesperadas, consiguió una droga especial, la cual virtio en aquella copa de vino.

Hitoka al ver que salió del baño una toalla alrededor de su cintura se la ofreció.

Yachi- Una ofrenda de paz- dijo sin más

Tobio la acepto, pues no encontró nada sospechoso, Yachi le sirvió, más pero el se negó, ella lo convenció, a la tercera copa Tobio se sentía mareado no sabía porque el era un buen bebedor, derrepende empezó a sentir mucho calor, su mente se estaba nublando, se recostó en aquella cama con sábanas blancas,  Yachi sabía que era hora de actuar, se subió a sus caderas y se empezó a mover, Kageyama todavía tenía algo de conciencia y logro decir.

No me siento bien Yachi, que me diste- trato de apartarla pero no tenía fuerzas, el mareo se hizo más fuerte.

Tranquilo es algo que tenía que pasar desde hace tres años, al principio pensé que tenías vergüenza, después no te quise presionar por el trabajo pues era un tiempo difícil, pero me cansé de esperar y hoy serás mío Tobio. - beso sus labios y empezó a bajar.

Esa noche fue una pesadilla para Tobio pero un sueño para Yachi.

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Pta: créditos a quien corresponda de la imagen
Y pues hasta aqui el capítulo de hoy, espero lo disfrutes, gracias por estar aquí. ❤️

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