CAPÍTULO 2 «llámame Park»

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JIMIN

13/octubre/2017

Ya había pasado un mes desde su cumpleaños, y hoy era el mío, no había ido a visitarlo por una semana completa, dice mamá que debo dejar de ir todos los días porque cada día me siento peor, así que me pidió que empezara a asistir a un psicólogo, le dije que lo haría, pero sinceramente no tengo pensado hacerlo por ahora. La señora Minsuk me ha invitado muchas veces a su casa, pero he rechazado la invitación debido a su hija y también... debido a su hijo, no podría soportar ver su habitación vacía, con sus cosas que la señora Minsuk dejó en su lugar, todavía no estoy listo, creo que nunca estaré listo, sin embargo, ella venía a visitarme de vez en cuando y por supuesto vino el día de mi cumpleaños, me trajo galletas de chocolate en forma de corazones y un ramo de flores... mis favoritas, margaritas azules, cuando las puso en mis manos comencé a llorar incontroladamente, él siempre me daba estas galletas acompañadas de un ramo de margaritas azules el día de mi cumpleaños y cada vez que yo estaba triste, y ahora las trajo su madre...porque estoy cumpliendo años y porque estoy triste, la señora Minsuk no dejaba de pedir perdón y mi madre me sentó en un sillón acariciando mis cabellos y susurrando que todo estaría bien, - quería que supieras que él sigue estando contigo y aunque no esté abrazando tu cuerpo ahora está abrazando tu alma – mencionó la señora Minsuk con delicadeza y tristeza en su voz, pero yo no podía dejar de llorar, y no sé en qué momento me quedé dormido pero cuando desperté estaba recostado en el sillón con una almohada en la cabeza, mamá estaba en la cocina y en cuanto me vio abrir los ojos se dirigió a mí y mencionó que la señora Minsuk se había ido hace una hora, mi madre me miraba con ojos de lastima, solo abrí mi boca para decir que iría a verlo por mi cumpleaños, mamá no dijo nada y solo asintió con su cabeza y una sonrisa un poco rota se posó en sus labios.

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Eran como las 4:30pm cuando llegué al cementerio, lloré nuevamente, lloré mucho, le conté que su madre me había llevado galletas, las galletas que él siempre me daba, le pedí perdón por no ir esa semana y le prometí no faltar nuevamente tanto tiempo, le conté lo mal que la estaba pasando pero que no se preocupara por mí, luego me enfurecí y le reclame el haberme dejado aquí sin él y nuevamente le pedí perdón, porque sé que nunca hubiera querido dejarme.

Salí del cementerio y faltaban pocos minutos para las 6pm, el cielo tenía una tonalidad rojiza y había mucha brisa fresca, había llamado a Jin para que viniera por mí y dijo que en cuanto terminaran las clases vendría, busqué con mi mirada donde sentarme mientras lo esperaba, vi una vieja banca y en ella un chico sentado.

Salí del cementerio y faltaban pocos minutos para las 6pm, el cielo tenía una tonalidad rojiza y había mucha brisa fresca, había llamado a Jin para que viniera por mí y dijo que en cuanto terminaran las clases vendría, busqué con mi mirada donde s...

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YOONGI

13/octubre/2017

Hana me pidió ir por ella al cementerio, ya habían pasado 15 minutos desde que llegué, la llamé a su celular, pero no contestaba, empecé a pensar que ya se había ido sin embargo decidí esperar un poco más, cuando quité la mirada del celular observé que un chico se acercaba y entre más se acercaba, su rostro se me hacía conocido, lo observe caminar un poco despacio mientras intentaba colocarse algo en su cabeza ya que la brisa revoloteaba su cabello rubio despeinándolo y supuse que mi cabello también estaría así, no sé por qué lo hice, ni siquiera sé cómo lo hice pero mis ojos lo miraron fijamente como un acto involuntario, él chico también miró mis ojos fijamente y permanecimos así por varios segundos, sentía que el aire se me fue y el corazón se me detuvo, ni siquiera sé por qué, el chico se sentó a mi lado y posó su mirada al frente, mi mente estaba haciendo un trabajo fuerte al tratar de recordar donde había visto este rostro anteriormente... tragué saliva cuando recordé que era el chico de aquella vez, el chico que había visto aquí mismo en el cementerio cuando acompañé a Hana y a su madre, el chico con traje, esta vez tenía un suéter negro y ahora llevaba en su cabello un gorro rojo, su mirada seguía posada en los árboles que se encontraban al otro lado de la calle de nosotros, dejando caer hojas secas por causa de la gran brisa fresca y de pronto escuché en un susurro – ¿Cuál es la razón? El chico lo había dicho sin voltear a mirarme - ¿ah!? Respondí, con vergüenza, saliendo de mi ensoñación y sin estar completamente seguro si era conmigo

Broken heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora