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Rodrick era un puto karma.

    Sábado por la tarde. Me encontraba en la calle en frente de mi casa mientras intentaba hacer trucos con mi skate. Melanie, mi mejor amiga, se encontraba sentada en la acera de la calle observándome. Lamentablemente esta no podía patinar ya que se había esquinzado el pie hacía una semana y apenas podía caminar.

    —¡Con calma, Lilith! Si sigues dándole así, te caerás —gritó en un tono burlón.

    Sin exagerar, ese día me habría caído unas siete veces y lo único que conseguía era un raspón y menos de paciencia de mi parte. Tomé la skate con desapacibilidad y la volví a ponerla en el suelo, me subí y con impulso intenté el kick-flip nuevamente, pero mis pies ladearon y finalmente caí al suelo raspando mis rodillas y manos

    Una risa familiar apareció en el fondo. La mano de Mel se encontraba en mi frente para poder levantarme, todas mis rodillas estaban ensangrentadas. Rodrick Heffley se encontraba en frente mío burlándose de mi caída.— Anda a joder a otro lado —le saqué el dedo de en medio y tomé mi skate con orgullo dándole la espalda.

    Melanie nos miraba boquiabierta. Ella solía decirme que Rodrick era atractivo y que seríamos una linda pareja, pero era obvio que jamás había tenido de vecino a Rodrick. Era presumido e insoportable, y cuando era más pequeño, lo era el doble. Aunque no ha madurado mucho, con 18 años, seguía en la escuela ya que en su último año le pareció divertido darse de baja, pero sus padres lo presionaron a volver, y ahora me tocaba soportarlo y casi todo el tiempo.

    —No es mi culpa que tu tonta caída me distrajera de mi caminata —se alzó de hombros mientras vacilaba con sus palabras.

    Mi paciencia se había agotado.

    Tiré la skate con rabia hacia el césped de la casa y me senté en la acera junto a Melanie quien tenía su mano en mi brazo intentando calmar mi frustración.— No seas ridícula, continúa intentando —fruncí el ceño.

    ¿Rodrick me estaba alentando? Wow.

—¿Ves? Tiene razón, no es el fin del mundo —habló la pelinegra.— Pues si, quiero ver otra caída antes de irme —por primera vez, había pensado que Rodrick había dicho algo no estúpido. Me paré bruscamente, pero este corrió y lo perseguí como un gato a un ratón por toda la cuadra.

    —¡¿Por qué corres?! ¡Hijo de puta y gallina! —duramos un rato en esas, no pude evitar reírme de como corría Rodrick e intentaba hacer que me cayera. Él tenía cierta ventaja por mis heridas en las rodillas, me ardía terriblemente cada paso que daba. Cuando estuve a pocos centímetros de él, me tiré encima de este e impactamos en el suelo. Él forcejeaba conmigo intentando salir de abajo mío, pero como intentaba no lastimar mis rodillas, no lo lograba.

    —¡Basta, lo siento! —gritó cuando mi palma chocó con su hombro. Yo me reía de lo gallina que podía ser, Giré para mirar a Melanie quien se reía a carcajadas y de un momento a otro, Rodrick se encontraba encima mío.

    Agarró mis muñecas y las pegó al suelo, haciéndome imposible darle un golpe.— No debiste cantar victoria tan rápido —sonrió victorioso, era difícil forcejear puesto que era más pesado que yo y eso le daba mucha ventaja.

    —¡Chicos, suficiente! Hice galletas —habló mi madre observándonos a través de la ventana de la cocina. Rodrick me soltó con enojo y casi al instante pateé su entrepierna y corrí hacia mi casa con Melanie.

    —Susan me pidió que supervisara a Rodrick, así que, les ruego que no discutan porque los mando a lavar los platos todo el día —me senté en la mesa y bufando luego de sus palabras. Rodrick era un maldito karma, y estoy casi segura de que me seguirá hasta mi tumba.

i wish i hated you; rodrick heffleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora