Un viejo amigo

22 4 1
                                    

—Bien llegamos, este restaurante lo puso uno de las personas con quien llegue a hacer un contrato.

—¿En serio? ¿Quién es?

—Cuando lo conocí era un niño, pero ya han pasado algunos años no creo que me recuerde y eso no importa ahora solo tengo hambre.

—Pero si tú fuiste quien lo menciono, yo solo pregunte por curiosidad.

—Es mejor que te limites a preguntar algunas personas solo dicen lo que es necesario o solo hacen un comentario para agradarles a las personas que les rodean.

—Y tú ¿por qué lo hiciste?

—No lo hice por ninguno de esos dos motivos sino porque este joven era más fácil de soportar que a ti, aprendía muy rápido y es inteligente.

—¡No tenias que hacer ese comentario tan hiriente!

—No, pero me gusta hacerte enojar.

—Como sea, tengo hambre ¿Ya vamos a comer?

—Eres algo molesta ¿No lo crees? Espera un momento ya casi entramos la fila avanza lento.

—No es como tuviera de otra ¿verdad?

—La verdad no.

—Oye tengo una duda respecto a tu "amigo" ¿no le borraste la memoria? Ya sabes por eso del contrato ¿No es así?

—Digamos que no me invoco con la intención de pedirme algo en específico, pero al verlo llorar le ofrecí mi ayuda con tal de que prometiera una cosa.

—¿Qué tipo de promesa le hiciste?

—Nada importante así que ese niño no perdió recuerdo alguno que tubo conmigo.

—¿Hablas en serio?

—Bueno, tal vez le modifique algunos recuerdos, pero ahí en fuera no paso nada.

—¡¿Qué le hiciste al joven?!

—Nada, solo lo protejo de lo que vivió hay cosas que no debe saber y las sabe, pero hay cosas que tiene que saber y no las sabe.

—¿Cómo qué?

—Como que soy un demonio y tú un ángel muy irritante además sabe que la magia existe y que el Rey que gobierna es ilegitimo porque no puede extraer la magia de su corona, la clasificación de los ángeles y la legión demoniaca que esta dirigida por El demonio de la ira que si no fuera por mí ya hubieran invadido toda la superficie ¡Ah! También sabe cómo es que debo morir.

—¡Sabe todo lo que ningún humano no debería saber!

—¡Oye pero que querías! que le contara un cuento todas noches.

—¿Qué vas a hacer con él?

—Nada, él me servirá antes de morir

—Ah entonces solo lo cuidaste para ser una marioneta en el futuro

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso crees que todo lo que hago es para mí conveniencia?

—(Con voz sarcástica contesto) No para nada solo lo mencione porque es algo interesante saber que le lavaste el cerebro a un niño.

—¡No le lave el cerebro! ¡solo hice unas modificaciones a sus recuerdos!

—¡Sí claro y eso no es lavarle el maldito cerebro!

—Mejor no te lo hubiera contado.

—Para ser pequeño eres muy idiota

—Mejor pasemos al restaurante.

El Contratista CondenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora