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Destrozados

10 de noviembre 2038|21:14 hrs

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10 de noviembre 2038|21:14 hrs.

La noche era acompañada por lluvias y truenos, empapando a quien no llevara impermeable o sombrilla en las calles.

El pequeño se encontraba sentado cerca de la ventana, abrazando su oveja de peluche.

Hendery se acercó lentamente al sofá, entre susurros despertó al hombre.

—Señor...

Liu despertó de golpe atragantando se con su saliva.

—La cena está lista. - Hendery habló con suavidad.

—Sí, sí, ya voy.

El mayor gruño levantándose del sofá, sin antes de fumar en una pipa un poco de cristal rojo.

—No había mucho en la cocina, hice lo que pude. — justificó el androide.

Sirvió dos platos de fideos a ambos, YangYang mantenía su cabizbajo, evitando los ojos de su padre. Encendió la luz antes de seguir sirviendo lo demás.

—La vida es graciosa... Perdí mi empleo por los androides— soltó de la nada —. Y cuando necesito que se ocupen de esta maldita casa, ¿que hago? Voy y contrato a un puto androide. ¡Que ironía! Claro los androides son una puta maravilla. Nunca se equivocan, nunca se cansan, nunca se enojan... Son tan putamente perfectos que me cagaron la vida.

La comida seguía intacta, una situación verdaderamente incómoda, lo único que hizo YangYang fue levantar un poco la mirada, al parecer eso enfado a Liu.

—¿Qué estás mirando? ¿Cuál es tu puto problema? ¿Está no es tu vida soñada? ¿Eh? ¿Piensas que esto es sencillo? ¿Crees que por mi culpa vivamos en esta pocilga de mierda y que por mi culpa se fue la puta de tu madre?

El trueno sabía en qué momento aparecer, YangYang no podía hacer nada para defenderse, sus labios temblaban y por lo que Hendery observaba no era era la primera vez que sucedía algo así.

—Deberías dejar de consumir drogas, Liu. — imitó a su esposa—. A veces me asustas, Liu. La muy perra se fue sin decir nada. La muy puta me abandonó por un simple contador de mierda.

Lleno de rabia derribo la mesa, miró con rencor al menor, el niño no tenía la culpa de nada, su único desquite es YangYang.

—¡Tú tienes la culpa!— gruñó.

—Papá, no...— lloriqueo el más joven, retrocediendo.

—¡Tú tienes la maldita culpa!

La palma del hombre estrelló con la mejilla del pequeño, quien no pudo evitar derramar lágrimas acariciando la mejilla golpeada.

Hendery miró la escena estupefacto, YangYang subió corriendo las escaleras, huyendo de su padre.

—Sí... Todo es su culpa...— masculló.

We Are People (Detroit: Become Human | WayV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora