Un sueño irreal

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Todos comieron, bebieron, hasta el amanecer todo es felicidad en estos momentos para todos.
(Ángela) ¡Buenos días mundo!
(Dubadir) ¡Ay carajo! tengo una resaca muy cabrona.
—Vamos, levántate tienes que comer y entrenar a Constantine.
—¿No lo podemos dejar para después?
—¡Vamos levántate!
—No tengo de otra ¿Verdad?
—No, mejor ya levántate Lucio ya tiene el desayuno
—¿Desayuno? Creo que ya estoy bien es un excelente día para desayunar y volver a mi cama.
—No, si sales de este cuarto tendrás que entrenar a Constantine.
—Bueno ya, todo sea por tener una excelente desayuno.
—¡Vamos!,antes de que se nos haga tarde.

—Buenos días niñas, Anna, es a tí quien quería ver Lucio.
—Si, dime Alexander.
—Aun haces esos jugos para la resaca.
—Si ¿Para que? ¿No me diga que sigue con?
—Si, me da vueltas la cabeza por lo de anoche.
—Esta bien , no se preocupe en un momento se lo llevó.
—Gracias, por ahora voy a desayunar.
—Alexander pero ya son las 03 de la tarde.
—¡¿Qué?!
—Si, la señorita Ángela le hablo en la mañana pero dijo que no lo pudo levantar, ahora voy a servir la comida.
—Bueno a mí sirvemé dos platos y no te olvides de jugo ese.
—Si, si, no hay ningún problema.

—¿Como está su día?
—Bueno, pensé que como demonio que eres serías algo más responsable.
—Si te pido disculpas Constantine, solo que, como tome mucho en la noche, pues hoy si que se me hizo tarde para tomar mis responsabilidades.
—Bueno, pero después de la comida me vas a entrenar.
—Si, solo deja que todos terminemos de comer.
—Claro.
—Y como está su día niñas; ahora que lo pienso solo se el nombre de ti Chloe
¿Cómo se llaman tus hermanas?

—Mi hermana mayor se llama Annabelle y mi hermana menor se llama Elena.
—Les pido una disculpa niñas, es que estaba algo ocupado esa vez y no les pregunte su nombre.

(Elena) No se preocupe señor le doy gracias por dejarnos quedar es su casa.
—Es un placer Elena y tú Annabelle no tienes nada que decir.
—No tengo por qué darle las gracias a un demonio, solo porque nos dejo estar es su casa.
(Anna) ¡Annabelle! Comportate con el Señor Alexander.
—No se preocupe Anna déjela apenas es una niña, tarde o temprano me terminará dando las gracias; me parece que para no saber leer ni escribir conoces algunas palabras niña.
—Si, la señorita Ángela me está enseñando a leer y escribir.
—Oye, ¡¡pero eso es mi trabajo!! ¿Por qué ella está tomando mi lugar? Carajo solo no me despierto temprano y pasa todo esto.
—¿Temprano? Pero si se tardó tres días en levantarse, ¿Le pasa algo señor?
—No se, tengo que ver algo, ¡Lució!
—Que paso ¿Qué necesitas Alexander?
—¿Hace cuánto que me le levante?
—Bueno es que le tomo tres días
—Pero hace un momento me dijiste que me levanté en la tarde.
—¿Pero de qué está hablando?
—No me ah hablado, hasta apenas
—Esta pasando algo raro, tengo que ver algo

»Tempus es cognatus, summum iubeo ut angorem praebeas mihi. (Tiempo eres relativo, yo como ser supremo te ordeno que me muestres tus angustias)

(Se abre un portal a un vacío creado por el tiempo y espacio que invocó Dubadir parece que anda algo mal con la realidad)

»Veamos que está pasando aquí, ¡Guardian del tiempo! ¡Ezio! ¿Dónde estás?
¡Ay! Ese ángel como me causa problemas, ¡Ey! Estás por aquí.
¿Pe...
Pero...
Que...
Acaba de suceder aquí?
Ezio ¿Quien te hizo esto?

—Pero si eres tú Dubadir, y yo que quería salir de aquí lo antes posible, pero creo que no lo pude hacer por qué este ángel si que se resistió y lo tuve que matar.
—¿Que acabas de hacer con Ezio?
—Pues pensé que le podría dar un descanso, eterno; ¿no crees que cuidar del tiempo y la realidad es muy cansado? Solo quería hacer una obra de caridad con mi hermano.
—¡No tienes derecho a llamarte hermano de Ezio! ¡¡Yo siendo un demonio condenado estime mucho a ese chico!! ¡¡Al que tú mataste!!
—No me culpes, yo le pedí amablemente que se retirará y todo saldría bien pero el se reuso y estos son los resultados, además solo era un estorbo creia que por ser joven me podría derrotar pero que idiota.
—Solo era un niño comparado a ti, ¡No tenía la culpa de nada! ¡¿Por qué lo mataste?!¡Sabes muy bien que no era la única forma de quirtátelo de encima! ¡Maldito! ¡Maldito!
—Bueno, te diré la verdad, simple cuando vio que las medidas de seguridad  que resguardaban este cuarto no podían conmigo decidió hablarte, por suerte llegué en ese precisó momento para cortarle la mano para que no lo pudiera hacer, lucho y logro de atraer mi atención mientras él mismo te mandaba un mensaje escondido a tu realidad; en verdad que no me di cuenta de lo que hizo el chico fue muy astuto pero no lo suficiente para evitar su propia muerte.
—Ese chico no tuvo la culpa de nuestros problemas en el pasado ¡¿Por qué no veniste a mi directamente?!
—Oye te puedes transformar en lo que en verdad eres, es que así con la forma de niño no te puedo tomar encerio, solo me causas risa mientras hablas.
—Te mataré, pagarás por lo que has hecho ¡Demonio de la avaricia!
—¡Ven a mi! !No puedes hacer nada el tiempo ahora es mío!
—¿En verdad eso crees? ¿Eres igual que mentira son un momento de mierda?
—No me compares con un ser sin cerebro.
—Eso es lo que son todos ustedes, ¿Por qué hacer diferencias?
—¡Que comienze el juego!
—Te arrepentirás de lo que acabas de hacer.

Una gran pelea comenzó (el tiempo y las realidades en el mundo están corriendo un gran peligro) el cuarto temporal se sacude sin parar, golpes, sangre, explosiones, no hay parte del cuerpo de este demonio que no esten heridas, me parece que avaricia en verdad le tiene odio a Dubadir lo ataca una y otra vez incansablemente conjuros e invocaciones al igual que hechizos ya intento hacer cualquier cosa para que al menos le pueda hacer daño pero nada parece funcionar ni siquiera lo toca, avaricia no desiste pero con cada golpe de Dubadir se desangra más y más, Dubadir no ah recibido ningún golpe crítico por parte de avaricia parece que esto saldrá a favor de Dubadir, me parece que este Demonio en verdad es fuerte.

—Ya rindeté todo está a mi favor, no hay nada que puedas hacer tan solo mírate me causas lastima tu cuerpo ya no aguanta ni un golpe más, Como te dije que te mataría pero aunque quisiera hacerlo me lo impide la naturaleza demoníaca, te llevaré con alguien que si te puede matar.
—Te la trágaste completa y pensar que no serviría de distracción.
—Pero de mierda estás hablando.
—Mientras expulsabas  tu irá contra mí dos de mi demonios ya están atacando la mansión.
—¡Eres un maldito! ¡Vendrás conmigo! No confío en tu palabra.
—Ya es muy tarde todos en la mansión deberían estar muertos.
—¡Vamos! ¡Eh dicho!

Tempus es cognatus, summum iubeo ut angorem praebeas mihi. (Tiempo eres relativo, yo como ser supremo te ordeno que me muestres tus angustias)

—Pe...
No crei que hicieran todo esto tus demonios.
—Mira esto es una completa belleza cuerpos deformados por los golpes y sangre por doquiera, fuego, un completo desastre.
—Todo es mentira, nada de esto es una verdad.
—Pero que estupidez dices, ¿No vez todo el desastre?
—Solo quien puede entrar al cuarto son Ezio, El demonio de la mentira, Dios y yo, cuatro personas, dos almas dignas y dos indignas, deja de tus engaños Mentira.
—No digas estupideces soy avaricia.
—¡No mientas más y sal de mi cabeza!
—Nada de lo que está aquí está en mí mente.
—¿Cómo sabes todo eso?
—Es muy simple, cuando entre al cuarto ví algo muy inusual te explicó: el cabello de Ezio es blanco y cuando lo ví era rubio aparte de que una vez él me contó que por su cuerpo no corre sangre si no que el maná y de morir en manos de un enemigo su cuerpo expulsaría lava.
—Maldito entonces ¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Quería desquitarme contigo, estaba muy estresado.
—¿Que vas a hacer ahora que sabes la verdad?
—Bueno como es una simple ilusión no tengo opción que darte un seis.
—¿Un que?
—Si un seis por tu esfuerzo, por un momento pensé que en verdad había un problema con el tiempo, pero descubrí todo cuando entre al cuarto.
—¿No me harás nada?
—Ya te lo hice, te condene para que no toques a nadie luego que no has cumplido por completo tu servicio en esta tierra.
—¿De que hablas?
—Muy pronto lo sabrás; tengo que despertarme, ya quiero comer nos vemos.
—Si que eres raro, pero no hay nada que pueda hacer.
—Jaja algún día me darás las gracias.
—Si como sea ya vete.
—Ya nos veremos más constante tenlo por seguro.

El Contratista CondenadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora