that's where you're wrong || alex turner

seven.

En medio de un bosque absolutamente solo, con una oscuridad impresionante, sentí una tristeza enorme profundamente en el pecho, al mismo tiempo, sentí también unas ganas increíbles de llorar. Lo único que quería era escapar de ese sentimiento, ¿por que repentinamente sentía tanto dolor? Me pongo a correr sin saber a donde exactamente se supone que voy...

Me desperté de golpe de mi cama, pude sentir las lagrimas que corrían por mis ojos del sueño que había tenido, me sentí perdido por un momento porque intentaba saber la razón de aquel sueño tan extraño, parecía una pesadilla pero se sentía mucho mas que eso. Cuando fui un poco mas consciente de mi entorno decidí ignorar el sueño y levantarme de mi cama.

Los días que habían transcurrido desde que había iniciado el verano hasta ese día habían sido completamente soleados, un clima no muy recurrente en Sheffield, a excepción de ese día. Unas grandes nubes grises cubrían el cielo y amenazaba con ser un día bastante lluvioso.
A pesar de eso, decidí no quedarme en casa, porque no era algo de lo que yo fuera especialmente un fan; estar en casa la mayor parte de las veces me traía bastantes traumas olvidados del pasado, cosas que no disfrutaba recordar. Por lo que me duche, me puse una camiseta de una banda que hacia mucho ya no escuchaba, unos jeans deslavados, mis habituales converse negros y salí de casa sin un rumbo en especifico.

Cuando salí de casa no pude evitar mirar hacia la casa de enfrente, la casa de Michelle. Mis pensamientos se escudaron en que simplemente lo hacia para saber si estaba en casa, pero en realidad lo hacia para sentirme menos culpable de lo que había hecho la noche anterior. La había besado y luego me había ido sin aviso alguno, aunque que en ese momento había aclarado las cosas con ella, algo en mi me hacía sentir tan culpable.
    Decidí dejar mis pensamientos de un lado y comencé a caminar lejos de casa, el parque estaba desierto, hacia mucho que no lo veía tan solo y sin lleno de gente haciendo ejercicio o simplemente teniendo un picnic, pensé en escribir una canción sobre eso, pero pensé qué tal vez seria muy aburrida para que la gente la escuchase o disfrutase, sentí que tal vez me faltaba inspiración, por lo que decidí ir a la tienda de discos mas cercana para ver si podia comprar algo que hiciera mi mente fluir.

[...]

La tienda mas cercana era una segunda de discos, la mayoría de las veces los discos estaban en sus ultimas, pero eran bastante baratos así que eso lo compensaba

—¡Alex! Ya no te habías aparecido por aquí—. Me saludo de pronto el señor, el cual era dueño de la tienda

—Hola Sr. Churchill, habia estado ocupado con unos asuntos de mi trabajo y no me había dado el lujo de venir, esa es la explicación de mi ausencia.

—Debe de ser un trabajo que de verdad desearas, no cualquier cosa te priva de venir. Ni siquiera la escuela lo hacia—. Sonreí y mire hacia el suelo apenado, me había saltado muchos días de clase en esa tienda, a veces semanas completas.

—Estoy en una banda y estamos tocando en un bar, es un poco difícil y cansado ya que tocamos muy de noche y nos pagan poco—. El Sr. Churchill rio amablemente y después simplemente me dijo que escogiera dos discos y que el me regalaría el segundo, me alegro el día.

Mientras escogía mis próximas posesiones, escuche a una chica que había entrado a la tienda y su voz me parecía muy familiar; al voltear me percate de que era Michelle. Me escondí detrás del estante de "Jazz&Blues" solo para saber que compraría.
El cabello de enfrente le caía en la cara como un fleco, aunque llevaba dos mechones del cabello agarrados hacia atrás, parecía buscar en la pila de rock alternativo. Me dieron ganas de acercarme a ella para hablarle pero de inmediato me llene de nervios y pensamientos de qué tal vez ella me odiaba, así decidí seguir viéndola desde lejos. Mientras la observaba, vi que dejo de buscar en la pila que estaba buscando y llevaba un disco en la mano, se acercaba a las estanterías en las que yo me encontraba, así que entre en pánico pensando en que  me vería. Comencé a pensar en que hacer y en donde esconderme hasta que sentí que me tocaban por la espalda