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Inicio del trayecto en el Argo II
(Narrado por Percy)

Percy había extrañado tanto esto. Tenerla al rededor, tenerla para él, así sean solo unos minutos. Ella había escuchado con atención cada una de las historias de Percy en Nueva Roma, y a cada una les añadía un comentario inteligente e histórico u otra posible solución. El adoraba eso de ella, adoraba a ella de por si, pero esas pequeñas partes y detalles de Annabeth lo volvían loco. Ella era lo único en lo que él había pensado cuando había perdido la memoria, y ella era lo único que lo había mantenido a flote, era su salvavidas y está no era la primera vez. Algo le decía que tampoco sería la última.
—¿Crees que Hazel y Leo..?
—Oh, dioses, no. Con lo que me dijiste del palo de madera de Frank, sería fatal para el que Hazel lo deje por Leo, además no sabemos muy bien que es lo que ocurre entre esos tres.
—Le preguntaría a Hazel, pero...
—Te da vergüenza.
Sonreí—. Sí, aunque, no lo sé, tú eres mujer, pregúntale tú.
Annabeth carcajeó. Percy adoraba su risa
—¿Qué tiene que ver, sesos de alga?
—¿Las mujeres no hablan de eso?
—¿Qué clase de estereotipo es ese?
—No es estereotipo, chica lista, es solo que yo sé que le preguntaría a Frank o Leo si uno de ellos hiciese que dos chicas del grupo se peleasen entre sí.
—Mmm, aceptaré esa respuesta. En todo caso, ¿por qué te debería contar los secretos de Hazel?—Percy reconoció el tono juguetón de Annabeth.
—Oh, porqué eres mi hermosa novia que confía en mí.
—¿Tú eres mi apuesto novio metiche?
—Por supuesto. ¿Objeciones?
Annabeth rodeó el cuello de Percy con los brazos y se ubicaron en la misma posición en la que habían estado antes de la desaparición de Percy. Él tomó su cintura y la movió lentamente encima de él. Annabeth soltó un leve gemido.
—Ni una.
El cabello de Annabeth olía tal y como el lo recordaba: a un agradable aroma a limón con hierbabuena. Percy separó sus labios de ella y se sumergió en su cuello. Olía a vainilla. La besó con cuidado de hacer un mal movimiento durante un rato, mientras ella seguía moviendo sus caderas de forma curvilínea.
Sin embargo, e interrumpiendo el momento, Piper y Jason abrieron la puerta.
—El entrenador nos...
—¡Ah! ¡Maldita sea!—gritó Piper y empujó a Jason para cerrar rápido la puerta.
Annabeth y yo explotamos en una carcajada.
—¡La cara de Jason! Oh, dioses, ¡fue un poema!
—Joder, no la vi—Annabeth se ahogó en risas mientras limpiaba una lagrima de su ojo.
—Estabas muy concentrada en lo que estaba haciendo.
—Ja, ja. Cállate—calmó su respiración y yo la mía—, ven, vamos a ver para que nos llamaban.
Cogió mi mano y nos acercamos a la puerta, aunque antes la agarre del cuello y la besé contra la madera. Me separé unos segundos después y Annabeth me sonrió nerviosa. Parecía que el efecto de lo que estábamos haciendo se le había pasado.

Al entrar a la sala de reuniones, Jason estaba serio y con las mejillas coloradas, mientras Piper le explicaba algo con una sonrisa, parecía estar a punto de estallar en la risa.
Hedge se acercó y nos regañó a Annabeth y a mí por llegar tarde. Ambos dijimos que estábamos revisando unos mapas y el portátil de Dédalo para encontrar algo útil.
Piper arqueó ambas cejas ante la excusa, pero no dijo nada, y Jason parecía directamente no poder hablar de la vergüenza. Annabeth se sentó al lado de Piper, esta le hizo algún comentario que, para tristeza de Percy, no escuchó, pero debió ser interesante como para hacer que Annabeth se sonrojase mientras le lanzaba una mirada furiosa a Piper y golpeaba la parte de atrás de su nuca con la palma de su mano.

****

Frank, Leo, Jason y Percy se habían decidido a ayudar a Leo con la reparación del Argo II, aunque solo Leo entendía los mecanismos de todo eso.
—¿Cómo va esto?—preguntó Frank.
—Creo que va así...—Percy intentó encajar ambas piezas ensamblándolas, aunque sentía que se veía extraño.
—¡No, no, no! Percy, ¿por qué no llamas a tu novia? Ella puede hacer esto.
—Annabeth tiene nombre, y, dije que iba a ayudar, si solo nos explicases.
La tensión en el aire era palpable. Habían sido forzados todos a convivir para salvar al mundo, Leo había causado que los expulsaran de Nueva Roma, Percy y Jason sentían que habían desarrollado una rivalidad por ser hijos de los tres grandes, y había una especie de triángulo amoroso extraño entre Frank, Leo y Hazel. "Las chicas posiblemente se encontraban mejor, no debería haber ninguna tensión entre ellas" pensó Percy. Además, los dos hijos de los tres grandes tenían un ego inflado, o quizá era la necesidad de demostrar quien era mejor que el otro, en cualquier caso, las amistades se estaban yendo por la borda y a penas estaban en el comienzo del viaje. Por si fuera poco, Percy había notado unas miradas raras lanzadas de Leo a Annabeth, y realmente no quería pensar mal de Leo, era un chico gracioso con un pasado traumático, pero ese tipo de cosas activaban un poco la sensación recelosa que Percy sabía guardar.
Leo suspiró—De acuerdo, vamos a hacer esto todos juntos, emm—Leo pensó unos instantes. Percy no iba a discutir la tarea que Leo le mandase, el era el experto en máquinas—Frank, atornilla los esamblajes de esta placa, ¿si? Percy y Jason, ¿alguno sabe pintar bien? Porque necesitamos barnizar estos metales—Ambos se miraron. Percy sabía algunas cosas de arte gracias a Rachel, entre ellas, como pasar una brocha bien, pero no quería pedir algo que quizá Jason iba a hacer.
—Mira, Percy, no entiendo nada de eso, así que...
Leo observó una esquina de la habitación. Habían más metales que barnizar.
—Olvídenlo, necesito que ambos lo hagan. Si no es problema, claro...
—Tranquilo, Grace, se algunas cosas de pintura. Ven—Percy le dió una palmadita en el hombro. Le explicó algunas cosas repitiendo palabras de Rachel mientras buscaban las brochas y el barniz.
—¿Sabes eso de Rachel?
—Uh, esto, si. ¿La conoces?
—No hablé demasiado con ella, pero Annabeth me contó algunas cosas—"¿Annabeth?" Pensó Percy. El no sabía demasiado de lo que pensaba Annabeth de Rachel, además de el hecho de que ahora se llevaban bien. Nunca le había preguntado qué pensaba de la relación que ellos habían tenido, ni de como pasó ella ese año en el que estaba enamorada de él pero en el que él salía con otra chica. Sin embargo, ella parecía haberlo hablado con el chico rayo estrella. No sabía como sentirse al respecto.
Tragó en seco.
—¿Qué te habló Annabeth de ella?—dijo en su tono más amable.
—El trayecto del laberinto en el que ella los ayudó. ¡Oh! Y como ella le golpeó con un cepillo a Cronos, eso fue divertido de escuchar.
—Ya veo. Esto... ¿te contó algo más?
Jason levantó la mirada del metal y observó a Percy con la ceja levantada y una sonrisa de medio lado.
—¿Te refieres al encuentro con los telquines?
—Ajám.
Jason rió. Algo así como "jiji", y Percy se relajó automáticamente. Jason no era un enemigo.
—Si, estaba asustada.
—Claro. Y sobre...
—¿El beso?—Percy asintió, parecía que Jason predecía todo lo que iba a preguntar—. Solo mencionó que eras un poco lento... con las emociones.
—¿En serio dijo eso?
—¿Crees que es mentira?
Parecía que Annabeth le había contado absolutamente toda la relación de ellos por algún motivo a Jason, y que ahora él estaba enterado de la cantidad de veces que Percy había sido un idiota. Solo rezó para que no supiese que había sido convertido en una cobaya y que había saludado y hablado con un caniche rosado.
—Callado, Grace. Sígueme contando que te dijo.
—¿No le podrías preguntar a ella? Por lo que ví, tienen más que confianza—Percy detectó el tono de burla y carcajeó.
—Olvida que viste eso.
—Olvidé que lo vi, pero no qué pasó.
Percy rodó los ojos divertidos. Jason Grace le caía bien.

Percabeth ThoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora