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El timbre del departamento de Jaemin sonó logrando sacarlo de su estado depresivo-no-depresivo en donde la música de Tokio Hotel reinaba en el fondo.

Temía que su gusto hacia aquel morenito tonto con brillante sonrisa pasara a un enamoramiento, porqué dolía ver las historias de Ryujin en donde salía el chico, su corazón se alteraba cuando veía una notificación con su nombre y tanto sus pensamientos como su vocabulario se resumía a dos palabras.

Lee Donghyuck.

Un par de lágrimas cayeron haciéndole sentir débil y sumamente patético. ¿Dónde quedaba su promesa hecha consigo mismo sobre no llorarle a un chico? ¿Por qué le estaba llorando a un chico "heterosexual" con novia?

El timbre de la puerta volvió a sonar, él sabía que era Renjun pero no se sentía lo suficientemente motivado como para abrirle y fingir. Carraspeó limpiando su rostro con sus manos hechas puños ahogando un par de sollozos.

Un adorable peligris le esperaba al otro lado de la puerta con dos botes de helado de los sabores favoritos del pelirrosa, chocolate y limón.

— Ven aquí, precioso— murmuró el chino atrayendo al menor en un gran abrazo lleno de mocos y lágrimas por parte de Jaemin.

— ¿Tú crees que soy patético por querer luchar por él? — los sollozos incrementaron dejándole a Renjun el trabajo de cargar a su menor en dirección al sofá de la pequeña sala dentro del departamento del chiquillo, puesto que Na se encontraba débil y con cero ganas de moverse de ahí.

— No eres patético por querer intentarlo, Nana, sé que es mal consejo pero estoy seguro que siente algo por ti, aunque aún no está listo como para admitir que le gusta un chico después de vivir rodeado de gente homofóbica. No por nada responde todo lo que le comentas e incluso te manda mensajes suplicando por tu atención, ni con Ryujin hace eso, Nana.

Renjun era una persona muy sabia y debía ser honesto, esa era la excusa más tonta que había escuchado. A Hyuck no le gustaban los chicos, por algo tenía una novia.

— ¿Podemos dejar la plática emocional para después y comer helado mientras vemos alguna película de terror que me distraiga?

(...)

No estaban muy seguro de como es que Jaemin terminó abrazando a Renjun fuertemente como si fuera un osito koala, ni muchos menos de como era que sus labios estaban sobre los contrarios saboreando el suave y dulce sabor del chocolate como si fuera el postre más delicioso del mundo.

Lo que estaban haciendo estaba mal, pero no se sentía así cuando sus labios se volvían a encontrar después de más de trescientos días sin tocarse.

Renjun había ayudado a Jaemin con el ámbito del aprendizaje y disfrute del besar, pero esta vez no se sentía como una simple lección entre amigos. Renjun podía percibir lo buen besador que se había vuelto el pequeño pelirrosa y como hacía pequeños movimientos que volvían loco a su cuerpo.

Huang hizo un intento de meter sus manos dentro de la gran sudadera amarilla de Na, pero sus manos se quedaron en el camino cuando las manos del contrario detuvieron sus acciones y sus labios se separaron de los contrarios.

¿Dónde demonios estaba su cordura?

— Genial, aparte de patético soy un maldito cuerno. — sollozó el chiquillo bajando del regazo del mayor, sintiendo la culpa inundar su cuerpo al instante.

— Nana, por favor respira— suplicó el peligris colocando su mano en la pierna ajena. Jaemin la alejó de un manotazo.

— Necesito estar solo, gracias por el helado pero en serio necesito estar solo— las manos del menor tomaron el bote de helado dejándolo sobre las piernas de Renjun.

— Tú no hiciste nada malo, fui yo. Yo me encargaré de arreglar esto con NingNing.

Tan pronto como dijo eso dejó un casto beso en los cabellos despeinados de Jaemin y salió del departamento dejando solo al pobre Na que estaba cometiendo muchos errores en un corto lapso de tiempo.

[🌈]

Donghyuck
Heyyy, Naaana
Llevo varios días intentando hablar
contigo
Estoy afuera de tu departamento
y en serio quiero verte

Jaemin
La puerta está abierta lol

[🌈]

— ¿Nana?— el tan solo escuchar la voz del morenito le afectaba y eso era algo nuevo. No tenía ni la menor idea del porqué le dijo que se encontraba en casa, ni mucho menos que la puerta estaba abierta. Ahora se encontraba casi en un estado de pánico.

Los sollozos del menor fue lo único que Donghyuck escuchó, su estómago no tardó en responder, doliendo a más no poder de solo imaginarse la imagen de Jaemin llorando solo y desamparado.

— ¿Te encuentras bien?— la pregunta de Donghyuck sonaba a sarcasmo ante los oídos del pelirrosa y no a una genuina preocupación de la cual estaba cargada la pregunta del mayor.

Un bote de helado a medio comer, uno nuevo y dos botellas de vino tinto amargo vacías le decían que todo de iba de mal en peor, casi como un pequeñito hongo que se esparce sobre una barra de pan en cuestión de poco tiempo. ¿Qué estaba haciendo Donghyuck con su vida?

— ¿Quién te hizo daño?— preguntó el pelimorado tomando asiento sobre el suelo, justo a lado de donde se encontraba el otro.

— Tú.— Jaemin se acurrucó entre los fuertes brazos de Lee, relajándose casi al instante al respirar el sutil y varonil aroma tan característico de Donghyuck. Su corazón solamente pudo latir de manera acelerada y desesperada. — ¿Por qué tienes que ser malditamente perfecto? Intento superarte y apareces frente a mi departamento dando señales de que te importo cuando en realidad te importa una mierda lo que hago.

— ¿S...superarme?

De todo lo que dijo tan solo recordaba "intento superarte", vaya atención la de Donghyuck.

— Felicidades, tienes mi corazón en bandeja de plata para que lo destruyas o hagas lo que quieras con él.

— Y...yo, Jaemin, no sé que decir.

— No tienes que decir algo al respecto, por favor solo abrázame en lo que duermo.

Esa noche Donghyuck se quedó a dormir en el departamento del pequeño, no lo soltó en toda la noche como se le había sido pedido y solo rezaba a qué su gusto no pasara a un enamoramiento, porqué él no sabría como rechazarlo.

Donghyuck no estaba seguro de sus sentimientos hacia el contrario, pero desde pequeño se le había enseñado que amar a alguien de tu mismo sexo estaba mal ante los ojos de los demás. Donghyuck solo sabía que le gustaban los labios de Jaemin, pero no había algo más que le gustara de él.

no homo | nahyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora