Delia no podía dejar de pensar en la alocada idea que había tenido su amiga.
- En qué estaba pensando Elisa al aceptar quedar con un chico! Es muy imprudente... La tendría que acompañar... Pero en vaya lio me voy a adentrar... - palabras que no dejaban de dar vueltas en su cabeza.
- Delia! La sopa, se te va a enfriar querida- dijo su abuelo sentado en la mesa redonda dónde también estaban ella y su madre.
- Déjala, si se le enfría será su problema, a ver si así espabila un poco- añadió la madre de Delia con su característica inexpresión y voz seca.
Una vez acabada la cena, Delia se fue directa a la cama. Aunque su mente seguía ensayando escenas imaginarias en las que pedía a Carlos que quedara después del trabajo con Elisa, Sergio y ella, estaba tan cansada que se quedó dormida enseguida.
A la mañana siguiente, después de haber hecho todas las tareas del hogar, de camino a la panadería, fue recitando los distintos diálogos que tenía en mente des de anoche para invitar a Carlos a participar en el disparatado plan de Elisa:
- Carlos sé que no hemos hablado mucho pero... Me preguntaba, solo si quieres y te apetece... No, no, tienes que sonar más decidida Delia. Puff es que no estoy segura de hacer esto... Carlos, no quisiera sonar impertinente, pero ¿querrías salir después del trabajo a dar una vuelta conmigo?
- Por supuesto Delia, aunque no sé si le tendría que pedir permiso primero a tus padres -apareció Carlos por sorpresa detrás suyo.
Delia no se esperaba esto, como siempre llegaba justa de tiempo al trabajo daba por hecho que Carlos ya estaría allí amasando pan. Con los nervios de la propuesta de Elisa, Delia no vio lo puntual que había salido hoy de casa.
- Ca... Carlos. Yo... Todo tiene una explicación- respondió Delia al cabo de un minuto de silencio, el tiempo que le fue necesario para asimilar la situación imprevista.
- Ohh tranquila, entiendo... Era otro Carlos el del que hablabas.
- No, no, eras tú. Quiero decir... - en ese momento solo pensaba en que el suelo se abriese en dos y se la tragara para no tener que lidiar con esto- El Carlos del que hablaba eras tú. Quería invitarte a salir con unos amigos, nada formal, solo que una amiga quiere quedar con un nuevo amigo y me ha pedido que venga y que traiga yo a otro, para...
- Delia, no hace falta que me des explicaciones si no quieres. Será solo salir a dar una vuelta contigo y dos amigos, ¿no?
- Sss...Sí, sí... - Delia se quedó todavía más sorprendida al ver que el joven no era tan tímido como pensaba, aunque aún notaba que intentaba dirigir su mirada de ojos color miel a cualquier otro lugar con tal de no mirarla fijamente a ella.
- ¿Puedo preguntar cuándo y dónde? - dijo el chico en un frágil hilo de voz y una sonrisa nerviosa.
Delia no había caído en eso, así que respondió lo primero que se le pasó por la cabeza.
- Mañana a... a las ocho de la tarde, en el puente de... No sé cómo indicarte para llegar a ese lugar, digamos que no es muy conocido. Solo ve a la playa y anda unos veinte minutos hacia la izquierda todo recto, llegara un punto donde darás con un puente, allí estaré.
- De acuerdo, pues entonces a las ocho en el puente de... El puente de Delia - soltó finalmente en una pequeña carcajada.
Delia le devolvió la sonrisa, sentía como las mejillas se le ruborizaban después de tal momento de adrenalina, en el que acababa de invitar a Carlos a salir y en el que él había aceptado. Estaba en una burbuja de tal embobamiento que ni se acordaba de que tenían que estar en la panadería a las ocho para entrar a trabajar. Por suerte el joven responsable tenia los pies más en la tierra que ella, y rápidamente le comentó:
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Bajo el puente de Delia
RomanceImagina vivir en la sociedad de mediados del siglo XX, llena de prejuicios y estrictas normas sociales, siendo una chica de 17 años. Este es el caso de Delia, una joven de clase trabajadora que vive en un pueblo y tiene que esconder al resto de la g...