Te amo y te odio (Draco Malfoy y tu) #Wattys2017

¿Vivir en otra casa?

(Capítulo Editado)

-¡_______, si no despiertas ya no llegaremos a clase!

-Que sí, que sí, pesada.

Me decidí por levantarme finalmente. No soportabas seguir escuchando los gritos de Hermione.

Con los ojos medio cerrados y tropezando con todo lo que se interponía en mi camino, llegué al baño. Allí me di una ducha rápida, lo más rápida que pude, y me puse mi uniforme con la túnica de mi casa.

Bajamos al comedor a toda prisa, más bien, Hermione me llevaba a rastras del brazo.

Tras un desayuno precipitado, en el que acabé escupiendo zumo por la nariz. Qué asco, agh, eso es tener de amiga a una chica estudiosa.

Corriendo, casi ahogadas, llegamos a la clase de Umbrige. (Sé que Umbridge salía en el quinto libro, pero, como les he dicho, cambiaré el libro un poco) Demasiado tarde por desgracia. Suspiré cuando este nos miró con su cara de amargada.

-Señorita Pena y Granger llegan tarde.

No tenía ganas de pelear tan temprano peroeste tía me daba las fuerzas para hacerlo.

-Bien, ya veo que practica la adivinación.

Todos los alumnos soltaron una carcajada ante mi ironía. Oh, incluso Malfoy rió. ¡Milagro!

-Señorita Pena

Su voz era tan aguda que me dolían los oídos de escucharla. Dios, esa profesora gritaba en vez de hablar.

-Fuera de mi clase. En cuanto termine todas sus clases de hoy, acudirá a mi despacho.

-¡Vaya! Si el sapo habla. Es el primero que veo así. Me encantan los animales,

¿sabe? ¿Podría decime su especie?

Todos rieron y eso me hizo sonreír con suficiencia.

Su rostro pálido se estaba tornando de un color rojo y parecía que iba a explotar.

-¡Fuera de mi clase!

Salí y cuando estuve fuera de la clase, no pude evitar una sonora carcajada. Tras dejar de reír, lo cual me costó algunos minutos, me dirigí al despacho de Dumbledore. Debía de hablar con él sobre mis sueños.

Subí por las bonitas escaleras de caracol y cuando llegué ante la puerta toqué. Segundos después, su anciana voz se escuchó:

-Adelante, señorita Pena. -entré y le dediqué una pequeña sonrisa. -¿Qué hace aquí? ¿No debería de estar en la clase de la señora Umbridge?

Mis mejillas se tornaron de color rojo y tuve que reprimir una carcajada al recordar la escena ocurrida anteriormente.

-Hemos tenido un pequeño percance.

Solté una risita y proseguí:

-Verá, profesor. Llevo teniendo pesadillas muy extrañas desde hace unos cuatro meses. Cuando me dijeron que era maga, estas cesaron un poco pero ahora, han vuelto. Anoche volví a tener una de ellas.

-¿Cómo son las pesadillas?

-No lo sé, profesor. Siempre he tenido la misma pesadilla, aunque me despertaba y no podía recordarla. Pero estoy segura de que la que tuve ayer, no era igual.

-Podrían ser advertencias, secuencias que pasarán en el futuro o, de lo contrario, simples pesadillas.

Se mantenía pensativo y durante unos instantes reinó en la estancia el silencio.