O17

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Donghyuck
Hey
Nana
¿Estás en casa?

Jaemin
Estoy haciendo las compras
semanales de víveres
Llego como en media hora
¿Por qué?
¿Ocurrió algo?

Donghyuck
Llevo pastelitos
Y café americano para ti
Y mi laptop para ver películas
¿Te parece un buen plan de
sábado por la mañana?

Jaemin
¿Quién eres y qué le hiciste a Hyuck?

Donghyuck
Es un si para mí
Oh, voy a recoger mi pedido
Te veo en media hora♡

[🌈]

En momentos como esos Jaemin necesitaba que alguien le pellizcara y le hiciera volver a la realidad.

¿En serio Donghyuck estaba dispuesto a faltar a la fiesta de Jennie para pasar tiempo con él?

Vaya, eso era nuevo.

Por más que le gustara Donghyuck tenía que comportarse con seriedad y cautela, no porque fuera su crush tendría que tenerle confianza, no después de todo lo que hizo para llamar la atención de Ryujin y suya.

Dejó salir un suspiro justo cuando se encontraba en la caja registradora pagando por lo escogido, al menos le llevaría un café americano.

El camino a casa fue muy corto, y eso lo agradecía porque tenía que caminar dos cuadras para llegar al complejo de departamentos y podría descansar sus pies después de una atareada mañana después de ir al salón de belleza a cambiar el color de su cabello e ir de compras. Le dolían sus pies por tanta caminata, y el andar usando unos tenis casuales le estaba cobrando factura.

Cuando estuvo en el pasillo que dirigía a su puerta pudo divisar a un demasiado atractivo pelimorado que llevaba su celular en una mano y en otra una caja bastante grande de color pastel. Donghyuck iba a causarle un ataque a su corazón si seguía luciendo así de guapo.

— ¡Hey, Hyuck!— saludó el más alto agitando su mano en donde llevaba las llaves de su departamento.

Donghyuck guardó su celular y con un movimiento ágil besó la mejilla del ahora peliazul, posteriormente tomó las bolsas que cargaba y se acercó de nuevo a la puerta.

— Luces muy bonito, Nana— sonrió sin mostrar sus dientes y esperó pacientemente a que Jaemin recapacitara y abriera la puerta. Pasaron varios segundos para que lo hiciera.

Dejaron las cosas en la barra de la cocina y suspiraron por el calor infernal que hacía en Seúl.

— ¿Puedo abrazarte?— la pregunta del morenito logró descolocar al peliazul. No veía el problema, pero le parecía raro que preguntara para hacerlo, terminó asintiendo.

Donghyuck se acercó y envolvió el delicado cuerpo de Na, permitiéndose aspirar el aroma a bebé y vainilla tan característico de él. Jaemin colocó sus manos alrededor de la cadera del morado y colocó su rostro justo en la cavidad en donde se ubicaba su corazón, este latía rápidamente haciendo reír al más bajito.

— Fui un idiota— admitió acariciando las ligeramente ásperas hebras del alto, dejándose llevar por sus sentimientos comenzó a contarle todos los pensamientos que había sufrido desde su plática con Yuta y Taeil.

» Me gustas muchísimo y sé que te gusto, o al menos eso espero. —soltó una risita llena de vergüenza—, quiero tener el privilegio de ser novio de una persona tan brillante, pero primero quiero hacer las cosas bien. Quiero enamorarte aún más, quiero consentirte y demostrarte lo mucho que vales.

El asentimiento de Jaemin hizo sonreír a Donghyuck, quién estaba muy embobado acariciando los cabellos recién teñidos del chiquillo.

— Si me lo permites, mañana te llevaré a una nueva galería de arte que pusieron cerca del colegio.

— ¿Podemos ver una película romántica?— la vocecita de Jaemin salió ahuecada por la posición en la que se encontraba.

— Lo que tú quieras, aquí tienes a tu tonto.

Duraron unos segundos más brindándose calor corporal antes de guardar los alimentos en la nevera y en la alacena, después de aquello, se acomodaron en el pequeño sofá del extranjero.

— ¿Diario de una pasión?

— Ya la ví muchas veces.

— ¿Yo antes de ti?

— Hoy no quiero llorar.

— ¿El espacio entre tú y yo?

— ¿Acaso esa es un insinuación?— el alto arqueó una ceja logrando arrancar una carcajada del morado que estaba bajo su regazo.

— ¡Es una película!— la exclamación del morenito hizo reír de manera bajita al otro— Pero si quieres puede serla.

Jaemin negó sintiendo sus mejillas colorearse de rosa.

— Mejor veamos la película.

Lee asintió colocando la película en su portátil, aprovechando la cercanía que tenían para rodear la cintura del dueño del departamento, dejó un casto besito en su mejilla haciendo temblar al otro que tenía sobre sus piernas.

— ¡Yah! ¡Donghyuck!— el regaño de Na sonaba a nervios y vergüenza, lo que solo hizo sonreír más al mencionado.

Tal vez se habían comido los pastelitos antes de tiempo porque a media película el estómago del mayor gruñó con fuerza, logrando asustar al otro chico que volteó a ver al morado con ojitos abiertos más de lo normal.

— ¿Oops?

[🌈]

Las calles estaban llenas, y con justa razón lo tenían que estar. Era sábado y era el día en que mayor número de ventas había.

— ¿Qué se te antoja?

— Tú— murmuró el mayor queriendo que el contrario no lo escuchara, quiso huir cuando el otro lo veía con sorpresa.

— Mmm, yo quiero mandu— sonrió el peliazul antes de iniciar a correr en dirección a su restaurante favorito ubicado en esa zona.

A Donghyuck no le quedó de otra más que correr detrás del pequeño que puso su mundo de cabeza.

no homo | nahyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora