" Se puede estar enamorado de varias personas a la vez, y de todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna".
Gabriel García Márquez
Amara está en un punto que no sabe que hacer con su vida.
Termino una relación de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cap 19 Día de trabajo
Amara.
Demonios me sentía agotada, estaba a lo ancho de la cama, me había despertado el sonido de la regaderas, Me desperté y busque algo que ponerme, tome la camisa blanca, y me la sobre puse, revise la hora eran las 11 de la mañana, me asome a la ducha y no ví a nadie solo estaba el sonido de el agua caer, solté un bostezó y me ví en el espejo. Tenía el cabello revuelto, y el maquillaje como mapache. En vista que Tom no estaba, aprovecharía el agua caliente. Me quite la camisa y me metí a la regadera, dejé que el agua me envolviera, y me perdí un momento; recordando lo que había hecho anoche. "Maldita sea". Pensé solo de pensarlo ya me había humedecido, de nuevo. ¿En qué me estaban convirtiendo? Me lave el cabello, y el cuerpo, cuando sentí una mano en mi espalda, me giré de golpe, y era Tom se me fue la sangre a los pies y solté el jabón líquido.
—Ah... Yo, creía que no había nadie. — me sentí apenada, e intenté salir— lo siento deja salgo. Ya terminé. — Tom me tomo del brazo— —Ángel, Prácticamente acabamos de tener relaciones. ¿Aún sientes vergüenza? — no respondí, pero sí, si sentía— Eres adorable. — dijo haciéndome volver al agua, vamos a limpiarte. Me regreso al agua tibia, me tomo por la barbilla, y me dió un beso tierno, ese beso me relajo, del momento que acaba de pasar. Había tenido intimidad con él si, pero bañarnos juntos esto si era nuevo. Cedí en el beso, el agua me caía en la cara y me costaba tomar aire en momentos. Puse mis manos en su cuello, tenía miedo de resbalar esto me estaba haciendo sentir nerviosa. Me aleje y solté en voz baja:
—¿Podemos volver a la cama si quieres? — dije tocando su mejilla, Tom me miró y sonrió de forma pícara y respondió— —No saldrás de esta ducha hasta que estés limpia, ángel. —tomo la esponja y levanto el jabón que había tirado, me quedé quieta, viendo cómo limpiaba mis piernas, subió a mis muslos, cuando iba a llegar a entre mis piernas, me dió la barra de jabón y dijo— creo que tú eres la indicada para lavar tu zona intima— se puso de pie, y tomo el shampoo. Se lavo el cabello y se giró, supongo que para darme ese momento, o espejismo de privacidad, limpie mi zona íntima y aproveché para enjuagar mis piernas. Me arme de valor y aprovechando que Tom estaba de espaldas, comencé a tallar su espalda, y algo en mi cambio, me moví un poco y le pedi— —Acercate para que te caiga agua en la espalda, —tom dió un paso hacia atrás, yo yo quedé frente a él, pase la esponga por su pecho y sus brazos, tenía marcados los brazos apesar de lo delgado, no lo había notado; mantenía contacto visual con él y eso hacia que sintiera calor entre los muslos. Cuando termine, me miró un momento y tomo mi cara entre sus manos, el agua caía en medio de los dos pero aún así pegó sus labios a los míos; esto era nuevo, nuevo y exitante. Me deje llevar en su beso, y despacio me giro para quedar recargada en el muro, sentí su mano de recorrer mi cuello y llegar hasta mi pecho, me aleje de su boca para besar su cuello, y sentí como sus dedos trasaban círculos en mis pezones; solté un gemido contra su cuello. Tom soltó una risita que pude oír, para luego bajar su mano hasta mis piernas, me dió una palmada en el muslo izquierdo, y reaccioné levantando la pierna, abrí mis ojos para encontrarme con los de él, jugando en mi muslo, para luego meter su mano entre mis piernas, acariciando mi centro, se dió cuenta que estaba igual de exitada que él. Tom me miró me dió un beso tierno en los labios y dijo:
